El sindicato educativo STEC-IC le pinta la cara al viceconsejero de Educación del Gobierno de Canarias. El intento de desacreditar las conclusiones del informe PISA, donde las Islas no salen bien paradas, tiene poco recorrido ante la realidad de los datos que aporta el propio STEC y que dejan bien a las claras el escaso interés del tándem Rivero-Brito a la hora de dar un empuje a la educación regional.
La frialdad de la estadística reza que mientras en el Estado el fracaso escolar se sitúa en torno al 29%, en las Islas roza el 40%, diez puntos más. En materia de inversión, el STEC pone en comparación el País Vasco donde se invierten 1.050 millones más que en Canarias y hay 6.500 profesores más, a pesar de que la autonomía vasca cuenta con 8.000 alumnos menos que el Archipiélago. Los números, qué duda cabe, asustan al más pintado.
El STEC manifiesta que la Consejería de Educación incrementa el número de matrículas, reduce la cantidad de docentes y lo que está generando es un hacinamiento que redunda directamente en una bajada drástica de la calidad de la enseñanza.
Por eso, denuncia el sindicato, al Gobierno de Canarias no le interesaba la comparativa y venía a decir que no estaba tan mal. Sin embargo, PISA ha ‘hablado’ con datos y la realidad que se deduce de ese informe no es nada halagüeña para el porvenir de los estudiantes canarios.
