No es una buena idea para nada.
Aunque sea algo que casi todos hacemos antes de tirar a la basura las latas: aplastarlas un poco.
La mayoría lo hace porque ocupa menos espacio en la basura, pero debes saber que tienes que dejar de hacerlo ya mismo.
La razón: expertos en reciclaje han asegurado al medio estadounidense Popular Science, que las latas aplastadas son un quebradero de cabeza para las empresas de reciclaje ya que, al perder su forma original, pueden ser confundidas con otros productos y contaminar así el resto de la basura, impidiendo que incluso esta sea reciclada.
Según dichos expertos, uno de los principales problemas que tienen estas plantas a día de hoy es que, aunque el compromiso con el reciclaje ha aumentado considerablemente en los últimos años, seguimos sin saber hacerlo bien y esto encarece y ralentiza todos los procesos.
«Cuando recolectamos el material, este está contaminado hasta en un 25%, pero para venderlo debe tener menos del 1%», explica Susan Robinson, directora senior de sostenibilidad y política de Waste Management, una compañía que gestiona 100 instalaciones de clasificación de reciclaje en América del Norte.
¿Cómo podemos ayudar? entre las prácticas que pueden ayudar a bajar estos porcentajes es vaciar correctamente los envases y, como hemos explicado antes, no aplastar estas latas.
Existen dos tipos de plantas de reciclaje: las de flujo múltiple y las de flujo único.
Si la tuya es de las primeras, no tiene problemas con estos residuos, pero si es de las segundas, lo mejor es dejar las latas como llegan a tu casa.
Es por esto que la mejor solución para todos y para el medio ambiente es que no volvamos a deformar las latas antes de tirarlas a la basura.
