No ha defraudado.
Este domingo 8 de junio, Madrid se convirtió en el epicentro de la política española con una manifestación multitudinaria.
El Partido Popular convocó a sus bases y a la ciudadanía bajo el contundente lema «Mafia o democracia», en lo que supone la sexta protesta contra Pedro Sánchez en apenas dos años, pero la primera centrada específicamente en la corrupción como eje principal.
La concentración, arrancó a las 11:00 horas en la Plaza de España, en un momento de máxima tensión política tras una bronca Conferencia de Presidentes celebrada esta semana en Barcelona, que ha servido como antesala perfecta para este pulso en las calles. Alberto Núñez Feijóo ha elevado el tono de sus críticas y ha llamado a una «rebelión cívica» contra lo que considera una «demolición premeditada» del Estado de derecho por parte del Gobierno.
Una estrategia calculada ante la imposibilidad de una moción de censura
El PP ha decidido trasladar su batalla contra Sánchez a las calles ante la imposibilidad matemática de hacer prosperar una moción de censura en el Congreso. Sin los apoyos parlamentarios necesarios, Feijóo busca mostrar una exhibición de fuerza popular que evidencie el malestar ciudadano frente a los escándalos que rodean al Ejecutivo.
La convocatoria llega en un momento especialmente delicado para el Gobierno, tras la publicación de unos audios que implican a Leire Díez, presunta mediadora vinculada al PSOE, en un supuesto intento de manipulación judicial para desacreditar a la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil. Este episodio ha sido el detonante final que ha llevado al PP a intensificar su ofensiva.
«Este país no se vende ni se subasta. Este país es mucho mejor que el Gobierno indecente que padece», ha afirmado Feijóo durante un acto en Santander con afiliados, donde ha prometido hacer «una limpieza total, con honestidad y con urgencia» si llega a la Moncloa.
Una movilización con todos los pesos pesados del partido
La manifestación contó con la presencia de los expresidentes del Gobierno Mariano Rajoy y José María Aznar, lo que evidencia la importancia que el PP otorga a esta convocatoria. La formación ha fletado autobuses desde distintos puntos de España para garantizar una asistencia masiva, a pesar de las altas temperaturas previstas para este domingo en Madrid.
Alfonso Serrano, secretario general del PP de Madrid, ha pedido «desbordar» la Plaza de España contra un Gobierno que, según sus palabras, «quiere tener una sociedad anestesiada y callada». La presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, también se ha sumado a la campaña de movilización, acusando a Sánchez de «organizar operaciones de Estado contra jueces, fiscales y periodistas».
«Debemos estar todos allí y a partir del lunes seguir y seguir y seguir hasta que nos convenzamos de que una alternativa es necesaria y es urgente. El país no aguanta más este deterioro al que nos ha llevado el presidente por su única obsesión de mantenerse y amnistiar su corrupción», ha insistido Ayuso, quien ha protagonizado varios encontronazos con miembros del Gobierno durante la reciente Conferencia de Presidentes.
Un mensaje sin siglas pero con clara intencionalidad política
Aunque el PP ha presentado la manifestación como una «movilización ciudadana sin siglas», abierta a todos los sectores sociales que deseen expresar su rechazo al deterioro institucional, la convocatoria tiene una evidente intencionalidad política. Feijóo busca capitalizar el descontento con el Gobierno y posicionarse como alternativa sólida ante un eventual adelanto electoral.
«No vale esperar a que los problemas los resuelvan los demás, hay que coger las vacas por los cuernos y ponerse a trabajar por nuestro país», ha afirmado el líder del PP, en un claro llamamiento a la movilización ciudadana que trascienda las fronteras de su propio partido.
La estrategia del PP pasa por ampliar su base electoral atrayendo a votantes descontentos con la gestión de Sánchez, especialmente aquellos críticos con los pactos con los independentistas y con los casos de presunta corrupción que han salpicado al entorno del presidente.
Una Conferencia de Presidentes que elevó la tensión
La manifestación llega apenas 48 horas después de una tensa Conferencia de Presidentes celebrada en Barcelona, que Feijóo ha calificado como «un disparate absoluto». Según el líder del PP, Sánchez ignoró las propuestas autonómicas, impidió el debate y ni siquiera aceptó recomendaciones parciales.
«Eso no fue una Conferencia de Presidentes, fue un empeño del presidente del Gobierno por enfrentar a unos presidentes autonómicos con otros y seguir construyendo muros», ha denunciado Feijóo, quien ha prometido que cuando alcance la Moncloa las conferencias serán «útiles» para llegar a acuerdos.
La reunión estuvo marcada por varios momentos de tensión, como el encontronazo entre la ministra de Sanidad, Mónica García, y la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, o el abandono de esta última cuando el lehendakari comenzó a hablar en euskera.
El PP en modo electoral: «Sánchez es pasado»
La convocatoria de este domingo evidencia que el PP ha entrado ya en modo electoral, a pesar de que no hay fecha para los próximos comicios generales. «Es cierto que no sabemos cuándo va a haber elecciones, pero lo que quiere el Gobierno de España, el PSOE y sus ‘fontaneros’ mediáticos es tener una sociedad anestesiada, callada, que nos demos por vencidos», ha afirmado Alfonso Serrano.
Feijóo ha augurado que la Plaza de España se llenará «con la mayoría del cambio» para evidenciar que «Sánchez es pasado». El líder del PP considera que se ha iniciado ya el «camino» para lograr un cambio político en España y que la manifestación de este domingo supondrá un avance significativo en esa dirección.
«Mañana diremos alto y claro que hay una España viva, despierta y unida, una mayoría de cambio, un grito atronador de libertad, conciencia y decencia», ha proclamado Feijóo desde Bilbao, donde ha hecho un llamamiento a «todos los vascos que puedan acercarse a Madrid y a todos los que tuvieron que marcharse» a participar en la manifestación.
Una batalla por el relato: ¿manifestación legítima o estrategia de crispación?
La convocatoria ha generado un intenso debate sobre la legitimidad de las protestas según quién las convoque. Feijóo ha ironizado con que «cuando la izquierda se manifiesta son progresistas, pero si lo hace el PP son fascistas», reivindicando el derecho de su partido a salir a la calle contra el Gobierno.
El líder del PP ha anticipado que decenas de miles de personas llenarán «la calle de verdad, de honestidad y de valores», en lo que supone un pulso directo al Ejecutivo de Sánchez. La batalla por el relato de lo que ocurra este domingo será fundamental para ambos bandos.
Si la asistencia es masiva, el PP podrá argumentar que existe un clamor social contra el Gobierno. Si la participación es menor de lo esperado, el Ejecutivo utilizará ese dato para desacreditar las críticas de la oposición. En cualquier caso, la temperatura política seguirá en aumento durante las próximas semanas.