El cerebro de todo el marketing de Pedro Sánchez, el analista político Iván Redondo, fue para algunos durante algunas semanas (quizás días) el genio que dotaba de estrategias al apabullado presidente por sorpresa. Elecciones 2019: El socialista Sánchez se hunde en los debates.
Una vez pasado el fuego de artificio, algunas de sus medidas empezaron a dar vergüenza ajena. Las fotos en el Falcon con gafas de sol están aún en la memoria de todos, y después de naufragar en el debate electoral de TVE de la noche de 22 de abril de 2019, pensaría Iván Redondo que su Presidente debía reaccionar en el segundo round, el de Atresmedia en la noche del 23.
Así que en su cabeza sonaría genial la idea: Pedro Sánchez le debía dar a Albert Rivera el libro de Fernando Sánchez Dragó con Santiago Abascal (España vertebrada), en algo así como un intento de equiparar para la audiencia a Albert Rivera con el movimiento furibundo y más a la derecha; VOX -algo que pretende evitar a toda costa el naranjito.
Lo que pasa es que aquello que en sus cabezas parecía lo mejor del mundo y que les hizo partirse a risotadas en los momentos previos al debate, resultó ser poco menos que un fiasco.
Toni Bolaño en Espejo Público este 24 de abril de 2019 fue el que reveló que esas carcajadas que dejaron atónito al personal correspondían con el momento en el que Redondo le dio a Sánchez el libro en cuestión para el ataque.
Pero el colapso de Sánchez fue tal que solo se le ocurrió sacarlo en pleno ataque de Albert Rivera, cuando el de Ciudadanos le hacía entrega de la fake tesis del Presidente. Sánchez quiso defenderse sacando entonces su regalo -el de las risas- y quedó en una triste performance y con un posible golpe de efecto absolutamente silenciado.