Y tiene derecho a hacerlo. Si hay enemigos declarados de España en el gobierno y otros de ganaderías similares que lo apoyan, ¿porque alguien que ha prestado grandes servicios a la Nación ha de permanecer en el extranjero?
Juan Carlos I abusó de la impunidad de que gozó, pero no es el único que lo ha hecho en España. Y la mayoría de los políticos que han engrandecido sus patrimonios, que en algún caso se reducía en un principio a un reloj de pulsera, andan tranquilamente por las calles sin que nadie les moleste.
Por otro lado, es un acto totalmente corrupto dedicar decenas de policías a vigilar la mansión de un político sobre la cual no pende ninguna amenaza terrorista. Conviene recordar, para hacer comparaciones, que el conde de Aresti estaba amenazado por ETA, rechazó tener escolta y murió asesinado por la banda. Por la espalda. Y, los mismos que atacan a Juan Carlos I, que abdicó por el bien de España, y ese es otro servicio que hizo a los españoles, hacen lo posible por blanquear a Otegui, que a lo mejor participó en alguno o algunos de los atentados que quedan por resolver.
Con respecto al gusto por la impunidad, cabe poner de manifiesto la reticencia del PP y del PSOE de renunciar a su control del estamento judicial, y de los malvados podemitas de someter totalmente a los jueces.
Sin independencia judicial no hay democracia. Y si esta hubiera existido desde el principio de la democracia no se habrían podido cometer tantas tropelías ni enriquecer tanta gente, incluido el padre del actual Rey.
Si la justicia fuera independiente, el actual gobierno tendría muchas dificultades, seguramente no podría ni gobernar.
Mientras que Juan Carlos I prestó grandes servicios diplomáticos a España, abrió muchas puertas y propició negocios, el actual gobierno y especialmente parte del mismo, hunde nuestro prestigio y genera desconfianza.
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