Julia Navarro – Escaño Cero – La convención.


MADRID, 12 (OTR/PRESS)

Mariano Rajoy está dispuesto a dejar claro a propios y extraños que en el PP el que manda es él y solo él. Y es que, dicen sus allegados, está un pelín harto de que tanto desde dentro como desde fuera de su partido se cuestione su capacidad de liderazgo y, aún más, que se le recuerde que está donde está por decisión de Aznar. Quizá por eso, pretende que la convención que celebra su partido, a partir de este viernes en Barcelona, tanto propios como extraños visualicen que quien manda es él y solo él y que además los «barones» del partido están bajo su mando.

Por lo pronto, Rajoy ha estado ninguneando a José María Aznar para el que no había previsto ningún papel relevante en la convención, en vista de lo cual el ex presidente ha preparado las maletas para irse a Kiev. No hay que ser un lince para saber que, en algunas de sus declaraciones públicas, Aznar lanza andanadas a la manera que Rajoy tiene de «gobernar» el PP. Como tampoco es ningún secreto que Rajoy quiere alejar de sí la sombra de Aznar.

Pero lo que realmente quiere el presidente del PP es que sus barones» aparezcan a su alrededor dando una imagen de unidad, por más que esta no se la crea nadie, porque es evidente que entre la presidenta de Madrid, Esperanza Aguirre, y el alcalde, Ruíz Gallardón, saltan chispas cada vez que se ven, o que muchos «notables» del partido creen que Francisco Camps, presidente del País Valenciano, ha dejado de ser un «activo» para convertirse en una remora. Por no hablar de Rodrigo Rato, o mejor dicho, de los que aún creen que Rato sería el mejor candidato que podrían presentar para intentar ganar las elecciones del 2012.

Pero aunque detrás del escenario se lleven fatal, Rajoy busca la foto y los aplausos, para que sus votantes visualicen un antes y un después. En cualquier caso, el problema de Mariano Rajoy es que libra a la suerte el poder derrotar a Rodríguez Zapatero. Es decir espera que sea la mala situación económica y el paro las bazas que le lleven hasta la Moncloa. Porque la verdad es que hasta el momento el PP no ha logrado presentar un programa que despierte ilusión en los ciudadanos, que les convenza de que es Rajoy quien tiene la receta para acabar con el paro.

En realidad, Rajoy espera que se cumpla eso de que en nuestro país no se ganan las elecciones, sino que las pierde el que gobierna. Por lo pronto, el PP está en Barcelona para ofrecer una imagen de unidad, de que no pasa nada en sus filas, de que manda Rajoy y para hacerse la foto. Ya veremos si la convención da para más.

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