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El truco es más viejo que el hilo negro.
Normal que Vicente Vallés le cogiese al vuelo la trampa que pretendía colar Yolanda Díaz a sus correligionarios.
La líder de Sumar, ante la catarata de escándalos que están pringando al Gobierno Sánchez, y del que ella forma parte, quiso sacudirse todo atisbo de responsabilidad y salir a gritar a los cuatro vientos que hay que tomar medidas.
Sin embargo, el presentador de Antena 3 Noticias dejó bien claro que Díaz lleva desde hace tiempo unida a La Moncloa y, por tanto, no cuela el falso argumento de que ella esté limpia de polvo y paja:
Yolanda Díaz es ministra desde hace casi seis años y es vicepresidenta segunda del gobierno desde hace más de cuatro. En ese tiempo ha visto al gobierno del que forma parte adoptar decisiones incompatibles con el ideario de Sumar. Por ejemplo, el cambio de postura sobre el Sáhara Occidental abandonando al pueblo saharaui, o el aumento en el gasto militar, o las relaciones comerciales con Israel en pleno conflicto de Gaza, o la venta milmillonaria de armas a Ucrania, o la política de vivienda que Sumar considera poco valiente.
Comentó con ironía el enfado de la vicepresidenta segunda y titular del Ministerio de Trabajo:
Esto y mucho más ha provocado tensiones entre los socios de coalición y algunas palabras gruesas de los dirigentes de Sumar. Pero nada más, porque Sumar no quiere bajo ningún concepto perder sus ministerios, aunque eso suponga asumir decisiones que van en contra de sus principios más profundos. Ahora han llegado los casos de corrupción y el acoso sexual en el seno del PSOE y Yolanda Díaz se enfadó mucho en laSexta.

Puso un breve extracto de las declaraciones de Díaz al programa de Antonio García Ferreras, ‘Al Rojo Vivo‘ (laSexta):
El gobierno tiene que ser reformulado de manera radical. Nosotros vamos a tomar las decisiones que tengamos que tomar, pero este cambio tiene que darse.
Y remachó con un palo colosal a la vicepresidenta segunda del Gobierno Sánchez, dejando claro que ella no está dispuesta a abandonar los mullidos sillones y los despachos de maderas nobles de los que ahora disfrutan tanto ella como el resto de los ministros de Sumar:
De salir del gobierno acaban de ver ni una palabra. Yolanda Díaz estaba muy enfadada, exigió a su presidente un cambio de gobierno y una reformulación de las prioridades de esta legislatura. Y la respuesta de Pedro Sánchez ha sido no a todo. Ni reformulación ni cambios en el gobierno. De hecho, Sánchez dijo ayer que está feliz con el trabajo de todos sus ministros y dicho eso, a Sumar se le han bajado los humos drásticamente. Una vez más, se ha desinflado, igual que ha ocurrido otras muchas veces, porque la primera, casi la única prioridad de Sumar es mantener sus ministerios y que Yolanda Díaz siga siendo vicepresidenta. Todo lo demás, por muy importante que sea, es prescindible. Pero el poder no, porque es difícil imaginar qué sería de Sumar si sus divisiones internas a esas se añadiera la pérdida de los ministerios.