I
Una mente retorcida
Como en invierno el sarmiento,
Es la de ese elemento
Que va pasando la vida
Viviendo solo del cuento;
(Te lo digo tal si bebes
Champán, como si percebes
Comes) … Callado o hable,
Es tal como El Abominable
Llamado Hombre de las Nieves;
De carnes más bien enjuto,
Como duro de roer
De huesos, sólo joder
La marrana a lo bruto
Es lo que sabe hacer;
Apoyado en el quicio
De la puerta, donde el vicio
De acicalarse no ceja,
Este individuo no deja
De ser más feo que Picio;
Mentalmente el abismo
Más palpable de la Izquierda;
Sin tensar mucho la cuerda,
En Política lo mismo:
Alto y claro: … ¡una mierda!;
Para remedio de males,
Es entre sus animales
De Agamenón el porquero;
Y acabo porque no quiero
Verme en los Tribunales;
Porque a estas alturas,
Si en un juez de sus hechuras
Caen mis buenaventuras,
Aun estando maduras,
A mí … ¡me van a estar duras!.
II
Un Gobierno del Sánchez con el apoyo
De Bildu, ERC y Unidas Podemos,
Es presagio de que nos vamos al hoyo;
En cuestión de muy poco tiempo veremos
Una España: ¡Nación de naciones!;
¡Sí, señor Sánchez, que ya le conocemos!;
Si no tiene talento, tiene cojones,
Más que el Rey Felón y más que el Zapatero,
Para de decencia ir dando lecciones;
Más que ambos dos, sin poner ningún pero,
En la casa común de los españoles,
Si señor, es usted un cuarto trastero,
Con más cuernos que en un cubo de caracoles;
Que usted no sepa que son gente de establo,
Y también de pocilga, tiene bemoles;
Puede usted, si quiere, mandarme al diablo,
Aunque en él no crea, pues me da que es ateo,
Pero a mis años sé muy bien de qué hablo;
No tengo un sueño dulce como Orfeo,
Pues en el treinta y seis yo ya era un mozuelo,
Y sé que realmente fue un paseo
De unos al infierno y otros al cielo;
Y usted, sépalo, es un peligro serio
De que se repita, dado su desvelo
Por seguir en la Moncloa sin criterio
Alguno, -ya hay que ser obtuso y terco-,
De que España vuelva a ser un cementerio;
Y al loro, señor Sánchez, qué en este cerco, …
¡Su San Martín le llega a todo puerco!.
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