La crisis griega, dice Tertsch, ha convencido a muchos europeos de que "cabe más productividad en un taxi de Múnich que en un estadio en el Pireo"
Al inicio de otro día de calor insoportable, voy a sustituir la primera dosis de nicotina y cafeína por una de sinceridad. Sólo un columnista se ocupa de la noticia más importante: la salvación de un bebé al que su madre había abandonado para que muriera. Es Carlos Herrera, en ABC.
¿Qué transita por la cabeza de alguien que cree que no tiene consecuencias obrar así?: ¿qué pensaba decirles a sus otros hijos?, ¿cómo creía que podía explicar administrativamente la desaparición de un niño nacido en un hospital público?, ¿qué clase de conciencia tiene que puede creer que esa acción no le iba a perseguir de por vida?, ¿qué puede llevar a alguien a la crueldad de triturar a un bebé?
Lo cierto es que Marco está vivo gracias a una casualidad y en su bendito sueño ignora que sobrevive gracias a su llanto. Ojalá la vida le sea grata y pueda sobreponerse, una vez mayor, a una verdad que acabará conociendo. Esperemos que no se convierta en otro ejemplo de torpeza administrativa y que no tenga que pasar de familia en familia, de acogida en acogida, como otros lamentables casos que se conocen.
Miles de familias en España acogerían hoy mismo con los brazos abiertos a esa criatura para toda la vida. Crecerá feliz, como tantos niños adoptados, cambiará de nombre y de ciudad… o tal vez sea devuelto al seno de hermanos que ahora cuida el padre con la sombra permanente de la madre que inconcebiblemente quiso convertirlo en residuo sólido urbano.
Y yo me pregunto: este intento de asesinato, ¿no es violencia de género? Y añado: si esta mujer hubiese ido a abortar a una clínica, muy pocos se habrían indignado.
QUE LOS AFILIADOS DE C’S SE JOROBEN, LES DICE PREGO
Y una vez que nos hemos ocupado de lo serio, vayamos a lo superficial, que es la política. Raúl del Pozo (El Mundo) nos cuenta que en una cena en La Finca, el lugar más caro del caro Pozuelo de Alarcón, se sirvió a los postres la cabeza de Rajoy como en la película de Indiana Jones se sirvieron sorbetes de mono.
El último chisme -gallofa verdadera o falsa- de la Corte es que en el caso de que el PP ganara, como no se trata de superar, sino de mandar, podría necesitar a Ciudadanos y, entonces, podría darse el caso de que Albert Rivera exigiera que no fuera Mariano el que se sometiera a la investidura.
¿Y por qué?, se preguntan los áulicos de la derecha. Los adversarios interiores de Rajoy piensan que los de Ciudadanos podrían rechazar al presidente por su postura descabellada e inverosímil ante la corrupción de su partido.
Recientemente, en La Finca en una cena con diez testigos ante un soberbio bonito con tomate, una dirigente histórica del PP dijo que si pierde Rajoy o no logra mayoría de Gobierno, el candidato alternativo sería Pablo Casado. «Es el único ileso después de la quema». Otros políticos sondeados piensan que Pablo ha sufrido una superexposición en los medios y en diciembre también estará calcinado.
Un líder más que un político que transmite mensajes, es el mensaje. Es un producto: si no gusta, ni se compra ni se vota.
Para continuar con Ciudadanos, Victoria Prego (El Mundo) celebra que Toni Cantó participe en las primarias del partido naranja. Y los militantes de C’s, que se aguanten.
Ciudadanos necesita imperiosamente candidatos con nombre, gente reconocible, a poder ser en toda España, rostros que arrastren, que tiren de la lista hacia arriba. Cantó es sin duda uno de ellos.
Como lo es Francisco de la Torre, poseedor de un currículum y un prestigio que adornan cualquier candidatura electoral, que irá en la lista de Madrid, lo mismo que Marta Rivera de la Cruz, conocida periodista y escritora. Ninguno de ellos podría ser, sensatamente, expulsados de unas listas que están, por la corta vida de ese partido, necesitadas de elementos con auténtico tirón y que prestigien el nombre de un partido que es cierto que ha obtenido ya una excelente recepción entre el electorado. Pero ninguno es militante de Ciudadanos
Ésta es, sin embargo la realidad a la que inevitablemente se tendrán que enfrentar, para admitirla y someterse a ella, los militantes de Ciudadanos o de cualquier otro partido de nueva creación (…) Ya pueden ir aceptando que todos tienen un papel importante pero no el mismo papel.
