Unos mafiosos.
Sin límites ni escrúpulos.
Y todo a la sombra del ‘capo‘ Pedro Sanchez y cercanos a su mujer, la ‘catedrática‘ Begoña.
En el complejo tablero de la política española ha emergido un nuevo escándalo que amenaza con sacudir los cimientos del poder.
María Leire Díez Castro, señalada como «fontanera» del PSOE, se encuentra en el centro de un escándalo monstruoso tras la publicación de unos audios que revelan una supuesta operación para desacreditar a la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, y en particular a su teniente coronel Antonio Balas, responsable de investigaciones que afectan al entorno del amo y señor de los socialistas.
La grabación que lo desencadenó todo
El pasado lunes, El Confidencial publicó una información explosiva: en una reunión telemática celebrada en febrero, Leire Díez solicitaba a Alejandro Hamlyn, un empresario investigado por la Audiencia Nacional en el caso Hidrocarburos, información comprometedora sobre Antonio Balas, jefe del departamento de delincuencia económica de la UCO. La relevancia de este movimiento no es menor, pues Balas dirige las investigaciones relacionadas con Begoña Gómez (esposa del presidente), David Sánchez (hermano del presidente), así como el caso Koldo y la investigación sobre el Fiscal General del Estado.
En la grabación, Díez se refiere a la UCO como «la camorra» y expresa su deseo de «matar» profesionalmente a Balas. Según las informaciones publicadas, la fontanera habría asegurado a Hamlyn que le conseguiría un acuerdo favorable con la Abogacía del Estado y la Fiscalía a cambio de material comprometedor contra el teniente coronel.
Koldo, la ‘fontanera’ Leire Díez, Cerdán y Ábalos
¿Quién es realmente Leire Díez?
El perfil de esta mujer resulta tan interesante como controvertido. Fue concejala del PSOE en el municipio cántabro de Vega de Pas y, según diversas fuentes, ha ocupado cargos públicos en la empresa ENUSA (2018-2021) y como directora de Filatelia y Relaciones Institucionales en Correos (2022-2024). Sin embargo, su verdadero papel en el entramado socialista permanece difuso.
Mientras El Confidencial la vincula estrechamente con Santos Cerdán, secretario de Organización del PSOE, describiéndola como su «mano derecha», desde Ferraz niegan categóricamente cualquier relación contractual. «Ni está ni ha estado a sueldo de Ferraz», aseguran desde la dirección socialista, que insiste en que «no habla en nombre del PSOE».
Lo que resulta particularmente llamativo es que, pese a estos desmentidos, el propio medio que destapó el caso afirma haber fotografiado a Díez entrando y saliendo de la sede de Ferraz, algo que requeriría autorización específica según fuentes del partido. Además, la propia Díez habría presumido en redes sociales de su amistad con Begoña Gómez, esposa del presidente Sánchez.
La defensa de Díez: «Es una investigación periodística»
Ante la avalancha mediática, Leire Díez ha reconocido la existencia de la conversación telemática, pero enmarcándola en un contexto completamente diferente. Según declaró a la agencia EFE, se trataría de una «investigación periodística pura y dura» sobre el caso de hidrocarburos, que espera culminar en un libro.
«¿Qué tiene que ver el PSOE en todo esto?», se preguntaba Díez en esas declaraciones, donde confirmaba seguir siendo militante socialista pero negaba cualquier relación contractual con el partido. En conversación con TVE, insistió en que no es «la mano derecha» de Santos Cerdán y que el PSOE no tiene nada que ver con el asunto.
Un patrón más amplio de actuación
Este caso no parece ser un hecho aislado. Según El Confidencial, Díez formaría parte de un plan más amplio puesto en marcha por el partido «para contrarrestar las informaciones que comprometían a Pedro Sánchez y su entorno». La estrategia consistiría en recabar informaciones comprometedoras de magistrados y comunicadores incómodos, filtrarlas a medios afines y, si fuera posible, judicializarlas para diluir las investigaciones que cercan al Gobierno.
De hecho, en una entrevista con periodistas de El Confidencial el año pasado, Díez habría reconocido haber analizado material intervenido al comisario José Manuel Villarejo, quien acumulaba datos sensibles sobre miembros de la judicatura y profesionales de la comunicación, aunque negó estar al servicio del PSOE.
Las investigaciones de la UCO que incomodan al poder
¿Por qué tanto interés en desacreditar a la UCO y específicamente al teniente coronel Balas? La respuesta parece estar en las investigaciones que esta unidad está llevando a cabo y que afectan directamente al entorno del presidente:
- Caso Begoña Gómez: La esposa del presidente está siendo investigada por presuntos delitos de tráfico de influencias y corrupción en los negocios.
- Caso Koldo: Investiga la trama de comisiones ilegales en la compra de mascarillas durante la pandemia, que salpica al exministro José Luis Ábalos y su asesor Koldo García.
- Investigación sobre David Sánchez: El hermano del presidente también está bajo la lupa de la UCO.
- Caso del Fiscal General del Estado: Otra investigación sensible dirigida por Balas.
Reacciones políticas
Desde el PSOE, la reacción ha sido contundente. El partido ha desmentido «de forma categórica» la información y ha negado que exista una operación clandestina de los socialistas para acabar con la UCO. «Es falso», sentencian, antes de añadir que prevén iniciar acciones legales.
Por su parte, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha evitado pronunciarse directamente sobre el caso de Leire Díez, limitándose a remitirse al comunicado emitido por el PSOE.
La portavoz socialista ha asegurado que «respetan» totalmente el trabajo de la UCO. «El daño reputacional se hace día a día, pero realmente no existe nada que de verdad acredite las difamaciones y los ataques. Seguiremos respetando a la UCO y a todos los órganos judiciales», ha zanjado.
Un escándalo con múltiples aristas
Este caso pone de manifiesto las tensiones existentes entre el poder político y las instituciones encargadas de investigar posibles casos de corrupción. La UCO, como unidad especializada de la Guardia Civil, ha sido tradicionalmente respetada por su profesionalidad e independencia, cualidades que ahora parecen incomodar a determinados sectores.
La polémica también evidencia la delgada línea entre la investigación periodística legítima y las operaciones de inteligencia política. Mientras Díez insiste en que su interés por Balas responde a un trabajo periodístico, los audios publicados y su aparente vinculación con altas esferas del PSOE plantean serias dudas sobre la verdadera naturaleza de sus actividades.
En los próximos días, será fundamental seguir la evolución de este caso para determinar si estamos ante una operación orquestada desde el poder para neutralizar investigaciones incómodas o si, como sostiene la protagonista, todo responde a un malentendido magnificado con fines políticos.
Lo cierto es que, en un momento de alta polarización política, este tipo de escándalos no hace sino aumentar la desconfianza ciudadana hacia las instituciones y los partidos. Un dato curioso: según estudios recientes, la confianza en las instituciones españolas ha caído a mínimos históricos, con apenas un 25% de ciudadanos que confían plenamente en el sistema judicial y un porcentaje aún menor que confía en los partidos políticos.
