Pacos

Paco Sande

El ultimo sol de Europa…

Discutía yo el otro día con un amigo, al que conozco desde los tiempos en que viví en Inglaterra, allí nos conocimos, regresamos a España con muy poco tiempo de diferencia y, todavía hoy, seguimos conservando aquella amistad. Y este amigo está convencido de que en España, los días son más largos que en Inglaterra y siempre anochece mas tarde.
Trataba yo de explicarle que eso no siempre era así, pues dependía de la época del año. En invierno, si son mas cortos allí y mas largos aquí, pero en el verano, y puesto que el eje de rotación del planeta varia su posición relativa con respeto al sol, según vaya avanzando el verano, el norte empezara a recibir mas luz, al tumbarse mas el Sol, tanto se tumbara que, como es sabido, el Polo Norte disfrutara de seis meses de día perpetuo, hasta el 22 de septiembre, equinoccio de otoño. Por lo tanto, en verano en Inglaterra, al estar más al norte, los días serán más largos que en España.
Como no quedó muy convencido, le dije que recabaría información sobre el asunto y se lo escribiría aquí, y bien así lo he hecho, y ahí va: Mas o menos la cosa marcha como yo le explicaba, pero, además, me he enterado que, en estos momentos, y desde el equinoccio de primavera hasta aproximadamente el 25 de abril, el ultimo rayo de sol de Europa, muere en Finisterre, mas concretamente en el Faro Touriñan, un poquito mas arriba, que le gana a Fisnisterre por unas décimas de segundo, esto es, dejando fuera a las islas, pues de no hacerlo así, entonces serian las Azores las que se quedaban con el santo.

Pero, como digo mas arriba, a medida que pasen los días y avance el verano el eje de rotación de la Tierra seguirá con su “lógica” y el Sol o su luz se ira desplazando mas y mas hacia el norte y un poco antes del 25 de abril, Touriñan perderá su puesto como la ultima luz de Europa, en favor de Vardetangen, el extremo oeste noruego, cerca del cabo Stad, éste será relevado tres días mas tarde por el cabo Nordkinn, el extremo septentrional, cerca del mítico cabo Norte.
Aunque en otoño, este fenómeno volverá a repetirse otra vez, pero al revés y desde el 13 da agosto al 22 de septiembre Touriñan volverá a ver de nuevo el último Sol de Europa.

«¿Alguna vez habéis visto el sol que se esconde sobre un horizonte de mar? Sí, sin duda.
¿Lo habéis seguido hasta el momento donde la parte superior de su disco roza la línea del agua y va a desaparecer? Es muy probable.
Pero, ¿habéis notado el fenómeno que se produce en el instante preciso cuando el astro radiante lanza su último rayo, si el cielo, despejado de brumas, es entonces de una pureza perfecta? ¡Tal vez no!
Bien, la primera vez que encontréis la ocasión -se presenta muy raramente- de hacer esta observación, no será, como se podría creer, un rayo rojo que impresionará en la retina de vuestro ojo; será un rayo «verde», pero de un verde maravilloso, un verde que ningún pintor puede obtener sobre su paleta, un verde que la naturaleza, ni en la gama tan variada de los vegetales ni en el color de los mares más nítidos, ha podido reproducir jamás el matiz.
Esto lo escribió Julio Verne en su libro El Rayo Verde.

La leyenda dice que dos personas que lo vean a la vez quedan automáticamente enamoradas la una de la otra, Es un momento mágico en que dos personas descubren el amor a la misma vez.

Hay otra versión que dice, que el Rayo Verde, sólo lo pueden ver a la puesta de sol aquellas personas que estén verdaderamente enamoradas.

Y otra más que dice, que aquél que ha sido tan afortunado de verlo una vez, podrá leer en su corazón y en el corazón de los demás.

No es fácil poder ver el Rayo Verde en Finisterre, pues normalmente el Sol casi nunca acaba muriendo en el mar, sino tras de una bruma blanca que nace de éste, eso cuando el tiempo está bueno, si es de tormenta, entonces veremos un cielo negro y encapotado que se junta con el mar allá a lo lejos, y que nos hace presagiar que estamos mirando ese lugar tenebroso donde nacen las tormentas, un lugar misterioso donde la vida y la muerte se dan un abrazo.
Esta fue sin duda la imagen que hizo estremecerse un día al romano Décimo Junio Bruto, algo que le llevó a creer que allí moría el Sol.
Sea como fuere, día claro o de tormenta, si en algún sitio puedes llegar a creer en el amor y en los demás, eso será en Finisterre y si además por una casualidad llegases a ver el Rayo Verde, entonces tuyo será el mundo.

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