ALFONSO MERLOS RECUERDA A SALVADOR ALLENDE
Sobre la campaña del Ayuntamiento de Madrid contra la prensa que le molesta, Federico Jimenez Losantos califica la web Versión Original de ‘Gaceta de la cheka’.
El Ayuntamiento de Madrid, impuesto por el PSOE pese a no haber sido la lista más votada, ha sido incapaz de crear jefaturas de prensa para todas las concejalías, pero ya ha copiado el noticiero de la verdad de la dictadura venezolana, que aquí podríamos llamar Gaceta de la Checa o Checaweb.
Que un ayuntamiento capaz de decir tres cosas distintas en un día no tenga un gabinete de comunicación y cree uno de delación de periodistas desafectos, muestra que Podemos está ensayando en Madrid y otras ciudades -gracias al PSOE- la implantación de la dictadura en toda España. Que hay muchos periodistas dispuestos a apoyarlo lo prueban los que -sobre todo en la tele- apoyan al soviet de Carmenagrado en esa utilización clamorosamente ilegal -como bien ha denunciado Begoña Villacís- del dominio Madrid, que es de todos, para convertirlo en arma sectaria y contra la libertad de expresión.
Sin embargo, en la experiencia de Cuba, Venezuela o Ecuador pueden comprobar que los camaradas periodistas que les ayudan a llegar al Poder se convierten muy pronto en esbirros contrarrevolucionarios, agentes de la CIA o lacayos del capitalismo. Y entonces, cuando comparten la condición de perseguidos con los que ellos mismos denunciaron, lo lamentan.
Por el contrario, David Gistau (ABC) confía en la unidad de la tropa periodística en defensa de la libertad de expresión, aunque antes reconoce que muchos opinadores no pasan de ser mercenarios.
El favor principal que nos hace Carmena es la decisión de que las broncas con el periodismo las riña directamente el poder, y no los periodistas en los que éste delega. Un espectáculo degradante es ver en las tertulias a periodistas instrumentales que, olvidado cualquier sentido gremial, se destrozan entre sí en la defensa del argumentario de un partido político que primero los captó mediante lisonjas, invitaciones a almorzar y prebendas. Y que luego arroja a la arena a sus periodistas como si fueran gladiadores mientras el político ni se ensucia.
La web de Carmena, que es el poder descendiendo a la reyerta, ha conseguido que, en una reacción instintiva, casi pavloviana, los periodistas detecten un enemigo genérico que los ha devuelto a un reparto de papeles más digno. Ha tenido que ser este grosero engendro controlador el que restaure a la triste tribu periodística una mínima conciencia de sí y de sus antagonismos naturales.
De manera muy oportuna, Alfonso Merlos (La Razón) recuerda la consigna del socialista Salvador Allende a los periodistas de de izquierdas.
¿Alguien imagina lo que estaría saliendo de la boca de Carmona si a la alcaldesa Esperanza Aguirre se le hubiese ocurrido patrocinar una «Web de la Verdad»? Yo sí. Antonio Miguel llevaría toda la semana de plató en plató denunciando el intolerable atropello a las libertades de la lideresa. Incluso, entre tele y tele, habría tenido ocasión de agarrar un megáfono para que su cabreo se escuchase de viva voz en el centro de la Plaza Mayor, o en la Puerta del Sol, o en la Cibeles.
Podemos ni nos ha llevado ni nos llevará a ningún corralito bancario. Pero en el ayuntamiento de Madrid quieren un corralito de periodistas, un rebaño controlado, dócil. ¿Se acuerdan de las palabras hace medio siglo de Salvador Allende? «El deber supremo del periodista de izquierdas no es servir a la verdad sino a la Revolución».
Del billete de Pedro Narváez (La Razón) destaco estas frases.
Manuela Carmena, la chica Almodóvar, la nueva «profesora», nos recibe con la «web mordaza» como un verso letal en el poema épico de Podemos. La cultura de «Juego de Tronos».
