OPINIÓN / AFILANDO COLUMNAS

Quintano asegura que el ElPais.cat nace por la bendición de la derecha de Soraya y de la izquierda de Sánchez

Cebrián aprovecha el lanzamiento de El País.cat para reclamar que Barcelona sea co-capital de España

Si uno fuera malpensado se barruntaría que en el antaño auto erigido ‘diario independiente de la mañana’ no le tienen demasiado cariño al político que parece empeñado en demostrar con sus camisas que su detergente lava más blanco.

Tras hacer que Pedro Sánchez, además de la vicepresidenta del Gobierno, se trague un viaje de ida y vuelta de Madrid y Barcelona para asistir al lanzamiento de El País.cat, el periódico de Cebrián le publica un artículo. Eso, podrán decir, no tiene nada de malo. Y es cierto. Lo que pasa es que, a diferencia de otros políticos, no le dan una página entera y un lugar destacado. Al contrario, el texto del secretario general del PSOE está medio escondido en un faldón en las páginas de política.

Al margen de eso, el gran tema de los espacios de opinión de la prensa de papel española el 7 de octubre de 2014 sigue siendo Cataluña, incluyendo un largo texto, esté sí muy destacado, de Juan Luis Cebrián.

Hacemos sonar como cada día nuestra armónica de afilador y nos ponemos manos a la obra.

El ladrillo político del día más que ladrillo es más bien una baldosa, de puro breve y por su discreta colocación. Como decíamos, su autor es Pedro Sánchez. En La política vuelve a hacer acto de presencia  evita decir cosas como que le sobra el Ministerio de Defensa o que está en contra de los toros. Tal vez por eso resulta tan soso. Critica de forma abierta a Artur Mas y elogia, de forma discreta, a Rajoy:

Otra explicación más convincente sería la de que el presidente Rajoy está dispuesto a abordar lo que se suele llamar el «encaje» de Cataluña en España. Ah, pero esto implica, aunque no se diga así, revisar las normas que regulan ese encaje y, por cierto, el de las restantes Comunidades. Y esas normas son, ni más ni menos, que la propia Constitución.

¿Se están dando mensajes que ofrecen abrir esta puerta tras el reconocimiento por la Generalitat de que el 9-N no tendrá lugar? Si es así, me siento satisfecho: esta es la cordura que el Partido Socialista viene reclamando desde hace tiempo. No reclamo derechos de autor: me alegra, simplemente, saber que la política vuelve a hacer acto de presencia en beneficio de todos los ciudadanos. No digo que sea fácil. Digo que no la desaprovechemos. Ninguno.

Tal vez no reclame derechos de autor, aunque tampoco es que pudiera cobrar por ellos, pero a este humilde lector de columnas le parece que quiere apuntarse un tanto, aunque no esté tan claro que pueda reclamarle.

Pasamos ahora al auténtico protagonista del día en El País, que es el propio Juan Luis Cebrián. El buque insignia de PRISA publica en un lugar destacado el texto íntegro de su discurso en la presentación de la edición digital en catalán. Lo han titulado Para contribuir al diálogo. Y esto sí que es un ladrillo, e incluso toda una pared.

En presencia de Sánchez y Soraya Sáenz de Santamaría, no tuvo reparos en destacar que los políticos tratan de acercarse a su diario:

Pero eso no quiere decir que se integren en el aparato político del mismo, pues su influencia se ejerce desde la sociedad civil. Un periódico como El País es desde luego una institución, y nada tiene de extraño que se vea cortejado por los poderes públicos, en cuya casta, por utilizar una palabra de moda, se ve incrustado de una forma u otra.

Al afilador de columnas le parece que se estaba regocijando en restregarle a la cara a ambos políticos que se desvivan por agradarle.

Reclama además la doble capitalidad, Madrid-Barcelona:

La edición de Barcelona supuso en nuestro caso el reconocimiento de la singularidad catalana en el conjunto del Estado, equiparable culturalmente a la de otras autonomías y regiones, pero absolutamente única si se considera su peso específico en la economía, la cultura y el ejercicio del poder político. Aspirábamos entonces, y nos gustaría poder seguir haciéndolo ahora, a un reconocimiento tácito de la bicapitalidad efectiva que de hecho se había instaurado en nuestro país entre Barcelona y Madrid.

Eso sí, deja claro que no apoya en ningún caso el independentismo:

El azar, o quizá la necesidad, ha querido que se conmemore hoy también el 80º aniversario de la breve revolución que llevó al presidente Companys a declarar la independencia del Estado catalán de la República federal española. La memoria histórica de aquellos trágicos sucesos, que terminaron con la suspensión del Estatuto de Autonomía y constituyeron en cierta medida el prólogo a la Guerra Civil, debería cuando menos servirnos de recordatorio de que el cumplimiento de las normas y el respeto a la ley son base indispensable de cualquier democracia.

Pasamos ahora a ABC con la columna de Ignacio Camacho titulada La cuarentena, en la que dice:

Lo que los secesionistas intentan es convertir su cantada derrota jurídica en una escalada de frustración mediante la ficción de una convocatoria inviable. El eterno victimismo nacionalista como combustible del desafecto hacia España. De la independencia psicológica.

