¿Cuántos trajes se pueden comprar con 203.000 dólares?

¿Cuántos trajes se pueden comprar con 203.000 dólares?

(PD).- Ignoramos cuántos trajes es posible comprar en Milano con 203.000 dólares «subterráneos», pero la cantidad y su «ocultamiento» son lo bastante importantes como para que la figura del juez Baltasar Garzón se vuelva absolutamente incompatible con la de un campeón de la honradez cuyo dedo índice determina el porvenir de personas que podrían recibir lecciones de comportamiento de cualquiera menos de él.

Si recibir de regalo 12.000 euros en trajes es constitutivo de delito -como se argumenta en la instrucción del caso Gürtel a propósito de Francisco Camps y otros dirigentes del PP valenciano-, mucho más delictivo y grave parece el comportamiento habitual de este magistrado, que es invitado a cazar y recibe dádivas de personas cuyos intereses son susceptibles de dirimirse en su juzgado.

Los hechos que el Tribunal Supremo denunció este lunes ante el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) sobre Garzón son más merecedores del reproche social y resultan sin duda más escandalosos que los que el afamado juez describe en su auto contra el presidente de la Comunidad Valenciana.

El Alto Tribunal ha puesto en conocimiento del CGPJ que el mismo magistrado que aspira a presidir la Audiencia Nacional ocultó el cobro de 203.000 dólares por diversas actividades docentes desarrolladas en el Centro Rey Juan Carlos I de España y en el Centro Derecho y Seguridad -dependientes de la Universidad de Nueva York- durante los 15 meses que estuvo de permiso.

Como subraya el diario El Mundo en su editorial, este engaño le permitió eludir la preceptiva petición de compatibilidad para seguir cobrando su sueldo como magistrado y podría ser constitutivo de una falta «muy grave», según la Ley del Poder Judicial.

Entre marzo de 2005 y junio de 2006 Garzón dio conferencias, impartió clases y organizó coloquios en EEUU, ocupaciones por las que percibió 21.151 dólares en dietas, más 160.333 en concepto de «sueldo», más otros 21.650 dólares con los que el citado centro pagó la matrícula de la hija del juez en la Escuela Internacional de Naciones Unidas.

El magistrado evitó solicitar al CGPJ una compatibilidad que difícilmente el órgano de los jueces podía haberle concedido de saber que iba a entrar en nómina en la Universidad de Nueva York.

Al pedir la licencia de estudios en diciembre de 2004, Garzón aseguró que no había acordado una «remuneración específica», y tampoco dijo nada cuando al año solicitó al CGPJ prorrogar su permiso de estudios otros seis meses.

Es difícil creer que el magistrado desconociera cuáles serían sus retribuciones antes de ir a Nueva York, pero -en cualquier caso- su obligación era haber comunicado que sí estaba cobrando cuando renovó su beca.

La trampa de Garzón ha salido a la luz a raíz de una querella desestimada presentada contra él por prevaricación y cohecho, ya que, a su vuelta a España, dio carpetazo a una denuncia contra los directivos de la misma entidad bancaria que patrocinaba a uno de los centros que pagaron su jugoso periplo.

Sin entrar en el archivo de esta querella, qué duda cabe de que la apariencia de honestidad de un magistrado es un patrimonio esencial del Estado de Derecho y que, con su ocultación deliberada al CGPJ, Garzón ha estafado al erario su sueldo como juez durante el tiempo que estuvo cobrando como conferenciante en EEUU.

Su comportamiento supone además un insulto a los 4.700 jueces que trabajan honradamente sin esperar las prebendas que el titular del juzgado número 5 de la Audiencia suele lograr ni la indebida protección que le dispensa el CGPJ.

No es difícil imaginar que sus protectores en el Consejo tratarán de tapar la golfada de Garzón con la tesis de una dudosa prescripción.Pero en ese caso habría que actuar contra ellos porque el órgano de gobierno de los jueces ha tenido ya ocasión de esclarecer estos hechos. Hoy una nueva denuncia sobre este asunto llegará al CGPJ.

Ni el Consejo puede actuar negligentemente para blindar la impunidad del mediático juez, ni un magistrado que incumple la ley y escatima la verdad para cobrar dos sueldos está legitimado para instruir casos de corrupción y estafa en la Audiencia Nacional.

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