Análisis

Victor Entrialgo De Castro: «Suavemente nos matan con su canción»

Victor Entrialgo De Castro: "Suavemente nos matan con su canción"
Edificio del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, Estrasburgo

La presunción de inocencia es un derecho constitucional. La hipocresía y la tomadura de pelo no. Hipócritas, cínicos y ladinos. Así son los independentistas catalanes, los huidos y aquellos a los que no les dió tiempo.

En lugar de levantarse y gritar Viva la República catalana! como quienes a lo largo de la historia han gritado alguna vez Viva Cartagena!, Vivan los novios! o Viva la gente! estos cobardes nos matan suavemente con su insoportable canción. O al menos lo intentan. ¿No iban a ir hasta el final? ¿No odian a este Estado que ahora les juzga? ¿No iban a dar la vida por la causa? Ahora resulta que unos huyeron y a los otros les tiemblan las piernas.

Dicen que es un juicio político y se acolchan en el Tribunal de Estraburgo y resulta ser que Estrasburgo es un tribunal «político» donde los haya. Uno que ha tenido ocasión acudir allí representando a un español que no pertenecía a ETA ni era un golpista separatista catalán, en aquel caso para reclamar la ejecución de sentencia como parte de un proceso equitativo y justo, (por todas, Miragall y escolano c. España, 2000, Popov c. Moldavia 2005, entre otras) ha podido comprobar que en el Tribunal de Estrasburgo prosperan fundamentalmente y con absoluta prioridad las cuestiones que tienen un marcado componente político.

Recuerdo al bajarme del moderno tranvía, tras un apacible viaje contemplando los Palacios y dejando a la derecha el edificio del Parlamento Europeo, las innumerables pintadas contra Putin en los aledaños del singular edificio del Tribunal. Recuerdo que por la tarde entré en una librería lo que en Francia con la editorial Gallimard es un placer y de allí salí con «L’homme revolté» de Albert Camus, que en la introducción de «El hombre se rebela» dice:

«Hay crímenes pasionales y crímenes lógicos. Los distingue la premeditación. Estamos en la época de la premeditación y del crimen perfecto. Nuestros criminales no son niños/adolescentes que invocan la excusa del amor. Al contrario, son adultos y su coartada es irrefutable: es la filosofía (ideología) que puede servir para todo, incluso para convertir a los asesinos/delincuentes, en jueces.

El Tribunal de derechos humanos creado en 1948 por el Tratado de Roma tras la Segunda Guerra Mundial no forma parte de las instituciones de la Unión Europea, como debiera haber sido incardinado con posterioridad, sino del Consejo de Europa y ésta es una de las claves del mal funcionamiento de los dos, como la denegación de las Euroórdenes ha puesto de manifiesto, y está formado por jueces de Andorra, Eslovenia, San Marino, Montenegro, Armenia, Moldavia, Rusia, un español que puso el PSOE, etc… El caso pues es que todo este juicio de aquí, ya se ha visto el primer dia en las cuestiones previas, es una preparación del de allí.

Qué solo hay rebelión si hay estado de sitio, dicen las defensas.Que no es delito declarar la independencia en las comunidades históricas ¿Cómo?. Que el Jordi ha tenido que levantarse a dar un papel a su defensor porque no estar sentado junto a él vulnera su tutela efectiva igual que el hecho de que no declare nuestro Rey. ¿Perdón? ¿Van ustedes a seguir retorciendo durante meses la ley y la verdad, tomåndonos el pelo, matándonos suavemente con su canción?

Declararon la república catalana, desobedecieron reiteradamente las resoluciones del Supremo y el Constitucional pensando que no habría consecuencias, se burlaron una y mil veces del Gobierno de España, utilizaron inequívocamente la violencia para llevar a cabo el 11-O contra las propias fuerzas del orden que hubieron de ser desplazadas para sofocar la rebelión y hacer valer la Constitución y la ley, impidieron a los funcionarios judiciales el registro del despacho de Oriol Junqueras cabecilla de un golpe de estado hasta el punto de tener que salir aquellos «por el tejado» y el edificio colindante! destrozando los vehiculos policiales y con la puesta en fuga de las fuerzas del orden por la turba amenazadora, para acabar subiéndose dos de los hoy acusados, muñidores desde la Asamblea Nacional catalana y Omnium cultural de todo este peligrosísimo y largo procés, «los Jordi», como los payasos equilibristas de un circo, sobre el techo de los vehículos como en cualquier proceso revolucionario violento en Libia, Sudán o Afganistán.

Incluso alguno de sus representantes en el juicio se lo achaca todo, no a la violencia sino a su astucia, de que son los más listos, superiores, esa es la prepotencia y altanería de las minorías políticas separatistas que viven de nuestro Presupuesto.

Yo no le deseo mal a nadie. Ni siquiera, por supuesto, que sea juzgado, porque eso es una loteria indeseable. «Pleitos tengas y los ganes». Pero esta vez los separatistas y sus representantes legales, con su empecinamiento interesado y su altaneria situados por encima de la ley, por encima del pueblo soberano, han ido demasiado lejos y nos lo están poniendo realmente dificil. No sólo es que atenten contra nuestra soberanía. Es que la vida es breve y estos tíos llevan décadas matándonos suavemente con su canción.

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