Ignacio Ruiz Quintano (ABC) no se olvida del proyecto de la ultraizquierda de eliminar del callejero a los fachas. Así, defiende a Salvador Dalí, marcado por los admiradores de la cheka.
A Dalí lo pierde en la checa su famoso tuit: «Picasso es un genio. Yo también. Picasso es comunista. Yo tampoco.» Con la lucha antifascista no se juega.
Cuando la Gestapo se llevó a Max Jacob, su protector en París, Picasso fue el único que se negó a firmar la carta escrita por Cocteau a las autoridades nazis.
-No vale la pena hacer nada -explicó el miserable-. Max es un ángel. No necesita nuestra ayuda para echar a volar y fugarse de la prisión.
El miedo, concede Ullán, es hilo y libre:
-Pero ¿qué no habríamos dicho si esas terribles palabras hubieran salido de los labios de Salvador Dalí?
Madrid de corte a checa.
RUBIDO ALABA EL COMPORTAMIENTO DE RAJOY ANTE ARTUR MAS
Yo a Juliana sólo me lo tomo en serio cuando escribe sobre Cataluña, y no siempre. Asegura en La Vanguardia que el Gobierno y otras instancias poderosas daban por suspendidas las elecciones del 27-S, pero que después del anuncio de la lis ‘lista única’ ahora ya no saben qué hacer.
En Madrid daban a Artur Mas por liquidado y el muerto ahora parece que revive.
La reunión de Mas con los presidentes de la ANC y Òmnium desembrolló poco a poco la madeja y a media tarde del lunes, las entidades retiraban la propuesta de lista «sin políticos». (…) El pacto sorprendía al Madrid político y mediático. En algunos despachos se había comenzado a dar por descontada la suspensión del 27-S.
El Gobierno y el Partido Popular se encuentran ahora ante un septiembre muy complicado. Confiaban en la alta densidad de la pelea entre CDC y ERC. El escenario ha cambiado en pocos días. La conjunción soberanista puede ganar con holgura -la mayoría absoluta está a su alcance- y el partido de Mariano Rajoy corre el riesgo de ser ampliamente desbordado por Ciutadans el 27-S. Dos meses antes de las elecciones generales españolas.
Casimiro García-Abadillo (El Mundo) reconoce la habilidad de Artur Mas y reclama una coordinación de PP, Ciudadanos y (¡ay qué risa!) el PSC.
Cintura no le falta a Mas, ya que Romeva le dedicó durante su etapa de político profesional (que concluyó hace unos meses) sonoras descalificaciones. Pero no importa. Si es por la independencia, pelillos a la mar.
no hay instrumentos jurídicos para evitar la convocatoria de las elecciones autonómicas. Mas puede convocarlas y, aunque diga que son para otra cosa, difícilmente el Tribunal Constitucional podría suspenderlas en caso de que la Abogacía del Estado presentara un recurso.
Lo que tenemos ahora enfrente no es sólo un reto jurídico (que también), sino, sobre todo, un desafío político. Y es ahí donde el Gobierno y los partidos políticos no independentistas deben estar a la altura de las circunstancias.
No es que haya que hacer una candidatura unitaria no soberanista, que sería un error. Pero Ciudadanos, PSC y PP tienen que asumir con todas sus consecuencias lo que está en juego. Lo que hace distinta a Cataluña («Cataluña is different», dijo ayer Pablo Iglesias) no es sólo el nivel de sus políticos, sino que allí sólo se escucha una voz. Y, sin embargo, a la mayoría apenas se la oye.
Lo mismo opina Ely del Valle (La Razón) sobre la falta de reacción de La Moncloa.
Rajoy hace un seguimiento permanente de los movimientos de Artur Mas, y en su equipo hay una especie de comisión encargada de estar más encima de la estrategia y de la evolución de los acontecimientos políticos. Ahí están, entre otros, el ministro Jorge Fernández y también Jorge Moragas, director del Gabinete de Rajoy y responsable de la campaña.
