No más Mentiras

Antonio García Fuentes

Maestros, lacayos, adoctrinados y tiranos

Maestros, lacayos adoctrinados y tiranos

Después de la palabra madre y tras la de padre, para mí viene la palabra MAESTRO, que muchas veces es incluso superior a la de padre; puesto que lo que llegamos a ser en la vida, siempre o casi siempre, nos viene de nuestra madre o abuela (caso mío); y posteriormente, de lo que hemos llegado a aprender, de los Maestros con que hemos “tropezado”; unido todo ello al estudio y observación, del mejor y “único” libro verdadero en este mundo o planeta, que no es otro, que, el “leer u observar con la máxima atención todo lo que nos enseña la propia vida (toda) que se desarrolla en nuestro entorno; sea ésta humana, animal o vegetal; que en conjunto es lo que se considera la mejor universidad de la vida aquí, y todo lo demás sobra para consolidar la individualidad, del ser en este planeta; sencillamente y por cuanto “el individuo es superior a la masa”; si bien y bien analizado, ese individuo ya conseguido, “siempre llevará sobre su yo, un peso muy superior al que sigue en la masa aborregado”; y todo ello, aun llegando al análisis socrático y final del saber… “Yo sólo sé que no sé nada”.


En lo político y social, siempre son el pueblo (“o los pueblos”) los que sobreviven y entierran, o destruyen a los políticos; que son algo así, como, “la guadaña o cortacésped moderno, que siempre siegan las inquietudes de los individuos que destacan en las masas, para ahogarlos o exterminarlos”; pero como ocurre en el césped o yerbas eternas, éstas siempre guardan raíces mucho más que suficientes, para brotar de nuevo y con mucha más fuerza, si reciben o guardan, “la humedad” suficiente; la que nunca falta y antes o después, surgen los brotes positivos. Los políticos y en general, siempre fueron una plaga, y ello se demuestra, leyendo y conociendo suficientemente, la historia “del mono humano”, sobre este desgraciado planeta.


El político teme y hasta puede causarle terror, el que el pueblo que domina o piensa dominar, piense y deduzca por sí mismo; y es por lo que siempre quiere controlarle, las enseñanzas que debe recibir, puesto que para mejor dominarlo, lo necesita cuanto más “embrutecido” mucho mejor; él considera que “con su astucia”, es más que suficiente para conducir “al rebaño”; y como ocurrió en el pasado y sigue ocurriendo hoy, el final, es “la destrucción del rebaño”, la continua siega del “césped del saber”; y llegar al triste punto del “volver a empezar de nuevo, con la terrible seguridad que volverán a surgir esos políticos mezquinos de siempre, que ni crecen ni dejan crecer a los demás”; imponiendo siempre doctrinas y credos, nefastos, por cuanto siempre llegan a esos puntos finales antes dichos.


Reflexiono hoy así, por cuanto, aunque ya soy muy viejo y pronto ha de venir “la parca” a recogerme, pero pienso en esas nuevas generaciones, que hoy son capullos verdes, flores a medio abrir, o ya abiertas, pero aparecen “llenas de gusanos”¸ y a los que ya aquí en España (deduzco que en la mayoría del resto de pueblos planetarios) les tienen preparados, planes de estudios, “memorias históricas”, doctrinas “obtusas y llenas de mentiras o que les oculten las verdades crudas y duras que son las que enseñan de verdad”, para que aprendan una “descultura” (palabra que me surge mientras escribo) que los mantengan, en la inercia, en la mentira, en la falsedad y por tanto en la máxima debilidad, “del caletre individual”, que es lo que de verdad, hizo y hace, al hombre, hombre y a la mujer, mujer. Por tanto la enseñanza va a seguir, sin maestros verdaderos, puesto que EL MAESTRO verdadero, no se vende, y siempre y haciendo honor a su nombre, o denominación, siempre, “luchará por la enseñanza libre, aunque se llegue siempre a ese saber que no se sabe nada, como aquí reitero hoy una vez más”. Y ese MAESTRO, llegará al grado máximo, en que en su momento, recomendará a sus discípulos (“que no alumnos”) que ya no puede enseñarles más, porque no sabe; que busquen otros maestros o escuelas, donde puedan aprender más y mejor. Puesto que “el saber no ocupa lugar”, como bien se dijo.


Así es que lo que nos espera, son desastres aún peores de los que ya hemos padecido, los aún vivos, o antepasados más lejanos, que sufrieron el poder, de aquellos caudillos, que sin solucionar nada definitivo, pasaron a la historia del “mono humano”, sobre montones de cadáveres, que es lo único que dejaron tras de sí, para enseñanzas a las nuevas generaciones, que a la vista está, no han aprendido nada, puesto que siguen “brotando, los caudillos, salvadores y profetas; que al final son destructivos como los demás lo fueron”.


Por tanto no es la falta de “gas, petróleo, cereales y todo lo material que hoy precisamos”; de todo ello sobra en el planeta; pero los “nuevos exterminadores”, consiguen controlar “los flujos”; y con ellos, quieren dominar el mundo, o la mayor parte de ese mundo, que ellos en su enfermizo egoísmo o avaricia, han soñado; sin saber o querer saber, que todo lo van a dejar aquí, al morir y que su muerte (ya son viejos todos o casi todos); va a ser “mañana mismo” y sin que nadie tenga que intervenir en esa muerte, que es de las escasas verdades de este mundo, puesto que nos iguala a todos; pobrecitos los que no sepan analizar ello y aplicarlo a sus vidas.

Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
www.jaen-ciudad.es (Aquí mucho más)

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Antonio García Fuentes

Empezó a escribir en prensa y revistas en 1975 en el “Diario Jaén”. Tiene en su haber miles de artículos publicados y, actualmente, publica incluso en Estados Unidos. Tiene también una docena de libros publicados, el primero escrito en 1.965, otros tantos sin publicar y mucho material escrito y archivado. Ha pronunciado conferencias, charlas y coloquios y otras actividades similares.

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