José Cavero – Todos queremos brotes verdes


MADRID, 16 (OTR/PRESS)

Ha tenido fortuna la afirmación de la vicepresidenta y ministra de Economía y Hacienda, Elena Salgado, sobre los «brotes verdes» que ha querido ver o la visto en la economía española. No es la única «visionaria» de tales brotes. Brotes verdes que también se han querido ver, o se han llegado a ver, otros responsables económicos en algunos otros países y por determinadas instituciones internacionales especialmente atentas a la evolución de os acontecimientos económicos.

¿Son estos brotes verdes un anuncio, o preanuncio, de que las cosas empiezan definitivamente a cambiar, y que tras las heladas abrasadoras de la temporada pasada se alivian y moderan las temperaturas? Nadie termina de hacerse excesivas ilusiones. Más bien, hay coincidencia en que estamos, o acabamos de estar, en lo más profundo del ciclo «negro», y a lo sumo, que estamos dejando esas profundidades incómodas de la recesión. Los datos proporcionados estos días por la oficina de estadística de la Comisión Europea son muy coincidentes sobre cómo las distintas economías de nuestra zona han venido comportándose con un producto interior bruto seriamente declinante: en los tres últimos trimestres parece haberse vivido toda una pelea por ver quién cae más: casi un siete por ciento Alemania, un cuatro el Reino Unido, algo más del tres Francia, por encima del cinco Italia y casi el tres por ciento España.

Después de todo, y a la vista de estos datos, parecemos unos afortunados…, siempre que no sigamos profundizando «el pozo» y que, de verdad, empecemos a remontar la caída. Esos son los «brotes verdes» que se ven o se pretenden ver: algunos indicios de que el crédito fluye un poco más, de que la destrucción de empleo es menor que en los meses anteriores, que la destrucción de empresas también ha comenzado a ceder…

En los sucesivos debates que Gobierno y Oposición, o sea, Zapatero y Rajoy, han venido produciendo mes tras mes, hay un decidido propósito de los opositores por culpar de todos los males a Zapatero, como si la situación económica de nuestro país, siempre para mal, no tuviera otro responsable directo que el jefe del Gobierno, y no una coyuntura desfavorable aquí, en Berlín. París, Londres, Roma o Nueva Cork y Washington…, entre muchas otras ciudades del mundo. Una estrategia opositora que es posible que, a la postre, resulte nefasta para el PP, si tenemos en cuenta, por ejemplo, la más reciente encuesta del CIS, que da vencedor por muchos puntos a Zapatero sobre su adversario, pese a que éste se declaró «vencedor con mucha diferencia» sobre el jefe del Gobierno.

Hay un reconocimiento generalizado de que, por lo menos, el Gobierno se esfuerza en buscar procedimientos y fórmulas para que el número de parados no crezca más, o para intentar que descrezca ese dato nefasto. Y por el contrario, no parece probable que el PP haya logrado transmitir que también ellos están en la misma obsesión de buscar procedimientos para superar la crisis, y de «empujar el carro» en la medida de sus posibilidades.

Muy al contrario, han logrado extender la impresión de que tratan de beneficiarse con el deterioro y desgaste del Gobierno y de sus medidas, y que dan por bueno el malévolo deseo de que «cuanto peor para el país-gobierno, mejor para la oposición». Es lo que puede suceder cuando se malinterpreta y manipula una realidad al alcance de todos, en un tiempo en el que la información está al alcance de cualquiera que quiera verla…

JOSE CAVERO

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