Rajoy a Sánchez: "Quién está peor es el PSOE, que estaba mucho mejor con Rubalcaba que con usted"
La sesión de control al Gobierno del 26 de noviembre de 2014 ha comenzado de forma sosa, por obra y gracia del democristiano más conocido en el lujoso Hotel Palace. Duran i Lleida se lanzaba al ruedo del Hemiciclo sin demasiados arrestos para hacer una pregunta económica al presidente del Gobierno. Sin embargo, pronto la cosa se iba a animar. Primero fue un cara a cara entre Pedro Sánchez y Mariano Rajoy cargado de argumentos poco sorprendentes pero con formas duras. Después, más entretenido, fue el enfrentamiento a cara de perro entre el socialista Antonio Hernando y Soraya Sáenz de Santamaría.
El supuesto líder socialista que va perdiendo letras en nombre y apellido pidió a Rajoy que hiciera balance de sus casi tres primeros años al frente del Ejecutivo. Sánchez pintó un panorama negro de el trienio rajoysta; le echó en cara que subiera impuestos, la amnistía fiscal y las cifras del paro. Nada que no estuviera en un guión de película de serie B. El registrador de la propiedad que reside en La Moncloa no fue, en líneas generales, mucho más original. Si le gusta presumir de previsible, en esta ocasión lo fue. Eso sí, en un momento osó entrar a matar y dio una estocada certera:
Quién está peor es el PSOE, que estaba mucho mejor con Rubalcaba que con usted.
A lo largo de la respuesta de Rajoy, uno podía ver a su espalda a un Rafael Hernando que asentía de forma continuada. Lo hacía de una manera tan constante y a un ritmo tan monótono que podría sustituir a esos perrillos de goma con cabeza oscilante que decoran los salpicaderos de ciertos coches.
Más duro fue el enfrentamiento de los segundos espadas a cuenta de RTVE. El socialista Antonio Hernando adoptó con Sáez de Santamaría el tono que le caracteriza cuando le lanza sus preguntas. Uno no puede evitar imaginárselo en ese momento como un profesor de carácter blando que intenta fingir ante sus alumnos que es un maestro severo a la hora de regañarlos. Y, como ya es costumbre, Soraya en sus respuestas a Hernando se crece tanto que hasta parece ganar unos cuantos centímetros de altura.
Aunque la pregunta contemplada en el orden del día era sobre la corporación pública de medios de comunicación, Hernando se metió en un jardín antes de entrar en materia. Decidió dirigirse en primer lugar al presidente del Gobierno. Le espetó, recibiendo la satisfecha mirada de Sánchez, el incumplimiento de su programa y le acusó de que «frente a la coherencia hay engaño». Soraya atacó directamente a la yugular, pero no a la del lugarteniente, sino a la de Sánchez:
Qué poco satisfecho ha quedado de la intervención de su secretario general, cuando tiene que venir usted aquí a echarle un capote, o un muleta. El problema es que acaba usted de darle la estocada, porque cuando un secretario general de un partido tiene que valerse de los siguientes intervinientes, teloneros, para que defiendan una postura incomprensible, le ha dejado usted, señoría, sencillamente a la altura del barro.
Y mientras Soraya se cebaba con el secretario general del PSOE y su «telonero», Rajoy aparentaba ser un señor que se había sentado en un sillón azul por casualidad. Lejos de observar lo que ocurría, estaba leyendo algo, no sabemos si el Marca o un sesudo informe sobre las cifras macroeconómicas, aparentemente aislado del exterior. Sólo al final levantó la cabeza mostrando un gesto que parecía decir ‘¿a quién estará hablando tan enfadada esta mujer?’.
Hernando, tal vez descolorado por la contundencia de Soraya, arrancó su contrarréplica con ciertos titubeos con aquello del género de las palabras: «Señora vicepresidente, vicepresidenta». De haber estado ahí Bibiana Aído, la creadora de las ‘miembros’, le habría caído un buen rapapolvo. Una vez recuperada la calma, entró a fondo en materia de RTVE y culpó en exclusiva a Sáenz de Santamaría de todas las dificultades que pasa la corporación pública de medios. No dudó en cachondearse de ella:
Y usted que es una persona tan rigurosa, tan estupenda, tan excelente, viene y después de tres años y con 186 diputados y con una mayoría tan absolutísima nos trae sobre el modelo de financiación una proposición no de ley de tres líneas, en la que no dice nada respecto al futuro de financiación de Televisión Española. Esto es hacer el ridículo, señora vicepresidenta, esto no es serio.
La interpelada, lejos de sentirse acorralada, se levantó con ganas y energía. Con tono de chulapa madrileña, a pesar de sus orígenes vallisoletanos, y sonrisa malévola arrancó su respuesta buscando destruir la autoestima que le pudiera quedar a Hernando:
Pues sí que le ha dolido a usted lo que le he dicho en la primera parte, porque se ha levantado usted en la tribuna a ponerme a mí a caldo. Señor Hernando, le doy un consejo como ex portavoz parlamentaria: Aquí hay que aguantar un poco más la presión y la tensión, y que no se note tanto que le avergüenza lo que dice el secretario general de su partido.
Entrado en materia de de TVE, tampoco dejó respirar al portavoz socialista:
Es usted genuinamente socialista: no tiene ni idea de lo que hay que hacer con Televisión Española.
Y, mientras tanto, Rajoy seguía pareciendo un señor que pasaba por allí y se había sentado a descansar un rato. Lo que ocurría en el Congreso no parecía ir con él.