El problema está en que, una vez que el frente pro independencia ha conseguido organizarse en una sola opción, las posibilidades de que el 28-S nos despertemos con un bando de proclamación de la república catalana aumentan, y si sucede, al Gobierno no le va a quedar más remedio que reaccionar con algo más de contundencia que la demostró con el referéndum del sí pero no, y eso a dos meses de unas generales, augura un otoño muy caliente del que alguno puede salir más cocido que una gamba.
Ignacio Camacho (ABC) también lamenta la falta de pulso del PP y de los socialistas frente a los separatistas.
Frente a esa propuesta unitaria iluminada por un trascendentalismo simbólico, las fuerzas constitucionalistas van a concurrir por separado y con poca convicción -salvo Ciudadanos, que atisba una formidable oportunidad de protagonismo- en su propio peso específico. Lo fían casi todo a que el magma populista de Podemos y sus marcas de confluencia dividan el voto radical que venía beneficiando a ERC y quiebren la posible mayoría secesionista. Tanto el PP catalán como el PSOE-PSC sienten muy poca confianza en sí mismos y con las generales a la vista no están en modo alguno dispuestos al mínimo acercamiento.
Porque aunque al bipartidismo le vengan muy a trasmano las elecciones catalanas de septiembre, en ellas se va a cocer una parte significativa del resultado de las de noviembre. Y también, por cierto, del de la investidura posterior en diciembre o enero. Precisamente porque Cataluña va a seguir en España, es menester demostrar cierta pasión en la defensa de la cohesión de ese proyecto.
En cambio, Bieito Rubido convierte su billete en un panegírico a Rajoy por su resistencia ante Mas y la defensa de la ley. Parece que hoy se ha levantado dispuesto a que le paguen las copas en el cuarto de banderas del Batallón de la Guardia de La Moncloa.
Mariano Rajoy es el único político que se atreve, una y otra vez, a decirle a Artur Mas que Cataluña no se irá de España y que no existen derechos al margen de la ley. Como en tantas otras ocasiones, menos mal que está Rajoy. Y eso que los escultores de su contrafigura han logrado crear la matriz de que el actual presidente es un indeciso sin ideas.
Nuevamente, ayer, mientras Pedro Sánchez se enredaba en su última ocurrencia espontánea, Rajoy fue el único político español que abordó con total nitidez esta cuestión. «No va a haber independencia de Cataluña, y no la va a haber». Esa es la manera, hablar en ganador y con claridad, porque la lógica y la mayoría están de su parte. También la razón moral.
Le repito, amigo lector que no es Marhuenda el autor de estas líneas.
Para concluir este apartado, traigo a la ‘doctora’ Pilar Rahola Martínez (La Vanguardia), que vuelve a colocarse, con su modestia, en el centro del mundo mundial.
¿Hay, en toda Europa, un movimiento de resistencia ciudadana tan sorprendente, dinámico y sólido como el catalán? Sinceramente, no lo parece.
Ahora que Grecia se ha rendido a los germanos, sólo resiste Cataluña. ¡Toma nísperos!
¿PIDE DAVID TRUEBA LA PROHIBICIÓN DE LA BANDERA TRICOLOR?
Y sobre Grecia, dos columnas. Hermann Tertsch asevera que la irresponsabilidad de Tsipras ha roto un tabú en la Eurozona, que afecta a España.
En el norte de Europa se ha roto ya el tabú de la salida de Grecia como objetivo deseable. Hoy están en todas partes los que abogan por su salida. (…) En el norte de Europa comienza a extenderse la impresión de que estos últimos años de esfuerzos y miles de millones de ayudas han sido literalmente tirados a la basura. Porque se ha intentado lo imposible, ocultar con ayudas la terrible certeza de que cabe más productividad en un taxi de Múnich que en un estadio en el Pireo. Estas pasadas semanas de sobresalto han impuesto un renovado prestigio de la sobriedad. Y de la modestia.
Ahora se trata de saber qué va a suceder con otros países que quizá tampoco quieran asumir todas las exigencias que plantea la pertenencia a ese euro que se quiere salvar, pero no en todas partes a toda costa ya. Nunca se volverá a repetir con otro país miembro este calvario y alarde de autoengaño que ha sido la gestión de la crisis griega del lustro pasado. (…) No se quería dejar ir a Grecia para no crear el precedente. Pero el precedente se dará. Y la puerta de salida quedará entreabierta.
