En pleno verano político, cuando muchos ya estaban pensando más en la sombrilla que en las sesiones del Congreso, el Tribunal Supremo ha dejado claro que no hay descanso judicial para los grandes escándalos. El alto tribunal ha confirmado este 23 de julio de 2025 la prisión provisional, comunicada y sin fianza, para Santos Cerdán, exsecretario de Organización del PSOE y figura central en el conocido caso Koldo. El argumento es contundente: riesgo real de destrucción de pruebas y un papel directivo dentro de la presunta red de corrupción vinculada a amaños en la adjudicación de obras públicas.
El auto del Supremo, que ha caído como un jarro de agua fría en la sede socialista de la calle Ferraz, desestima todos los recursos presentados por la defensa. Los magistrados consideran que los indicios contra Cerdán son “nutridos y poderosos”, destacando las conversaciones grabadas por Koldo García, otro nombre propio que empieza a sonar con fuerza en todas las tertulias políticas. Según el tribunal, Cerdán no era un peón sino uno de los impulsores y supervisores del entramado empresarial beneficiado por las adjudicaciones sospechosas.
Los argumentos enfrentados: justicia versus presunción de indecencia
La defensa del navarro no ha escatimado esfuerzos para revertir la medida. Han calificado su ingreso en prisión como una “medida coercitiva” y han denunciado lo que consideran una “presunción de indecencia” en lugar de la presunción de inocencia que debería regir cualquier proceso penal. Alegan que no existe prueba directa alguna que vincule a Cerdán con el cobro de comisiones ilícitas, y subrayan que otros investigados relevantes —como el exministro José Luis Ábalos o Koldo García— permanecen en libertad, lo que para ellos constituye un agravio comparativo.
No obstante, los jueces han hecho oídos sordos a estas alegaciones. La Sala insiste en que dejar a Cerdán en libertad podría “perjudicar irremediablemente y gravemente la investigación”, ya que su posición privilegiada le permitiría influir sobre testigos o manipular documentación todavía no asegurada. Un argumento clásico pero efectivo cuando se trata de cargos públicos con acceso directo a las estructuras del poder.
¿Por qué solo él? La singularidad del caso Cerdán
Uno de los aspectos más comentados —y criticados— es precisamente este: ¿por qué solo Cerdán está entre rejas? Ni Ábalos ni Koldo García, ambos señalados por distintos testimonios y pruebas documentales, han pisado Soto del Real. El magistrado instructor Leopoldo Puente sostiene que sólo en el caso del exsecretario socialista existe un “riesgo cierto” para la investigación, dada su capacidad organizativa y su supuesto conocimiento privilegiado sobre otros posibles implicados. La Fiscalía Anticorrupción apoya esta tesis sin fisuras.
Mientras tanto, las comparaciones con otros escándalos recientes —y no tan recientes— vuelven al primer plano mediático. No faltan quienes recuerdan cómo figuras clave de otros partidos han sorteado el ingreso en prisión hasta fases muy avanzadas del procedimiento. ¿Estamos ante una vara de medir diferente según quién sea el investigado? El debate está servido.
Impacto político: Ferraz en estado de shock
En el PSOE cunde el nerviosismo. La continuidad de Cerdán en prisión erosiona aún más la ya delicada imagen pública del partido tras los golpes sufridos por el caso Koldo. Fuentes internas admiten preocupación por posibles derivadas judiciales —y electorales— si finalmente se prueba la existencia de una red organizada para amañar contratos públicos. El propio presidente Pedro Sánchez evita comentarios directos mientras el equipo legal socialista estudia posibles vías para asistir a su antiguo número tres.
El asunto trasciende lo meramente judicial e impacta en pleno corazón del debate sobre regeneración democrática y control interno dentro de los partidos. Las próximas semanas prometen ser agitadas: Ferraz sabe que cada nuevo auto judicial puede desencadenar un efecto dominó con consecuencias imprevisibles.
Claves del auto y reacciones sociales
Entre los elementos más destacados del auto figuran:
- Conversaciones intervenidas: grabaciones atribuidas a Koldo García refuerzan el papel protagonista asignado a Cerdán.
- Seguimiento empresarial: se le atribuye haber supervisado adjudicaciones concretas a empresas bajo sospecha.
- Riesgo procesal: su influencia sobre testigos o documentos sigue siendo considerada determinante.
- Críticas a Instituciones Penitenciarias: la UCO pidió monitorizar sus visitas, pero Prisiones ha denegado esa petición para preservar su derecho a la intimidad.
En paralelo, las redes sociales hierven con todo tipo de teorías y memes sobre el asunto —desde chistes sobre “el club Soto Socialista” hasta apuestas sobre quién será el próximo alto cargo en pasar por los juzgados—, mientras algunos columnistas recuerdan con sorna aquel viejo dicho español: “cuando las barbas de tu vecino veas pelar…”.
Curiosidades y datos poco conocidos
- Pese al hermetismo penitenciario, se sabe que Cerdán solo recibe visitas familiares, además de sus abogados. Entre los internos ha caído bien; incluso algún compañero le ofreció cortarle gratis el pelo como gesto solidario.
- El ex número tres socialista muestra buen ánimo y asegura estar recibiendo muchas muestras de afecto dentro y fuera del penal.
- La decisión del Supremo ha sido adoptada por una sala integrada por magistrados reconocidos como Juan Ramón Berdugo, Antonio del Moral y Pablo Llarena, viejos conocidos en grandes causas políticas.
- Instituciones Penitenciarias ha zanjado el debate sobre vigilancia extra denegando cualquier control adicional sobre sus comunicaciones privadas.
- No deja de llamar la atención el paralelismo mediático entre este caso y otros escándalos históricos recientes: todos parecen seguir ese guion tan ibérico donde política, poder e intriga judicial se entremezclan a ritmo frenético.
¿Quién dijo que julio era un mes aburrido para la política española?
