CAMBIO DE CICLO EN EL PARTIDO POPULAR

Así es Ester Muñoz, la nueva voz afilada del PP en el Congreso, azote del atribulado Gobierno Sánchez

La diputada leonesa Ester Muñoz asume la portavocía del PP en el Congreso, cuando Tellado se convierte en Nº-2, prometiendo una oposición sin tregua y consolidando el giro estratégico de Feijóo para marcar distancias con el Gobierno

Miguel Tellado y Ester Muñoz (PP)
Miguel Tellado y Ester Muñoz (PP) Diego Puerta

Ester Muñoz es desde este julio la nueva portavoz del Partido Popular en el Congreso de los Diputados. Detrás de este nombramiento hay mucho más que una simple renovación de cargos: Muñoz representa el nuevo pulso combativo que Alberto Núñez Feijóo quiere imprimir a su grupo parlamentario, en un momento de máxima tensión entre Gobierno y oposición.

No es casualidad que la elegida sea una leonesa de 40 años, curtida en debates parlamentarios y con una lengua tan afilada como su fama promete.

Su historia política arranca pronto. Según sus propias palabras, de niña ya devoraba libros de historia y política mientras sus padres intentaban frenar su precoz vocación con castigos que incluían… más libros.

Se afilió al PP con 18 años, justo después de aprobar Selectividad, cumpliendo así la condición impuesta por su familia.

Aquella joven inquieta y apasionada por la política acabó licenciándose en Derecho y ampliando estudios con un máster en Derecho Internacional. A ello se suma una faceta menos conocida: estudió violonchelo y conserva la costumbre de debatir hasta con su pareja —“el amor de mi vida”— sobre las cuestiones más candentes de la actualidad política.

El ascenso tras bambalinas y el respaldo de Feijóo

El recorrido de Ester Muñoz en el PP ha sido, como mínimo, tenaz. Inició su andadura en Castilla y León y saltó al Senado tras las generales de 2015. Sin embargo, una diferencia estratégica con el entonces secretario general, Teodoro García Egea, la dejó fuera de la Cámara Alta; lejos de diluirse, esto la situó en el radar del entorno de Feijóo, que supo ver en ella un valor seguro para futuras batallas políticas.

Su regreso a primera línea llegó tras las elecciones generales del 23-J, cuando fue rescatada para el Congreso. Allí no tardó en ganar protagonismo: desde noviembre pasado protagonizó intervenciones especialmente duras, como la que dirigió a Teresa Ribera por la gestión de la dana, donde no dudó en acusar a la ministra de “dolo eventual” por las consecuencias trágicas del temporal en Valencia. Su estilo directo y sin concesiones fue valorado dentro del partido como un activo imprescindible para la nueva etapa.

Feijóo no ha escondido los motivos de su elección: busca un perfil joven pero experimentado, leal y capaz de mantener un tono elevado frente al Gobierno. En palabras del propio líder popular, “son dos cambios importantes” —en referencia también al relevo paralelo de Miguel Tellado como secretario general— porque ambos tienen experiencia tanto orgánica como parlamentaria.

Arquitecta clave en las políticas educativas y sociales del PP

Más allá del debate bronco, Muñoz ha sido reconocida como arquitecta e impulsora de iniciativas clave dentro del PP. Destaca especialmente su papel en la implantación de una EBAU común para las comunidades gobernadas por los populares: una propuesta largamente demandada por sectores educativos conservadores para homogeneizar criterios y eliminar lo que consideran desigualdades territoriales.

A ello se suma su contribución decisiva al diseño legislativo sobre enfermedades como la ELA (Esclerosis Lateral Amiotrófica), donde ha defendido mejoras normativas para garantizar derechos y cobertura a los afectados. Este enfoque combina discurso firme con sensibilidad social, algo poco habitual entre perfiles duros parlamentarios.

Lengua afilada y decibelios altos: una estrategia premeditada

La llegada de Ester Muñoz a la portavocía no es fruto del azar ni una respuesta improvisada a las turbulencias políticas actuales. El PP ha optado deliberadamente por elevar los decibelios en el Congreso ante lo que consideran un Gobierno “acorralado” por escándalos recientes —como el caso Koldo o las investigaciones judiciales que afectan al entorno más cercano de Pedro Sánchez—. El objetivo no es solo marcar distancias sino también personificar esa oposición rotunda en una figura reconocible.

Muñoz hereda así el testigo mordaz dejado por Miguel Tellado y promete continuar el legado sin bajar la guardia ni moderar el tono. Como ella misma declaró tras su nombramiento: “Firmeza ante un Gobierno de corruptos y puteros”. La frase resume bien el tipo de dialéctica que previsiblemente dominará esta segunda parte de legislatura.

Un partido bajo presión interna… pero unido ante Sánchez

El cambio organizativo impulsado por Feijóo responde también a necesidades internas: dotar al grupo parlamentario popular —con sus 137 diputados— de una dirección clara, cohesionada y capaz tanto de canalizar inquietudes internas como de plantar cara al adversario político sin fisuras. La designación simultánea de Tellado como secretario general refuerza esa idea: ambos forman tándem junto a Feijóo para afrontar una etapa final marcada por la ofensiva parlamentaria contra el PSOE.

No faltan retos para Muñoz: gestionar sensibilidades diversas dentro del grupo popular; mantener disciplina férrea; evitar fugas retóricas inoportunas; y lograr que la oposición al Gobierno mantenga atractivo mediático sin caer en excesos o sobreactuaciones.

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