¿Saben aquel dicho de que ‘no querías caldo, pues toma taza y media’? Pues eso es lo que sucede este 2 de junio de 2017 con Manuel Moix, que van a tener exfiscal jefe Anticorrupción hasta en la mismísima sopa en las tribunas y editoriales de la prensa de papel:
Federico Jiménez Losantos, en El Mundo, le mete al Gobierno por el ‘caso Moix’:
Moix no quiso investigar a Gallardón, fautor de la trama del Canal, pero le roen los zancajos Montoro y Sorayasociados.
El editorial de El Mundo es claro a la hora de afirmar que la salida de Moix no arregla el carajal en la Fiscalía:
Con la dimisión de Moix, pues, no terminan los problemas del Ministerio Público. Hace falta garantizar su autonomía del Gobierno y pacificar a un colectivo que, precisamente por las injerencias políticas, se encuentra profundamente dividido.
Santiago González le da un enfoque divertido al tema de Manuel Moix y la sociedad panameña de su padre:
¿Acaso había creído que su padre era Ramón Espinar sénior? Hay que ser dirigente de Podemos para que no te afecte la corrupción de tu padre.
El editorial de ABC considera que Moix tuvo que haber comunicado a su superior jerárquico lo de la sociedad en Panamá:
No es de recibo que Maza, que lo ha avalado incluso bajo la más dura de las presiones, deba enterarse por la prensa de que disponía de una sociedad en Panamá, incluso aunque esté al corriente con Hacienda.
Carlos Herrera entiende que ha habido una exageración bestial con lo de Manuel Moix:
Nunca es exagerada la exigencia de moralidad pública, pero siempre es contraproducente la teatralización política del fanatismo y la severidad. El problema de la Fiscalía en sí no es Moix, son muchos otros.
Ignacio Camacho le da una recomendación a quien sustituya a Manuel Moix:
El sustituto de Moix va a tener que entrar vestido, en vez de con toga, con chaleco antibalas y casco.
José María Carrascal se pregunta que dimitido Moix, ¿por qué no lo hicieron en su momento otros dirigentes?
Si Moix tenía que dimitir, ¿qué hubiera tenido que hacer el segundo líder de un partido que cobró por un trabajo en una ciudad distinta a la que reside como se requería?
La Razón afirma que la salida de Moix ha provocado un daño mayor a la percepción que puede tener la sociedad de la Justicia:
Han hecho un flaquísimo favor al interés general al convertir la Fiscalía o los Juzgados en un campo de batalla partidista y se ha contaminado la división de poderes para transmitir a la opinión pública la idea de que no hay independencia, sino que hay sometimiento al poder.