(o “Lo que se perderá España si no me nombran”).
Bueno, parece ser que la cosa se anima. Por un lado, “Corbacho tira la toalla” (ABC dixit), y por otro, «Rajoy ya tiene un Gobierno en la sombra» (Pablo Montesinos dixit en Libertad digital). Hay, pues, oportunidades para que mi señoría pille una cartera. Una Cartera ministerial, claro. No es la primera vez que uno manifiesta su deseo al respecto, aunque nunca haya sido tan explícito como don Tomás Gómez, acerca de su pretensión de ser Presidente de la Comunidad de Madrid, cosa que ha manifestado paladinamente, urbi et orbi y el que no se entere es porque carece del mínimo de inteligencia exigible a todo ciudadano que esté consumiendo oxígeno de la atmósfera que envuelve al planeta tierra, o sea, es tonto de remate.
En efecto, hay ciertos rumores de que alguna ´miembra´ y algún miembro del Gobierno del Reino de España, cuyo Presidente es todavía y no sabemos hasta cuándo el señor Rodríguez, pueden dejar ´sede vacante´, es decir, vacíos o vacuos los butacones do las ministras y los ministros asientan sus panderos y muslámenes especialmente ellas, y sus posaderas o pompis, muslos a secas y lo que les cuelgue ellos; pues bien, puede ocurrir que por mor de que la señora o señorita Trinidad Jiménez acuda y triunfe en las primarias del partido socialista, o sea, del PSOE, para concurrir a las elecciones de Presidenta de la Comunidad Autónoma de Madrid, para los íntimos la CAM, con la pretensión de exonerar a la actual lideresa, señora Esperanza Aguirre, la cual -dicho sea de paso- está desarrollando las funciones inherentes a su cargo fenomenalmente, es decir, guay del Paraguay… Bueno, pues eso: que si doña Trinidad gana las primarias esas del Partido Socialista Obrero Español, se presentará a las elecciones para Presidenta de la CAM, lo cual que entonces dejaría libre el puesto de ministra de Sanidad. Y si lo deja libre, aquí está mi señoría que, con todo respeto y consideración a las normas vigentes, se ofrece para ocupar dicho puesto y si hay que comprar vacunas, porque lo diga la Organización Mundial de la Salud –OMS para los íntimos-, uno está dispuesto a comprarlas, aunque luego hubiera o hubiese que tirarlas. Y cosas así. Y, por supuesto, mantendría en secreto todo lo que se tratara o tratase en los Consejos de Ministras y Ministros, ambos inclusive. Y todo lo demás que proceda.
Apuntada la anterior posibilidad de nombrar a mi señoría ministro de Sanidad y Asuntos Sociales, con los haberes inherentes al cargo (ni un euro más), no hay por qué olvidar que otro sillón que, según se ha dicho, va a quedar libre es el correspondiente al ministro de Trabajo e Inmigración. Esto, a partir de la huelga general que tienen convocada los sindicatos para el 29 S. Pues bien, tampoco mi señoría le hace ascos a responsabilizarse de la correspondiente cartera, porque en definitiva lo que quiere uno es pillar alguna cartera.
Sin perjuicio de que en días sucesivos, en sendas chirigotas o cuchufletas, este autor vaya desarrollando sus teorías al respecto, quiere que conste en acta o donde proceda, que no se vaya a pensar ni por parte de la ´legencia´, ni por parte del Gobierno, que uno lo que quiere es cobrar el sueldo correspondiente y no dar ni golpe. No. En cuanto al sueldo de ministro, mi señoría tiene en proyecto hacer lo que supongo que estarán haciendo a la sazón tanto las ministras como los ministros, que es ceder el 50% del sueldo, como mínimo, a ONGs u OSGs, para que puedan perseguir y lograr sus objetivos. Para documentarse de lo que son las OSGs, cfr. “Once meses con síndrome, y uno de vacaciones”.
Y en días sucesivos seguiremos hablando acerca de las aspiraciones de mi señoría a ser ministro de… Bueno, de lo que sea, pero ministro. Y hay que suponer que vuesarcedes, tan contentos con que se me otorgara u otorgase el cargo en cuestión. ¿O no?
3-09-2010.