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Por qué Fraga perdió cuatro elecciones seguidas

Por qué Fraga perdió cuatro elecciones seguidas
Manuel Fraga Iribarne.

¿Es Fraga sólo una reliquia que se resiste a la dignidad de jubilarse o es un portavoz del sentimiento general entre los dirigentes del PP?

Manuel Fraga ha hecho en la derecha política lo mismo que Luis María Ansón en el periodismo: cavar los cimientos para la hegemonía del PSOE. Había que llevarse bien con la izquierda, la cultura es de izquierdas, España es un país de izquierdas… Así le ha ido a Fraga.

Seguramente, pocos políticos en Europa recibieron el apoyo empresarial, financiero y organizativo que recibió Manuel Fraga cuando montó su Alianza Popular. Y de igual manera pocos habrá habido que hayan desaprovechado de tal manera todo ese esfuerzo.

Es cierto que tanto la Monarquía como la banca enseguida se dieron cuenta de que el PSOE era mejor apuesta para legitimarse y hacer negocios, pero Fraga fue el gran culpable de su fracaso. Entre 1977 y 1986, él perdió todas las elecciones generales frente a dos políticos a los que despreciaba, Adolfo Suárez y Felipe González, porque, a diferencia de él, no habían ganado ninguna oposición.

Hace unos días el mismo Fraga explicó la causa de su derrota al analizar las leyes del aborto y del ‘gaymonio’:

Manuel Fraga, ha asegurado que la ley del aborto aprobada por el Gobierno y que entró en vigor el pasado 5 de julio es, en su opinión, «una grosería jurídica, política y moral insoportable».

Sin embargo, Fraga ha dicho que no es partidario de derogar esta ley, así como tampoco la del matrimonio entre personas del mismo sexo, si bien ha abogado por realizar un estudio de cada una de ellas «para que no se pueda abusar de las mismas».

Es decir: sé que algo está mal, pero no soy partidario de erradicarlo. Fraga ha definido perfectamente el drama de la derecha política expañola, la derecha del Sistema: limitarse a gestionar mejor la sociedad construida por la izquierda, cuando ésta tiene un tropiezo. Sin ningún deseo de revertir la ingeniería social introducida por el PSOE. Por complejo, por cobardía o por comodidad.

El PP acaba asumiento los planteamientos del PSOE unos diez años después de que éste los hiciese suyos, con lo que siempre está chupando rueda del PSOE, dando la sensación de ser antiguo y reaccionando a la contra.

Así lo dice Jesús Laínz:

«[La derecha política] tiene el prejuicio de que toda medida tomada por la izquierda es irreversible. Al final, la derecha no es más que la izquierda con unos cuantos años de retraso, porque acaba por asumir sus planteamientos».

En cambio, en Estados Unidos la derecha combate en la guerra cultural declarada por la izquierda… y gana. El Tribunal Supremo es el más conservador de los últimos años gracias a los nombramientos de George Bush y está en condiciones de desmontar la revolución de izquierdas triunfante en los años 60.

Si la mayoría de los norteamericanos se pronuncian ahora en contra del aborto es gracias a un trabajo hecho en la calle, no en debates parlamentarios.

¿Es Fraga sólo una reliquia que se resiste a la dignidad de jubilarse o es un portavoz del sentimiento general entre los dirigentes del PP? Me temo que el papel que le podemos asignar es este último. Mariano Rajoy dijo hace unos meses:

«Si alguien se quiere ir al partido liberal o al conservador, que se vaya».

En el caso de que los conservadores y los liberales, es decir, quienes tienen principios, abandonasen el PP, ¿quiénes quedarían en él? En palabras de Pascual Tamburri:

«El reducido grupo de trepas jóvenes y mayores que se repartieron el pastel en 1977-1979 y de los que esperaban seguir haciéndolo en el siglo XXI».

Y los funcionarios, añado yo. Los que creen que deben ser ministros porque ya son abogados del Estado.

No llego al punto de pedir perdón a Dios por haber votado al PP, pero desde luego me comprometo a no votarle nunca más.

Si el PP va a dejar todo (autonomías, aborto, gaymonio, EpC, Marruecos, inmigración, memoria histórica, educación…) igual que el PSOE, prefiero que sigan gobernando los socialistas.

Al menos éstos engañan a 11 millones de moscas, pero no a mí.

CODA: ¿Qué se puede esperar de un tipo que dijo que cada una de las piernas de Isabel Tocino «valía por dos oposiciones»?

 


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