¡Cómo ha degenerado la progresía! A diferencia de los cristianos, los progres ya no buscan la verdad, sino unas cómodas mentiras que les permitan ganar elecciones, mandar y recrear la sociedad.
En el blog de Rosa Díez encontré esta joya: la carta de un admirador de ZP, publicada en El País, en la que reconoce que ya no busca la verdad en la vida pública, sino las mentiras del Enviado. ¿Será profesor de Educación para la Ciudadanía el interfecto?
MENTIRAS
A cuenta de la negociación de la financiación autonómica con Cataluña, el vicesecretario de Política Autonómica y Local del PP, Javier Arenas, ha dicho que el presidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero, miente sistemáticamente y engaña a la sociedad todos los días. El inefable presidente Aznar se dirigió a todos los españoles por televisión y dijo aquello de «lean mis labios: Sadam tiene armas de destrucción masiva». También Aznar y su Gobierno mantuvieron una de las más infames mentiras jamás contadas al pueblo español y al mundo entero, pues rápidamente se prestaron a confirmarla a los periódicos españoles, a corresponsales extranjeros, a embajadas españolas y a Naciones Unidas: aquella de que los atentados de Atocha los había cometido ETA.
¿Qué son para Javier Arenas estas dos afirmaciones de Aznar y de todo su Gobierno, que -no lo olvidemos nunca- es un órgano colegiado y, por tanto, corresponsable? La mentira, la media verdad, la verdad interesada, la verdad tergiversada, lamentablemente, son armas de destrucción política cotidiana; pero las proferidas por Aznar hicieron participar a España en una guerra que mata siempre a civiles, allá donde se desencadene, e hicieron recaer sobre quien no había sido la indignidad de haber asesinado a 191 personas. Entre unas y otras, yo, sinceramente, me quedo con las mentiras de Zapatero.
Podíamos recordarle a este señor tan amante de la vida que Glez envió soldados de reemplazo a una guerra, la de la liberación de Kuwait; que ZP ha mandado tropas a más guerras donde mueren civiles, como Afganistán; los casi 30 asesinatos de los GAL; pero ¿cómo podemos discutir con alguien que reconoce que acepta las mentiras con tal de que las pronuncie su Bienamado?, ¿cómo podemos recordarle que el PSOE también creía que Sadam tenía armas de destrucción masiva? ¡Qué bien escogido estaba el lema de la última campaña del PSOE: Motivos para creer! Blanco sabía que no se dirigía a seres pensantes, sino a borregos.
El autor de la carta dentro de poco dirá que los parados son vagos pagados por la derecha.
