Fernando Sánchez Dragó

«Para chulos nosotros y nuestra Guerra Civil durará más que la de los Cien Años»

"Para chulos nosotros y nuestra Guerra Civil durará más que la de los Cien Años"
El escritor Fernando Sánchez Dragó. PD

Fernando Sánchez Dragó se fija en la mamarrachada republicana que algunos ayuntamientos, podemitas todos ellos, han protagonizado desde el 14 de abril de 2016 poniendo en los balcones el trapajo republicano como si fuese una bandera oficial:

La Guerra Civil no empezó un 18 de julio, sino un 14 de abril. Esta semana han reaparecido banderas tricolores en algunos ayuntamientos. Vivir es ver volver. La guarnición de Melilla se sublevó en una tarde aciaga del 36 contra el Gobierno de la República y activó el mecanismo de lo que unas horas después ya era Movimiento Nacional apoyado por la mitad de los españoles. Comenzaba así la enésima guerra civil de nuestra sangrienta historia. El 1 de abril de 1939 el actor Fernando Fernández de Córdoba se dirigió a las dos mitades de España entera por los micrófonos de Radio Nacional y puso voz al último parte del conflicto: «En el día de hoy, cautivo y desarmado el ejército rojo, han alcanzado las tropas nacionales sus últimos objetivos. La guerra ha terminado». No era cierto.

Recuerda que:

La guerra siguió en los montes que servían de refugio a los maquis, siguió en las células clandestinas de los partidos puestos fuera de la ley, siguió en las cárceles, siguió en las tribunas del exilio y siguió, sobre todo, en el corazón fratricida de los españoles. Casi ocho lustros después, tras morir el Caudillo invicto y sufrir la historia un brusco golpe de timón, acabó por segunda vez esa guerra interminable. Los políticos de la Transición repitieron el abrazo de Vergara y suscribieron un armisticio. No duró mucho.

A mediados de los noventa, por motivos electoralistas que de poco le sirvieron, Felipe González soltó el doberman cainita que estaba agazapado en su jaula y que ya no volvió a entrar en ella. Menos de una década después se materializó en La Moncloa el lunático que no tardaría en empuñar la azada para reabrir las fosas convirtiéndolas en trincheras. La Ley de Memoria Histórica, tan dañina como inútil, jaleada por unos y denostada por otros, volvió a desatar las hostilidades entre las dos Españas que hoy como ayer siguen helando el corazón de los españolitos que vienen al mundo y que ya no tienen ni la más mínima idea del horror que precedió al alzamiento del 18 de julio y al que de él se derivó. Así andamos.

Y concluye:

La llamada Guerra de los Cien Años que en los siglos XIV y XV se libró entre Inglaterra y Francia duró en realidad ciento dieciséis. La nuestra va ya por los ochenta y cinco. ¿Igualaremos la plusmarca de los franceses y los ingleses? ¡Qué va! La superaremos. Para chulos, nosotros. Nuestra guerra civil no acaba nunca.

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Autor

Juan Velarde

Delegado de la filial de Periodista Digital en el Archipiélago, Canarias8. Actualmente es redactor en Madrid en Periodista Digital.

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