Mucha España no tiene una preferencia excesiva. Sólo quiere que se vaya Pedro Sánchez. El es quien nos ha llevado hasta aquí. Tres o cuatro elecciones, ya pierde uno la cuenta, en cuatro años. Abuso de la democracia formal frente a la democracia real. Manoseo y manipulación de urnas de aquí para allá, incluso detrás de las cortinas, o el como los separatistas, llevándolas llenas de casa. Mucha España sólo quiere que Sanchez se vaya.
Ni a la tercera va la vencida. Llegó al gobierno de modo no sólo indigno sino ilegal, a través del una moción de censura con los traidores a la patria. A la tercera, el voto estancado de los socialistas más el voto cautivo de millones de funcionarios colocados por el PSOE y beneficiarios suyos del PER, el PAR, el PUK impide estructuralmente que un auténtico chulo que hace pequeño al campeón de Chamberí, salga por donde el humo agarrado a los barrotes de la cama cuyo colchón viscolastica cambió su mujer el día que llegó. En cualquier caso, en Moncloa ya debieran empezar a buscar al carromato que recoge los colchones.
Casado logra por fin el ascenso deseado sin haber limpiado el partido porque no le han dejado. Rivera recoge el fruto de bandazos, errores y ambigüedad y su salida de su ser natural en Cataluña con Inés Arrimadas llamando a la puerta.
Pero ha nacido una estrella con nombre de diccionario, que habla latín y griego y encima le salen las matemáticas. Santiago Abascal un líder de futuro presenta en una brillante comparecencia tras conocerse los resultados una alternativa patriótica y social llamada a mayores gestas. Piénsese en política como se piense debe reconocerse que el resultado, justo o no, es lógico. Es el hombre de la circunstancia. Lo que la patria largamente afrentada, desafiada y dolorida estaba pidiendo.
La reforma de la ley electoral debe ser prioridad del gobierno que salga de estas elecciones. No puede ser que con cientos de miles de votos más Ciudadanos tenga prácticamente los mismos votos que Esquerra Republicana por obra de una ley electoral idiota y suicida que premia a quienes persiguen la ruptura y destrucción de España. La Nación, la tierra de los padres y la tierra de los hijos, tiene derecho a su legítima defensa frente a quienes tratan de destruirla. Y tenemos una ley electoral que permite dejar la Nación en manos de los enemigos de la Nación.
Los dos grandes partidos deben asumir su responsabilidad y una coalición de PSOE y PP con otro Presidente diferente que el que ha causado este bloqueo y éste marasmo, para abordar las grandes tareas de España.
¿Y por qué no una coalición PSOE-PP con el verdadero ganador de estas elecciones Santiago Abascal, como Presidente? En medio de una tormenta mediática de infundios ha dado muestras de tener madera de líder y de estar más preparado en cuanto liderazgo que cualquier de los otros tres.
