Las órdenes firmadas por el gobernador Asa Hutchinson se cumplirán entre el 17 y el 27 de abril. En el corredor de la muerte de Arkansas penan en la actualidad 34 condenados
Mejor matar a que se eche a perder la inyección letal. Tras 12 años de interrupción de la pena capital, el pequeño estado de Arkansas (tres millones de habitantes) va a matar a ocho presos en tan solo 10 días (Pena de muerte para el supremacista blanco que perpetró la matanza de Charleston).
Será la mayor ejecución en cadena en Estados Unidos desde la reinstauración de la pena máxima en 1977 (Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán es extraditado por sorpresa a Estados Unidos… ¡puede ser condenado a pena de muerte!).
El motivo para acabar con la vida de tantos condenados en tan poco tiempo es, según la Coalición para Abolir la Pena de Muerte de Arkansas, evitar que caduquen las inyecciones letales que tienen en existencias y que ya han pagado con sus impue4stos los sufridos contribuyentes.
EL GOBERNADOR Y LOS CONDENADOS
El gobernador del estado de Arkansas (EE UU), el republicano Asa Hutchinson, programó la pasada semana las ejecuciones de ocho presos condenados a muerte en un lapso de diez días entre el 17 y el 27 de abril, algo nunca visto desde que se reinstaló la pena de muerte en 1977 en ese país.
Hutchinson tomó esta decisión después de que la semana pasada el Tribunal Supremo de EE UU rechazara una demanda interpuesta por un grupo de presos en contra de las inyecciones letales utilizadas por el estado de Arkansas y diera así luz verde a reanudar ese castigo.
El motivo por el que las ejecuciones tendrán lugar en un período tan corto de tiempo es, según explicó Hutchinson este viernes, que está a punto de caducar una cuestionada droga que se usa en el procedimiento de inyección letal.
La droga en cuestión, el midazolam, expira en abril y se ha empleado en un buen número de ejecuciones por inyección letal, un procedimiento con un alto grado de inexactitud. Sus críticos argumentan que el midazolam es un sedante, no un anestésico, y por lo tanto no anula completamente el dolor que sienten los condenados durante la última y definitiva ronda de inyecciones.
Las compañías farmacéuticas han restringido su distribución y algunos estados directamente no encuentran ya suministros. «No sabemos si vamos a encontrar otra droga similar y las familias no pueden seguir con esta incertidumbre», ha dicho Hutchinson en declaraciones recogidas por The New York Times.
Además, el estado carece en estos momentos de otro de los tres químicos utilizados en sus inyecciones letales, cloruro de potasio.
Arkansas no ejecuta a ningún preso desde 2005 y era uno de los numerosos estados del país con la pena de muerte estancada en los tribunales por litigios contra sus protocolos.
«Esta medida es necesaria para cumplir con lo estipulado por la ley, pero también es importante para que las familias de las víctimas, que han vivido mucho tiempo con litigios en los tribunales e incertidumbre, puedan cerrar este capítulo», dijo Hutchinson.
Desde que se restauró la pena de muerte en 1977, solo dos veces un estado llevó a cabo ocho ejecuciones en un solo mes, según ha explicado a la CNN Robert Dunham, director ejecutivo del Centro de Información sobre la Pena de Muerte.
Fue el caso de Texas, que realizó ejecuciones de ese tipo en mayo y junio de 1977. Pero «ningún estado ha llevado a cabo ocho ejecuciones en un período de 10 días», ha asegurado Dunham.
Calendario de ejecuciones
El gobernador dictó el 17 de abril como fecha para la ejecución de Bruce Ward y Don Davis, ambos hombres blancos. Ward fue condenado a muerte por la violación y asesinato de una dependienta de una gasolinera de 18 años en 1989, mientras que a Davis le espera una inyección letal por el asesinato de otra mujer en 1990.
El 20 de abril, Arkansas tiene previsto ejecutar al afroamericano Stacey Johnson por el asesinato de un guardia de prisiones en 1995 mientras cumplía una cadena perpetua por matar a un empresario cinco años antes.
Ledell Lee, también afroamericano, tiene una cita con el verdugo ese mismo día por la violación y asesinato de una mujer en 1993.
Lee está señalado además de haber violado a varias mujeres y de haber asesinado a otras dos. El 24 de abril será el turno del afroamericano Marcel Williams por el secuestro, violación y asesinato de una mujer en 1994 y de Jack Jones, un hombre blanco, por la violación y asesinato de una mujer en 1995 y el intento de asesinato de su hija de 11 años.
TODOS SON ASESINOS Y HAN AGOTADO LOS RECURSOS
El 27 de abril, Arkansas pretende ejecutar a Jason McGehee, un hombre blanco, condenado a muerte por el asesinato en 1996 de un adolescente con el que vivía y que le delató a las autoridades por cobrar cheques robados.
También tiene cita con el verdugo el afroamericano Kenneth Williams por el asesinato de un hombre durante una fuga de la prisión en 1999 en la que cumplía cadena perpetua por otro homicidio un año antes.
Los ocho reos forman parte del grupo de 34 presos que aguarda en el corredor de la muerte en Arkansas, donde la pena capital permanece suspendida desde 2005 por la dificultad para obtener las drogas empleadas en los ajusticiamientos.
La tardanza en la resolución del procedimiento ha sido una continua fuente de frustración para las familias de las víctimas, como indicó el gobernador republicano, quien de todas formas lamentó la proximidad de las ejecuciones.
Desde que el Tribunal Supremo restauró la pena de muerte en 1976, 1.446 presos han sido ejecutados en Estados Unidos, 27 de ellos en Arkansas.