Pacos

Paco Sande

Elecciones gallegas, se puede decir mas alto, pero no mas claro.

Bien, a estas alturas de la película ya todo el mundo sabe el resultado de las elecciones, tanto en Galicia, como en Vasconia. Y, aunque, en las Vascongadas, viendo como ha quedado la cosa, no está muy claro todavía quien va a ser el próximo lendacari. En Galicia ha quedado clarísimo. Feijoo ha ganado por mayoría aplastante, ha arrasado, un “landslide” que dirían los ingleses.
Vamos a ver: Parlamento de Galicia, 75 escaños.
PP. Nº de votos: 759.778, que le dan 39 escaños, que representan un 47´11% del electorado.
PSOE. Nº de votos: 482.579, que le dan 24 escaños, que representan un 29´92% del electorado.
BNG. Nº de votos: 267.248, que le dan 12 escaños, que representan un 16´57% del electorado, (Unha fartura)

Bueno, pues ahí queda. Los gallegos lo podríamos haber dicho más alto, pero no mas claro.
¿Por qué arraso el PP? ¿Por lo buenos que son? …Pues no. El PP arraso a pesar de lo malos que son.
El PP arraso porque los gallegos quisieron (o quisimos, pues yo también soy gallego y también voto) castigar al señor Touriño. Y a los nacionalistas decirles a donde pueden irse con sus teorías galeguista-independentistas.

El señor Tuoriño fue castigado por haberse dejado eclipsar y mangonear por el señor Quintana. Aquellos gallegos que en las elecciones del 2005 le dieron su voto y su confianza, se lo dieron para que gobernase el Partido Socialista, con ideas socialistas y no para luego ver como el Presidente Touriño, se daba por desaparecido en combate, mientras el señor Quintana, o sea el Bloque Nacionalista Gallego, desde vicepresidencia, cargo creado a esproseso para Quintana, hacia, deshacía, y gobernaba a su antojo, con ideas del BNG. Y, exclusivamente, para acérrimos a el BNG.
Por eso y nada mas que por eso, fue castigado Toriño y el PSOE, por eso, y no, como quieren ahora hacernos ver, por lo del audi suntuoso, el despacho de nogal americano o los ventanales que cambian de color según el estado del clima, que también ya le valió, con la que está cayendo y él para demostrar quien es el presidente, se gasta una fortuna en chorradas, ¿se puede ser mas memo?
Esperemos que esto sea un aviso a navegantes. Que nuestros políticos comprendan que no todo vale, con tal de ser presidente. Que hay que guardar cierta ética moral. Esperemos que el PP y el PSOE tomen nota a la hora de maniobrar en el País Vasco.
Esperemos que comprendan que, aunque no se soporten, la mayoría de los vascos esta pidiendo a gritos el fin del nacionalismo y feudalismo peneuvista que dura ya treinta años. Esperemos que comprendan y que actúen en consecuencia.

Y en cuanto a los nacionalistas. ¿Qué más se puede añadir? Que no hay peor sordo que el que no quiere oír.
Han conseguido un miserable 12 por ciento de votos, mayoritariamente de cuatro chavales recién salidos de la escuela, donde en casi todas, uno o varios de los profesores suelen ser activistas del galleguismo mas recalcitrante, (por lo menos el profesor de gallego, casi siempre encaja con este perfil).
Desde su fundación se han autoproclamado el partido del pueblo, (O partido do pobo) ¿De que pueblo? Si el pueblo una y otra vez, los manda a freír espárragos, eso es, en el sentido fino de la frase. Si alguna vez quieren ser el partido del pueblo, entonces que escuchen al pueblo, su mensaje es alto y claro. No queremos imposiciones ni de culturas rebuscadas en un remoto pasado, ni de la lengua en que debemos hablar, escribir, rotular nuestros comercios o, lo que es más importante, educar a nuestros hijos.
No queremos la fundación de un “paisito” galaico, ni separatismos de ninguna índole.
Somos gallegos, nos sentimos gallegos hasta la medula, Galicia es nuestro terruño, nuestra patria chica, pero también somos españoles y no queremos la desmembración de nuestro país, España. La mayoría de nosotros hemos sido emigrantes y aprendimos en carne propia lo que significaba ser español, lo que significa el haber recorrido media Europa, desde Bournemouth hasta Plymouth y desde alli en ferry hasta el Lehavre francés, con la mujer y una niña de seis meses, en un coche renqueante y cargado hasta los topes, que solía averiarse a la altura de Burdeos a las cuatro de la madrugada, y uno sin entender ni torta de francés, buscando a alguien que lo ayudara, se le abrían las puertas del cielo cuando, al preguntarle al tío que estaba barriendo los autobuses, este te contestaba en un andaluz perfecto. El mismo sentimiento que experimentabas cuando al llegar la frontera pasabas por el control de la Guardia Civil de adunas, ahí sabias que lo habías conseguido, aun que estabas en Irun y tu pueblo quedaba todavía a casi mil kilómetros, no importaba, ya estabas en tu tierra.
Así es como lo vivimos miles de gallegos, y así es como queremos que siga siendo, que sin importar donde uno se encuentre, sea uno de Vigo, de Valencia o de Cáceres y se encuentre en Barcelona, La Coruña o Sevilla, uno se sienta en su tierra.

Esto que lo tengan en cuenta los nacionalistas, Quintana y su jefe Paco Rodríguez, pero también Manuel Rivas, Jesus de Toro, Benito Lobería, Carlos Aymerich y, sobre todo el señorito Carlos Callón, Presidente de la “Mesa de Normalización Lingüística” ente este que no posee autoridad ni potestad alguna, es una simple ONG, que ya avisa de que ellos no piensan retroceder ni un ápice en su “lucha por el gallego” o sea que seguirán con lo mismo, tratar de imponernos sus ideas y su dogma del gallego por las buenas o por las malas, y extorsionar a los comercios con amenazas de multa si no rotulan en gallego.
El señorito Callón, todavía un imberbe, que ha hecho de su “defensa do galego” su carrera y forma de vida, no quiere darnos a los gallegos la oportunidad de poder ser libres.

Y, finalmente, el señor Feijoo, ¿Qué puedo decirle al señor Feijoo?
Le hemos dado nuestro voto y nuestra confianza, no nos defraude usted ahora. Veo en el periódico de hoy, que promete que tendremos el AVE en Galicia en dos años, que va a reducir las listas de espera en los hospitales, etc., etc. Todo eso está muy bien, pero no se olvide usted de la mayor. Nos prometió que cambiaria el decreto del gallego, que se acabarían las “galescolas”, que los padres tendríamos un sobre donde poder escoger la lengua en que deseáramos que nuestros hijos pudieran estudiar las materias troncales.
En fin, que los gallegos íbamos a empezar a poder ser libres.
Cúmplalo.

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