Vivimos tiempos confusos en los que todo tiene que encajar con los propios deseos, pero luego llega la realidad y explota en la cara de los irresponsables. No se puede estar ciscándose en la ley y al mismo tiempo considerarse demócrata.
Los jueces españoles e italianos que han visto el caso saben mucho más sobre él que todas esas personas que han estado apoyando con sus manifestaciones y su firmas el camino hacia el abismo de Juana Rivas. Los jueces han visto toda la documentación, también la presentada por los abogados de Juana Rivas y se han apoyado en dictámenes de expertos.
Se puede entender que Sánchez, cuyo respeto a la ley es el mismo que el que tiene Torra, esté dispuesto a indultar a esta madre que no ha demostrado, con su comportamiento, que tenga mucho amor por sus hijos, pero que Rajoy, cuyos vínculos con la ley son de índole profesional, también mostrara su apoyo hacia la actitud de esta señora es decepcionante.
La es igual para todos y está escrita de antemano. Se trata de la ley de un Estado democrático, que es el caso de Italia y de España, y no uno colonial.
Todos los que se manifestaron y lo siguen haciendo en favor de esta señora deberían ser conscientes de que su actitud es antidemocrática, porque cuando en un país no se respeta la ley ese país deja de ser democrático. El respeto a la ley es fundamental para la convivencia civilizada y para que nadie pueda imponer a la fuerza su voluntad a los demás.
Esos manifestantes que se manifestaban en favor de Juana Rivas y en contra de la ley tenían la obligación de saber que luego un juez vería el caso y emitiría su sentencia.
Tanto en España como en Italia Juana Rivas ha sufrido un duro varapalo y las consecuencias las tendrá que sufrir a solas. ¿Será capaz de recapacitar? ¿La ayudará alguien a que lo haga?

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