El editorial de ABC de este 21 de julio de 2015, titulado ‘El primer paso para Cuba‘ comienza así:
SI la dictadura castrista hubiera podido instalar un mástil más alto, el presidente norteamericano, Barack Obama, tendría ocasión de ver desde la misma Casa Blanca la bandera cubana que ondea ya en la Embajada, ayer reinaugurada. Una estampa solemne y formal que debe marcar el inicio de un nuevo tiempo en el que Cuba aún tiene mucho que demostrar. Sigue sin ser un país que respete la ley, la democracia y los derechos humanos. Después de medio siglo resistiendo las reclamaciones internacionales de libertad y democracia, el mundo espera más que gestos de los Castro.
Continúa:
Si la semana pasada Obama logró aparecer como el presidente que ha iniciado el deshielo con Irán, ahora el elegido es Cuba. La potencia norteamericana mantiene relaciones diplomáticas con países cuyo expediente de prácticas totalitarias es bastante peor que el de la dictadura cubana. Cierto. Por desgracia, en el mundo la democracia no es todavía la regla mayoritaria, pero corresponde a los que sí la tienen empujar para que poco a poco lo sea. Cuba se encuentra, por razones biológicas, ante un horizonte incierto, derivado de la inevitable desaparición física de los hermanos Castro. El papel de la Casa Blanca no debe ser meramente estético.
Finaliza:
La reapertura de la Embajada de La Habana en Washington no debe verse como un premio a Raúl Castro a cambio de nada. Al contrario. Cuba ha de poner fin a la represión de los disidentes. Ha de abrirse al mundo más allá de abrir legaciones diplomáticas. La isla y también otros países más o menos próximos, donde están en juego el futuro y la libertad de sus ciudadanos. Venezuela, sin ir más lejos, debe saber que un régimen como el de Nicolás Maduro no encontrará nunca la legitimidad internacional mientras no asuma los principios de la democracia, la legalidad y el respeto a los derechos humanos y a la libertad de expresión. Los gestos no pueden venir de un solo lado; en ese caso, lejos de avanzar, el mundo retrocede.