Para los adictos a los que el terror no les va y las amorosas producen empalago, tenemos hoy sugerencias finas: series policiacas.
Desde los primeros días de la televisión, las historias de criminales contra la policía, en todas sus formas, ha sido un tema muy atractivo para los programas de televisión de todo el mundo.
Este género de entretenimiento es amplio.
Algunas de estas series muestran el proceso que realiza un detective para conseguir suficientes pistas para resolver un caso, otras exploran en las mentes oscuras de los asesinos en serie, mientras que otros presentan cómo se estructuran organizaciones delictivas.
Una breve lista de unas series buenas para ver en Netflix:
- Mindhunter
Creada por el director de El club de la pelea y Zodiac, David Fincher, esta serie está ambientada en 1977, y cuenta la historia de los agentes del FBI Holden Ford (Jonathan Groff) y Bill Tench (Holt McCallany), quienes entrevistan a asesinos en serie para entender por qué hicieron lo que hicieron y así poder crear perfiles psicológicos que ayuden a conocer el patrón de funcionamiento de cualquier criminal. Para esto, entrevistan a asesinos notorios como Edmund Kemper y Charles Manson. Está basada en el libro de crimen de no ficción Mind Hunter: Inside FBI’s Elite Serial Crime Unit (Cazador de mentes: dentro de la Unidad Élite de Delitos Seriales del FBI, en español), escrito por el agente retirado del FBI John E. Douglas, también pionero de la psicología criminal. La serie tiene 2 temporadas y 19 episodios. - Bad Blood
Basada en hechos reales y ambientada en Montreal entre principios de la década del 2000 y principios del 2010. Vito Rizzuto (Anthony LaPalgia), el jefe de la familia criminal Rizzuto, una mafia que ha estado presente en Canadá desde hace varias décadas, busca llevar la paz al mundo criminal de la ciudad. Sin embargo, cuando Vito está implicado y arrestado por múltiples asesinatos cometidos en 1981, pone a su mano derecha, Declan Gardiner (Kim Coates) a cargo, y su imperio comienza a desmoronarse. Es una historia de familia, lealtad, engaño, poder, codicia y de la violencia del mundo de la mafia. Tiene dos temporadas y 14 episodios. - The Sinner
La historia de esta serie comienza con una joven madre, que cuando es superada por un inexplicable ataque de rabia apuñala a un hombre hasta matarlo y, para su horror, no tiene idea de por qué. Los detectives Harry Ambrose (Bill Pullman) y Dan Leroy (Dohn Norwood) están asignados al caso, pero mientras Dan lo considera un caso cerrado porque varias personas presenciaron el asesinato, Harry está convencido de que debe haber algo más y decide continuar la investigación por su cuenta, ya que se obsesiona con descubrir qué ocasionó ese crimen. Juntos recorren un viaje desgarrador hacia las profundidades de su psique y los violentos secretos ocultos en su pasado. Esta serie tiene 3 temporadas y 24 episodios. - The Fall
La superintendente de la Policía Metropolitana, Stella Gibson (Gillian Anderson), una investigadora superior encargada de revisar las investigaciones, está adscrita al Servicio de Policía de Irlanda del Norte (PSNI) para evaluar el progreso de una investigación de asesinato que ha permanecido activa por más de 28 días. Cuando se hace evidente que un asesino en serie anda suelto, los detectives locales deben trabajar con Stella para encontrar y capturar a Paul Spector (Jamie Dornan), que está atacando a mujeres jóvenes profesionales en la ciudad de Belfast. A medida que pasa el tiempo, el equipo de Stella trabaja incansablemente para construir un caso, pero se encuentran con complicaciones tanto dentro como fuera de la PSNI. Tiene 3 temporadas y 17 episodios. - Manhunt: Unabomber
Esta serie narra el caso de Ted Kaczynski (Paul Bettany), también conocido como Unabomber por enviar cartas bombas, que estuvo activo durante casi dos décadas antes de que el FBI lo atrapara. La trama muestra el funcionamiento interno del FBI a través del punto de vista del agente Jim Fitzgerald (Sam Worthington), quien creó la “lingüística forense” como una forma de ayudar a atrapar criminales. Al igual que en Mindhunter, el camino de Fitzgerald está lleno de trámites burocráticos y tiene que luchar contra la institución para mejorarla, y satisfacer su propia obsesión con el caso.