El prófugo de la Justicia y líder de Junts, Carles Puigdemont, ha anunciado este 27 de octubre de 2025 que su formación va a dejar de apoyar a Pedro Sánchez; a quien invistió como jefe del Ejecutivo hace casi dos años en noviembre de 2023 a cambio de que –entre otros aspectos– el PSOE promulgara una ley de amnistía que beneficiara a los líderes separatistas catalanes que materializaron el golpe de estado del procés en 2017.
Lo ha comunicado a todo el mundo este lunes en Perpiñán, en territorio francés.
El ex presidente catalán, golpista y fugado que vive en el exilio, ha decidido poner punto y final al divorcio político con Sánchez, tras meses de tensiones y reproches.
La ejecutiva de Junts per Catalunya, tras más de tres horas de deliberaciones, ha decidido por unanimidad romper el pacto de investidura que permitió a Sánchez mantenerse en la Moncloa.
Esta noticia, que ya se intuía después de las advertencias públicas y los reiterados incumplimientos por parte del PSOE, coloca a la legislatura en una situación crítica.
Puigdemont, visiblemente molesto, ha dejado claro: “Podrá tener el poder, pero no podrá gobernar”.
Esta contundente afirmación, realizada ante los medios, encapsula el sentimiento del día.
Sánchez fue ungido en noviembre de 2023 presidente del Gobierno, gracias al apoyo de Sumar, ERC, Junts, Bildu, PNV, BNG y Coalición Canaria; logrando 179 votos, tres por encima de la mayoría absoluta, que se sitúa en la Cámara Baja en 176.
Después de que Puigdemont haya comunicado a su Ejecutiva que romperá con el PSOE, el Gobierno perderá su mayoría de investidura, ya que los siete votos del partido secesionista son necesarios para que el bloque ‘Frankenstein‘ saque adelante leyes.
Sánchez también necesitará los ‘síes’ de Puigdemont para convalidar los decretos-leyes que promulga el Gobierno, técnica legislativa que la Constitución reserva para los casos de «extraordinaria y urgente necesidad» y que el actual jefe Ejecutivo ya ha empleado casi 160 veces desde llegó a la Moncloa.
Por consiguiente, si Junts opta por un bloqueo total, el Gobierno Sánchez no tendría capacidad de legislar.
Junts se posiciona en la oposición, bloquea la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado y deja al Gobierno con una mayoría parlamentaria insuficiente para avanzar en cualquier ley significativa.
El presidente de Junts ha subrayado que no están dispuestos a seguir apoyando a un Gobierno “que no ayuda a Cataluña” y le ha lanzado un desafío: ahora le toca a Sánchez explicar “cómo piensa continuar gobernando el país”.
Un divorcio sin moción de censura… por ahora
A pesar del tono combativo, Puigdemont no ha mencionado la posibilidad de una moción de censura. La ruptura se manifiesta como un portazo, pero sin el gesto definitivo que podría derribar al presidente del Gobierno. La justificación oficial es clara: Junts no desea colaborar con el PP ni convertirse en un apoyo para una alternativa que tampoco atiende las demandas independentistas. Tras un debate interno, la ejecutiva del partido ha optado por bloquear institucionalmente y retirar su respaldo parlamentario, aunque no por derrocar al Gobierno.
Desde el PSOE han respondido con “respeto absoluto” y una mano tendida, aunque son conscientes de que la legislatura queda ahora pendiendo de un hilo. Las negociaciones discretas llevadas a cabo en Ginebra y los esfuerzos por suavizar la ruptura han resultado infructuosos. Los socialistas reconocen que “hay parejas que se separan pero siguen compartiendo casa”, aunque esta convivencia promete ser tensa y repleta de sobresaltos.
Las razones del desencuentro: amnistía, lengua catalana y poder
El catálogo de reproches es amplio. Junts critica la falta de aplicación efectiva de la Ley de Amnistía para Puigdemont, el estancamiento del catalán como lengua oficial en Europa y la ausencia de avances en la cesión de competencias sobre inmigración. Además, la publicación de las balanzas fiscales y la desclasificación de documentos relacionados con los atentados del 17-A han sido mencionados como acuerdos incumplidos. En este contexto, el auge de Aliança Catalana y el desgaste sufrido por Junts dentro del espacio independentista han acelerado su decisión de romper con Madrid.
La militancia de Junts deberá validar esta ruptura mediante una consulta interna programada para miércoles y jueves. Este proceso busca legitimar el movimiento y evitar un desgaste electoral innecesario.
El futuro incierto de la legislatura: Sánchez ante el desafío
La salida de Junts coloca a Pedro Sánchez en una posición comprometida. Sin los siete diputados independentistas, el Gobierno carece ahora de una mayoría sólida y enfrenta un panorama parlamentario lleno de bloqueos. La aprobación de los Presupuestos resulta esencial para mantener la gobernabilidad pero parece inalcanzable. Emiliano García-Page, presidente de Castilla-La Mancha, lo ha dejado claro: ve “muy difícil” que Sánchez pueda concluir esta legislatura tras su separación con Junts.
Las opciones son limitadas. El Ejecutivo puede optar por resistir desde su minoría actual, negociar apoyos puntuales o asumir que la legislatura tendrá un curso errático lleno de altibajos. La sombra de una moción de censura sigue presente, pero por ahora nadie parece dispuesto a dar ese paso decisivo. Mientras tanto, el PP observa desde lejos; ERC mantiene su propio juego; y los nacionalistas vascos prefieren evitar ser arrastrados hacia este abismo.
Consecuencias en el tablero político
La ruptura entre Junts y PSOE reconfigura el panorama político español. Puigdemont vuelve a cobrar protagonismo mientras intenta distanciarse de ERC; por otro lado, la derecha independentista representada por Sílvia Orriols y Aliança Catalana presiona para capitalizar este descontento. El Gobierno central pierde capacidad operativa frente a una oposición más beligerante e inestable.
En Cataluña, esta maniobra puede interpretarse como un intento desesperado por sobrevivir ante opciones más radicales que están emergiendo. Mientras tanto en Madrid, esta separación trae incertidumbre total; las negociaciones se vuelven apremiantes mientras acecha la posibilidad real de elecciones anticipadas si persiste este bloqueo.
Datos curiosos e interesantes
- La ruptura se formaliza justo en el octavo aniversario de la declaración unilateral de independencia catalana; una fecha llena simbología para Puigdemont y sus seguidores.
- La consulta interna prevista para esta semana convocará a miles de militantes para decidir sobre el futuro político español.
- En un gesto diplomático notable, el PSOE asegura que “vale la pena dialogar”, aunque parece que sus interlocutores ya no están dispuestos a escuchar.
- El crecimiento reciente de Aliança Catalana —que está apenas dos diputados detrás de Junts según encuestas— ha sido clave en su estrategia actual.
- En algunos círculos políticos se describe esta ruptura como un “divorcio con derecho a roce”, donde ambas partes continúan compartiendo espacio sin confianza mutua alguna.
Así las cosas, esta legislatura se convierte en una partida ajedrez donde cada movimiento podría anticipar un final prematuro. Y como todo buen divorcio implica su propio reparto complicado del poder —lleno sorpresas—.
