El objetivo de las dos entidades es cubrir la totalidad de los "excedentes" de sus plantillas, que estiman en torno a los 1.200 trabajadores
Los equipos directivos de Caixanova y Caixa Galicia han puesto sobre la mesa de negociación una propuesta que no ha gustado entre los sindicatos: la tramitación de las prejubilaciones necesarias para la fusión a través de un ERE.
El objetivo de las dos entidades es cubrir la totalidad de los «excedentes» de sus plantillas, que estiman en torno a los 1.200 trabajadores, con prejubilaciones de empleados, cuya antigüedad mínima en ambas empresas ha de ser de 15 años.
Asimismo, han abogado por indemnizar con 3.000 euros a los trabajadores que tengan que desplazarse de sus oficinas actuales a otras situadas en un entorno de entre 25 y 100 kilómetros, mientras que esa cuantía ascenderá a 10.000 euros en caso de superarse los 100 kilómetros.
En cuanto a las 300 oficinas que se verán afectadas por el proceso de fusión, 180 de ellas están ubicadas en la comunidad gallega; entre 80 y 85 en otros puntos del Estado y el resto en empresas y ámbito internacional.