Ley Beckham

Se nos dice que la ley conocida como Ley Beckahm fue establecida con el fin de atraer a científicos e investigadores a España. Esto es, más o menos, una de esas tomaduras de pelo a las que nos tienen acostumbrados los políticos. Esta ley no podía hacerse más que para los futbolistas; alegar que con ella se pretendía llenar España de científicos, cuando lo que primaba aquí era el ladrillo, parece una guasa.
Dicen que no hay que generalizar, que todos los políticos no son iguales. Y es cierto. Unos son más altos que otros; a algunos les gusta el whisky, otros lo tienen prohibido por el médico; los hay que gustan de hacer deporte; otros van de caza, escopeta en ristre; debe de haber algún que otro aficionado al fútbol y de entre los que tengan esa afición los habrá partidarios de diferentes equipos. Es decir, cada político es diferente de todos los demás. Ahora bien, todos los políticos, a la hora de votar, pulsan el botón que les mandan. Y todos, ¿todos? los políticos comparten la misma pulsión por el poder. Esa pulsión podría haber sido calificada de algún modo, porque no se entiende que acepten tan fácilmente esa disciplina cuartelera.
Los clubes de fútbol españoles, que son los que han de pagar esos impuestos que hasta ahora se ahorraban, hacen lo que quieren. Consiguen permisos de obra con rapidez, se les hace la vista gorda si se exceden, se les recalifica lo que piden y se les perdonan deudas. No es extraño que ahora amenacen con una huelga. La irresponsabilidad de los dirigentes futbolísticos está más que demostrada.
A los grandes intelectuales que recaen en España, o regresan, enseguida tratan de instrumentalizarlos los políticos, situándolos en Consejos de Cultura, o similares. Encima los utilizan para justificar tratos de favor a los clubes de fútbol.
‘La rosa escondida’
‘Una mañana perdida’
‘El principio del fin’
‘Lecciones para el inconformista aturdido en tres horas y cuarto por un ensayista inexperto y sin papeles’
‘El amigo del desierto’
‘Arquitectura + arquitectos contemporáneos’
‘Ebro 1938’
‘Una novelita lumpen’

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Vicente Torres

Vicente Torres es Coautor de '1978. El año en que España cambió de piel' y autor de 'Valencia, su Mercado Central y otras debilidades' y 'Yo estoy loco', 'Diario de un escritor naíf', 'El Parotet y otros asuntos' y '2016. Año bisiesto'. He participado en los libros 'Tus colores son los míos', 'Enrique Senís-Oliver' y 'Palabras para Ashraf'.

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