Hoy, lunes 19 de mayo de 2025, el panorama político argentino ha experimentado un giro sísmico tras las elecciones legislativas celebradas este domingo en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. El partido La Libertad Avanza (LLA), liderado por el presidente Javier Milei, ha logrado una victoria contundente que redefine el mapa político de la derecha argentina y consolida el poder del mandatario.
Con el 99,20% de los votos escrutados, la lista encabezada por el portavoz presidencial, Manuel Adorni, se impuso con un 30,19% de los sufragios, dejando en segundo lugar al peronismo con un 27,49%, representado por Leandro Santoro. El gran derrotado de la jornada fue el PRO del expresidente Mauricio Macri, que quedó relegado a un inédito tercer puesto con apenas un 16% de los votos, marcando su peor resultado en dos décadas de dominio en la capital argentina.
Un terremoto político en el bastión macrista
Lo que en principio podría considerarse una elección de alcance municipal ha adquirido dimensiones nacionales, convirtiéndose en una batalla decisiva por el control de la derecha política en Argentina. Por primera vez en 20 años, el PRO pierde en su bastión electoral, desde donde Mauricio Macri construyó su plataforma para llegar a la presidencia en 2015.
La victoria de LLA supone un duro golpe para el macrismo, que ahora se enfrenta a un posible éxodo de dirigentes que pone en riesgo su supervivencia política. La diferencia de 14 puntos entre ambas formaciones evidencia un cambio profundo en las preferencias del electorado conservador, que ha optado masivamente por la propuesta ultraderechista de Milei.
«Hoy se pintó de violeta el bastión de amarillo y a partir de ahora a pintar de violeta todo el país», declaró eufórico el presidente Milei tras conocerse los resultados, en clara alusión a los colores que identifican a LLA y al PRO, respectivamente. El mandatario incluso suspendió su viaje a Roma para la asunción del Papa León XIV con el objetivo de estar presente en la celebración de este triunfo histórico.
Una campaña nacionalizada y una participación histórica
La estrategia de Milei para estas elecciones fue clara: convertir los comicios locales en un plebiscito sobre su gestión nacional. El eslogan «Adorni es Milei» y la participación activa del presidente en la campaña buscaron nacionalizar una elección que tradicionalmente tiene un carácter local.
Durante la última semana, Manuel Adorni fue el encargado de anunciar medidas de alcance nacional como una reforma migratoria o la eliminación de aranceles para la importación de dispositivos electrónicos. Su discurso de campaña se centró en «llevar el modelo de Milei a la ciudad», con la motosierra y el desguace del Estado como principales banderas.
Un dato significativo de estos comicios fue la baja participación, que apenas alcanzó el 53% del padrón electoral, frente al 75% registrado en las elecciones de 2023. Este fenómeno, pese a que el voto es obligatorio en Argentina, no impidió que LLA duplicara los apoyos obtenidos en las últimas elecciones en la capital, cuando sumó en torno a un 13% de los votos.
Las consecuencias políticas del terremoto electoral
La victoria de LLA en Buenos Aires marca un punto de inflexión en la política argentina y tiene importantes implicaciones de cara a las elecciones legislativas nacionales de octubre, donde se renovará la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio del Senado.
Para Milei, este triunfo representa la consolidación de su liderazgo en el espectro de la derecha y un espaldarazo a sus políticas de ajuste económico y reducción del Estado. El presidente, que llegó al poder hace apenas un año y medio con una minoría parlamentaria (su partido posee solo el 15% de los escaños en la cámara baja y el 10% en el Senado), ve reforzada su posición para seguir adelante con su agenda libertaria.
En su discurso tras la victoria, Manuel Adorni dejó claro el significado político de estos comicios: «No era simplemente una elección local, no era simplemente una elección a legislador. Hoy elegimos entre dos modelos, el de la casta, el de unos pocos y el modelo de la libertad, hoy ganó la libertad, una vez más».
Un nuevo escenario para la derecha argentina
La fragmentación de la derecha argentina quedó en evidencia en estas elecciones. Además de la división entre LLA y el PRO, ambas formaciones sufrieron fracturas internas. Por un lado, el exjefe de gobierno porteño y cofundador del PRO, Horacio Rodríguez Larreta, se presentó con una lista propia que obtuvo el 8% de los votos. Por otro, Ramiro Marra, quien hace dos años fue candidato de LLA a gobernar la ciudad, también concurrió al margen de la lista oficial libertaria.
Este escenario de división favoreció al peronismo, que pese a ir unido tras un solo candidato, tuvo que conformarse con un segundo puesto. La oposición tradicional argentina se encuentra ahora ante el desafío de redefinir su estrategia frente al fenómeno Milei, que ha logrado capitalizar el descontento ciudadano con la clase política tradicional.
El resultado en Buenos Aires confirma la consolidación de LLA como una fuerza política de primer orden, capaz de desafiar y vencer a partidos con décadas de trayectoria. Lo que comenzó hace apenas cuatro años como un movimiento liderado por un excomentarista de televisión conocido por sus furiosas diatribas contra la clase política, se ha convertido en la principal fuerza de la derecha argentina.
Proyección nacional y desafíos futuros
De cara a las elecciones legislativas nacionales de octubre, el triunfo en Buenos Aires otorga a Milei un impulso significativo. El presidente buscará ampliar su representación parlamentaria para avanzar en su agenda de reformas sin depender tanto de acuerdos con otras fuerzas políticas, especialmente con el PRO de Macri, con quien ha mantenido una relación de conveniencia pero también de competencia por el liderazgo de la derecha.
El desafío para Milei será mantener la cohesión interna de su heterogénea coalición y traducir este éxito electoral en apoyo sostenido a sus políticas económicas, que incluyen drásticos recortes del gasto público y una liberalización acelerada de la economía.
Para el macrismo, la derrota en su bastión histórico abre un período de reflexión y posible reestructuración. El PRO deberá decidir si mantiene su identidad diferenciada o si se acerca más a las posiciones de LLA para no perder relevancia en el espacio de la derecha.
El peronismo, por su parte, aunque quedó en segundo lugar, muestra signos de recuperación tras la dura derrota en las presidenciales de 2023. Su desafío será capitalizar el descontento que puedan generar las políticas de ajuste de Milei sin perder su base electoral tradicional.
Las elecciones en Buenos Aires han marcado, sin duda, un punto de inflexión en la política argentina. La ultraderecha libertaria de Milei ha demostrado que no solo puede ganar elecciones presidenciales, sino también conquistar bastiones históricos de otras fuerzas políticas, redibujando el mapa del poder en Argentina.