Concluye:

Se trata de una partida de ajedrez en la que los jugadores se miran a los ojos a ver quién pestañea primero. Rajoy, protegido por su enroque jurídico, sólo ha de preocuparse de sus propios movimientos, mientras que Mas estudia de reojo la reacción de sus compañeros del bloque soberanista, que aguardan impacientes y con ganas de patear el tablero. En este juego está prohibido equivocarse. Quedan días tensos, pesados y difíciles; sin embargo el riesgo principal de la cuarentena está empezando a desplazarse sobre quien ha fijado el calendario.

Mientras, Ignacio Ruiz-Quintano, con el título de Punto Cat, habla sobre la edición digital catalana de El País.

El diario global en español ya es Punto Cat, con la bendición de la derecha de María Soraya y de la izquierda de Pedro Sánchez, en quien las ranas más veteranas de la charca siguen afeando lo que David Gistau llama en español redondo «el resbalón».

Prosigue:

Pedro Sánchez sabe mejor que nadie que él está ahí por su cara bonita, y si le sobra el Ministerio de Defensa es por defender su póster, tapado por el de Rubén López, flamante Míster Universo… y soldado de la Brigada Acorazada (dependiente de aquel Ministerio) para defender la Constitución Española, a cuya imagen y semejanza los separatistas catalanes ya han escrito la suya, y corre por los cenáculos.

En El Mundo, Salvador Sostres se pone internacional con el título para hablar de algo local. En Mistakes of my youth, resalta el vodevil separatista en Cataluña.

Cuatro tarados ensuciando la plaza de Cataluña no pueden ser la metáfora de nada, ni mucho menos de una comunidad que dice querer romper un Estado. ¿Para qué tendría que ofrecer Rajoy un pacto? Basta con que ofrezca el camión de la basura, para recoger la porquería que los gamberros dejaron.

Sostres sigue creyendo en aquello del ‘manejo magistral de los tiempos’ que algunos atribuyen al registrador de la propiedad que creíamos metido a gobernante.

La estrategia de Rajoy de no hacer nada ha sido magistral y es así como va a ganar. Todas las líneas del catalanismo político, y su propio público con su actitud infantil de vergonzosa autocomplaciencia, han demostrado que no están a la altura de las circunstancias; y que probablemente ni existan las circunstancias. Personal acostumbrado a jugar a la botifarra que se ha pasado al póquer creyendo que su farol iba a impresionarnos, cuando de hecho ni se les ve porque todo lo cubre su infinita, provinciana boina.

En el periódico ahora dirigido por Casimiro García-Abadillo nos topamos con una grata sorpresa. Se trata de una tribuna de uno de los políticos, aunque ya esté retirado, con mayor solvencia intelectual de España, Nicolás Redondo Terreros.

El antiguo líder de los socialistas vascos, que solía publicar en El País, hace una encendida defensa de nuestra Carta Magna La Constitución es nuestra libertad:

Arranca así:

Nada más lejos de mi intención que incurrir en la sinécdoque Pujol que confunde a Cataluña con su familia, ni tengo mi conciencia familiar mal pagada como para sentirme obligado a poner en práctica el programa político de mi abuelo; pero me resulta imposible en este artículo, en el que expresaré mi oposición personal al referéndum convocado por la Generalitat de Cataluña, no referirme a mi abuelo y a mi padre, que siempre supieron valorar los periodos democráticos de nuestra historia, dramáticamente escasos por cierto. ¡Pasaron tanto tiempo queriendo vivir como lo hacían nuestros vecinos! ¡Sufrieron e hicieron sufrir tanto a los suyos para colaborar en que los españoles olvidaran su condición de súbditos y conquistaran la de ciudadanos!

Recuerda que:

No estoy en contra de las reformas, no me aqueja el mal del misoneísmo, tan tristemente español como el de los pronunciamientos, antaño militares y hoy civiles que cuentan con toda la fuerza de las instituciones, que puede ser más poderosa que «los cascos de los caballos». Podemos pensar en renovar nuestro marco constitucional, pero no para dar satisfacción a los independentistas catalanes, sino para encontrar formas mejores de participación de todos los ciudadanos en el espacio público, de todos, y por supuesto nunca bajo la amenaza de un chantaje intolerable, sino con la razón como instrumento y todos los ciudadanos españoles, incluidos los catalanes, como objetivo.

Hoy es el momento de defender la Constitución del 78; relacionar su modernización con el referéndum independentista, con soluciones federales o asimétricas, es asegurar no que los nacionalistas en España nunca pierden, algo que todos sabíamos, sino que han empezado un periodo en el que siempre ganan.

Y reclama al PSOE que no se desmarque del PP en este asunto tan delicado de la consulta:

Por ello me asombra el silencio de los sindicatos y me preocuparía si el PSOE en estos momentos buscara una diferencia con el PP, que le debilitaría más que lo que le distinguiría. Yo creo que hoy los ciudadanos, desde las discrepancias, desde las diferencias, desde el reconocimiento de los conflictos que se producen en una sociedad democrática abigarrada de contradicciones, debemos apoyar al Gobierno de Rajoy en la defensa de nuestros derechos… Luego ya veremos.

Nos preguntamos si Casimiro García-Abadillo le ha metido un gol por toda la escuadra a Antonio Caño y ha logrado quitarle como colaborador a una firma tan sólida como es Nicolás Redondo Terreros. Suponemos que ya lo iremos viendo. En cualquier caso, sea donde sea, siempre es bienvenido un artículo suyo.

 

 

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Autor

Juan Velarde

Delegado de la filial de Periodista Digital en el Archipiélago, Canarias8. Actualmente es redactor en Madrid en Periodista Digital.

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