El presidente Sánchez sigue sin dar una. De momento, ha empezado 2019 igual que llevo el 2018: saltando de polémica a polémica. Cada decisión que toma y cada gesto que hace consigue arrastrar a los socialistas por el barro y evidenciar la ausencia de liderazgo de una formación con casi siglo y medio de un siglo de historia.
La última ‘ocurrencia’ ha sido el nombramiento de Pepu Hernández como candidato «apadrinado» a las primarias del PSOE para la alcaldía de Madrid, del cual ya ha trascendido en los medios que contaba con una sociedad para pagar menos impuestos.
Visto los precedentes de sus anteriores fichajes, me sorprende que Sánchez no se haya tomado la molestia al menos de preguntar al señor Hernández si ha utilizado algún tipo de sociedad para pagar menos impuestos o para comprar bienes de carácter personal. Esta pregunta debería ser una de las obligadas para cualquier persona que quisiera desempeñar un cargo público bajo la marca de los socialistas. Las siguientes preguntas deberían ser si tiene una tesis plagiada y si ha accedido a algún título de máster en condiciones ventajosas o sin ir a clase. Vamos, un pequeño test de tres cuestiones para evitar que la opinión pública le siga sacando los colores.
El ‘caso Pepu’ engorda una lista que inauguró Màxim Huertas, que por ser el primero, tuvo que dimitir de forma fulminante tras llevar solamente 6 días en el cargo. Le sucedió la dimisión de la ministra de Sanidad Carmen Montón por posibles irregularidades a la hora de obtener su máster. Pero no olvidemos que la lista de ministros cuestionados es más extensa. Pedro Duque, el astronauta, usó también una sociedad para comprar un chalet, Celaá ocultó información en su declaración de bienes, Borrell fue condenado por uso de información privilegiada y Delgado nos avergonzó a todos con sus mentiras y comentarios homófobos en presencia de Villarejo. El gobierno de las estrellas parece ser el gobierno de los estrellados.
Para colmo, a nivel interno, lo que están consiguiendo es destruir a las bases del partido socialista que ven como personas sin experiencia política y sin compromiso firme con el partido consiguen alzarse con el poder. Es paradójico que Sánchez, que se autoproclamó candidato de las bases, sea la misma persona que mermará la presencia de los afiliados de a pie que llevan años trabajando para demostrar su vocación política y de servicio público.
La verdad que las imágenes del pasado fin de semana de Sánchez diciendo que los ataques a Pepu están orquestados por los medios de derecha generan vergüenza ajena. Es más, dada las evidencias de los escándalos, es un insulto a la inteligencia colectiva achacarlo todo a una gran maniobra de ataque en vez de admitir la incompetencia de Sánchez para crear equipos ejemplares y con peso político de calado. Alguien debería decir al presidente que se deje de frivolidades y marketing barato y que empiece a velar por el bienestar de los ciudadanos.