Diario de un NO nacionalista

Teresa Forcades: La monja mediática independentista

De este movimiento cabría destacar su tendencia a la ceremonia de la confusión, mezclando un romántico soberanismo con tesis antisistema, parten de análisis marxistas y de las contradicciones de nuestro sistema político para llegar procesos constituyentes más propios del siglo XIX que del XXI

Cataluña padece una especie de elefantiasis nacionalista, una hipertrofia del relato independentista, sustentado gracias a un oneroso entramado mediático siempre ávido de información (o mejor dicho, desinformación) y personajes con los que nutrir espacios y minutajes.

Los medios de comunicación catalanes, aquellos públicos y subvencionados, tratan de ocupar las parrillas informativas con noticias que, de una manera u otra, siempre tienen que estar relacionadas con el Proceso, parece que la “construcción nacional” deba impregnarlo todo, todo debe pertenecer al discurso único que inocule el pensamiento único.

Todo lo que lleve la etiqueta “nacional”, “soberanista”, “independentista”, “proceso constituyente”, “emancipación”, “autodeterminación”, merece la atención mediática del Entramado, no importa si se trata de una organización política sin representación parlamentaria o de reciente creación, lo que importa es que parezca que todo pivota alrededor del Proceso.


Esta forma de reforzar el relato de la mayoría mayoritaria, de la sensación de que existe una cuasi unánime mayoría sociológica nacionalista, deriva en la creación y auge de personajes singulares, personajes que en circunstancias normales no pasarían de ser una anécdota para el entretenimiento, en concreto me refiero a la monja benedictina Teresa Forcades, promotora del enésimo movimiento independentista en Cataluña.

De este movimiento cabría destacar su tendencia a la ceremonia de la confusión, mezclando un romántico soberanismo con tesis antisistema, parten de análisis marxistas y de las contradicciones de nuestro sistema político para llegar procesos constituyentes más propios del siglo XIX que del XXI…

Del personaje, de Teresa Forcades cabe destacar cómo utiliza la estética de sus hábitos para hacer política, para obtener una notoriedad que sin ellos sería difícil de lograr, resulta llamativo que cuando aparece sin el uniforme religioso desaparece el personaje… y su legitimidad… ¿llegaremos a ver algún futbolista reconvertido en político dando mítines o conferencias vestido de corto?.

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