La demócrata Mignon Clyburn, comisionada de la FCC y detractora de este proyecto, señaló que la FCC «está entregando las llaves de Internet a un puñado de corporaciones multimillonarias».
Con esta decisión se da por tierra con una serie de principios establecidos durante el gobierno de Barack Obama, que buscaban que internet fuera vista como un servicio público de libre e igual acceso, según recoge Desiree Jaimovich en Infobae.
Con el fin de la neutralidad a la red se les da vía libre a los proveedores de internet para que fijen tarifas diferenciadas que controlen la velocidad, calidad de los accesos y disponibilidad del contenido.
Así, por ejemplo, empresas como Comcast, Verizon y AT&T podrían bloquear contenido, ralentizar servicios y modificar la velocidad de conexión según el sitio. De ahí que se hable de la generación de «dos internets»: una de vía rápida, y otra más lenta.
Con este panorama, las empresas quedan totalmente liberadas para favorecer el tráfico a sus sitios.
Lo cual, sin dudas, impactará en compañías como Netflix, Facebook, Amazon o Google que podrían verse obligados a pagar un adicional a las proveedoras de internet para asegurarse de que su contenido llegue al usuario de manera adecuada.
Esto perjudica aún más a las pequeñas startups que sentirán un impacto mayor en sus finanzas a la hora de pagar tasas más altas.
Aunque el más afectado será el usuario final, a quien seguramente se le trasladarán esos incrementos. Además, podría experimentar una reducción en el acceso y la oferta de contenidos.
Fuente original: Infobae/Leer más
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