Pocos saben que en España tenemos uno de los modelos más avanzados en seguridad privada del mundo.
Este ejército tiene un Arma de Infanteria, formada por más de 85.000 Vigilantes de Seguridad que están, en estos momentos, en el campo de batalla.
Dejándose la piel en los puestos de mayor riesgo, en las trincheras de primera línea, en las garitas de los muros más altos.
El Estado, sus empresas, la urgencia sanitaria, les han mandado a la guerra biológica, como a todos los servidores públicos, sin armas.
No tienen guantes, ni mascarillas, ni gafas, ni viseras, ni geles desinfectantes y aún así están prestando servicios en Aeropuertos, Estaciones, Transportes Públicos, Supermercados, Gasolineras, Polígonos, Empresas, Infraestructura Críticas.
Pese a ello Ninguno falta a su trabajo, muchos enfermarán, algunos morirán, pero ELLOS – LOS VIGILANTES DE SEGURIDAD – siguen acudiendo a su puesto.
Siguen protegiéndonos a TODOS. No han recibido ni un reconocimiento, ni un aplauso, ni una mención en los medios de comunicación.
¡SON INVISIBLES! Para todos ellos mi abrazo emocionado y mis mejores deseos de que su salud física y mental no se resquebraje.
Andrés Martín Luceña
Director de Seguridad