Cristina Losada (Libertaddigital.com) escribe sobre la magnífica entrevista al escritor Petros Márkaris que publicó El Mundo en la que éste negaba que Grecia se hubiese convertido en un país del Tercer Mundo. La periodistase queja del chorreo de descalificaciones que le cae a quien en una tertulia dude de los datos sobre los niños desnutridos o las familias hambrientas.
A lo largo de estos años he visto muchas veces y alguna vez he padecido la típica escena tertuliana en la que se acalla y avergüenza al que duda de que haya tantos cientos de miles de niños hambrientos o tantos millones de personas sin comida y sin techo como ha dicho algún otro. Preguntar simplemente por la fuente de tal o cual dato llamativo ya levanta oleadas de rugiente indignación.
Sí, hay que decir que España se ha hundido, por culpa de la crisis y por culpa de quienes-ya-sabemos, en un abismo de pobreza, hambre y necesidad profundo, tan profundo que a poco más estamos en la Burkina-Faso que mentaba Márkaris. Es obligatorio. Y es, dicho sea de paso, una banalización de las auténticas crisis humanitarias que sufren algunos países. A veces, inocente que es una, me pregunto si los propagandistas de la catástrofe han pisado en alguna ocasión un país pobre. Pero lo curioso no es que haya esa clase de propagandistas, siempre los hay, sino que hayan tenido tal aceptación. Como si la rabia por la crisis hubiera alumbrado un extraño deseo por proclamar que vivimos en el peor de los mundos posibles.
Por el contrario, Antonio Caño deja las páginas de El País a papanatas progresistas. Semana tras semana, Juanjo Millás (El País) exhibe en su columna las limitaciones intelectuales de la izquierda. Ahora reduce todo lo ocurrido en Grecia a una conspiración.
Si razonamos desde lo que sabemos, o creemos saber, los hechos resultan completamente inverosímiles. Veamos: la UE propone a Grecia una solución imposible. Tsipras convoca un referéndum y vuelve a Bruselas con un mensaje claro de su pueblo. A los dos días, inexplicablemente, firma un acuerdo peor que el que aconsejó la convocatoria de la consulta y regresa a casa humillado, escupido, zarandeado y con muestras de desvarío mental. Al mismo tiempo, nos enteramos de que quienes venían prestando a Grecia el dinero que ahora le reclaman y que consintieron su ingreso en el euro sabían que se trataba de un país sin Hacienda, sin Tesoro, sin catastro y sin instituciones públicas en general, además de corrupto. ¿Por qué hacíamos negocios con él? En resumen: ¿lo de Tsipras ha sido un accidente o un ajuste de cuentas?
Pero como Millás pertenece a la clase moralmente superior, luego puede acusar a los demás de conspiranoicos si dudan de la versión oficial del 11-M.
En su columna, David Trueba (El País) empieza alabando la prohibición en Carolina del Sur de la bandera confederada para llegar a este párrafo.
España no puede ser ajena al acto valiente de los legisladores de Carolina del Sur, a su lectura contemporánea del tiempo pasado y la reverberación de los símbolos culpables. Entre nosotros también existe la preocupación por la incapacidad para unificar un relato compartido como nación, especialmente tras una guerra civil de extrema crueldad. A menudo, las banderas se airean para imponer una razón sobre todas las demás. Pero no hay bandera que no esté teñida de sangre inocente, por lo que conviene que la sociedad civil, educada, informada y atenta a evitar el dolor de sus ciudadanos, se imponga siempre sobre los símbolos. Y ya que el pasado nunca está muerto, que sea el futuro el único que dicte los elementos de nuestra historia que conviene tener siempre presentes para recordarnos nuestros errores y nuestros aciertos en la peripecia como nación.
Me pregunto si Trueba está pidiendo la prohibición de la bandera tricolor de la II República, bajo la que se cometieron la matanza de Casas Viejas, la revolución de octubre de 1934 (más de 1.200 muertos), la rebelión de la Generalitat, el flaseamiento de las elecciones del 1936, el asesinato de Calvo Sotelo por unos policías, la sublevación de Franco y otros militares, la matanza de Paracuellos y los miles de asesinatos en las chekas.