Charo Zarzalejos – El PSOE, machacado pero imprescindible


((Este artículo sustituye al anterior de la misma autora. Disculpen las molestias))

MADRID, 30 (OTR/PRESS)

Superado el primer borbotón de alegría por continuar siendo el primer partido de la izquierda, la caída en la realidad pura y dura ha puesto en evidencia, dentro y fuera del PSOE, el desastre absoluto que ha supuesto quedarse en 85 escaños. Demuestra este dato que el llamado «suelo» nunca se sabe dónde está hasta que se llega a él.
El PSOE es hoy un partido machacado y desconcertado. No acaba de entender cómo es posible que con su historia y sus innegables aportaciones a la democracia española haya llegado a los límites que ha llegado. Culpar de esta situación en exclusiva a Pedro Sánchez es caer en un reducciones o absurdo. Como candidato y secretario general tiene su responsabilidad y no pequeña pero lo que está en juego no es su permanencia o no en el cargo. Lo que está en juego es su propia supervivencia como partido imprescindible –creo que lo es– para la democracia española.
Con buen criterio, Pedro Sánchez ha optado, hasta el momento de escribir estas líneas, por el silencio. Es bien consciente que la situación ha cambiado radicalmente, que ya no es posible reeditar experimentos de pactos que lejos de ser avalados por las urnas, han recibido un serio correctivo. Por eso Sánchez va a mantener una actitud bien distinta aunque sea para llegar a la misma conclusión: con el PP, ni ha heredar.
Hay que esperar a la reunión del comité federal. Las vísperas están dejado vislumbrar serias diferencias sobre si finalmente el PSOE debe facilitar o no la presidencia de Mariano Rajoy. El asunto promete un debate apasionado aunque no es seguro que de este comité federal salga con una resolución inamovible. Saben los socialistas que se encuentran entre susto y muerte y en este caso la duda no es si facilitar o no la investidura de Rajoy, el riesgo es o Rajoy o elecciones, el riesgo final es dejar que Ciudadanos pueda presentarse como el partido con sentido de Estado que evita elecciones anticipadas. Ese papel, el de partido de Estado es el que le corresponde al PSOE después, naturalmente, de poner condiciones a Rajoy y desde el liderazgo de la Oposición –nunca esa imposible gran coalición– rehacerse como partido incuestionable de la izquierda .
De momento y por un tiempo veremos a dirigentes socialistas aconsejar a Rajoy que busque apoyo entre sus afines; es decir, Ciudadanos, pero Ciudadanos con sus 32 escaños pone condiciones «por doquier. No solo se tiene que ir Rajoy, que es una petición que suena a broma y que además perjudica a los Ciudadanos que se han metido en un discurso bucle del que cada día tienen más difícil salir. En su afán de centralidad quiere una mesa a tres y Sánchez y el PSOE han dicho que hasta aquí hemos llegado porque ha llegado el momento de actuar con presencia y personalidad a propia.
El PSOE necesita tiempo y espacio para reencontrarse a sí mismo, pero para ello no es en absoluto necesario ese famoso «no, no y no, ¿qué parte del no no ha entendido? Si el PSOE acierta a la hora de definir qué quiere ser, el tiempo será testigo de cómo el vilipendiado bipartidismo, ahora muy herido, puede volver a por su fueros.

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