Matemáticas salvajes en el reino animal

Así cuentan los animales: la sorprendente aritmética de la naturaleza

No solo los humanos usan números: chimpancés, abejas y leones también dominan el arte de contar

Gorila
Gorila. PD

Cuando pensamos en matemáticas solemos imaginarnos pizarras llenas de fórmulas, calculadoras y personas sudando ante exámenes.

Sin embargo, en plena selva, bajo el agua o incluso en el zumbido de un panal, los números también están presentes. Y no, no es una exageración: los animales han desarrollado habilidades numéricas sorprendentes para sobrevivir y tomar decisiones.

Resulta que las matemáticas no son patrimonio exclusivo de Homo sapiens.

Lejos del álgebra abstracta o las integrales infinitas, muchas especies han perfeccionado destrezas básicas como contar, comparar cantidades y hasta tomar decisiones basadas en el número de rivales, presas o compañeros disponibles.

Y aunque su aritmética no les permitiría aprobar un examen universitario, sí les ha bastado para prosperar a lo largo de millones de años de evolución.

Chimpancés y macacos: sumas en la copa de los árboles

No es casualidad que los primates sean los campeones no humanos en esto del conteo. Experimentos desde los años ochenta han demostrado que los chimpancés pueden sumar chocolatinas repartidas en varios recipientes y elegir con gran precisión la combinación más abundante. Su capacidad para comparar dos sumas diferentes roza el 90 % de aciertos, un dato que dejaría asombrado a cualquier niño pequeño (y a más de un adulto distraído).

Los macacos Rhesus tampoco se quedan atrás: pueden identificar rápidamente la cantidad de objetos en una pantalla con un 80 % de éxito, compitiendo nada menos que con estudiantes universitarios humanos. Además, estos monos no solo cuentan cosas: también logran asociar sonidos emitidos por científicos con cifras representadas en una pantalla, como si resolvieran pequeños acertijos matemáticos.

Abejas: genios diminutos del conteo y la geometría

Las abejas son el ejemplo más claro de que el tamaño del cerebro no determina el ingenio numérico. Estos insectos maravillan a los científicos por varias razones:

  • Son capaces de contar hasta cuatro elementos y distinguir entre diferentes cantidades de puntos.
  • Reconocen el número cero, una hazaña que ni siquiera todos los mamíferos pueden igualar.
  • Construyen panales formados por hexágonos perfectos, una estructura matemática que maximiza el espacio usando la menor cantidad posible de cera y energía —pura eficiencia geométrica.
  • En experimentos clásicos, las abejas cuentan marcas en el terreno para regresar a su colmena; si se cambia el número de marcas, se desorientan, lo que demuestra su sorprendente sentido del conteo.

Leones, lobos y osos: decisiones estratégicas con sumas sencillas

En las praderas africanas, las crías de león escuchan grabaciones con distintos números de rugidos; si perciben que hay más intrusos que miembros de su propia manada, prefieren mantenerse lejos. Esta habilidad para comparar cantidades ayuda a evitar peleas innecesarias y es clave para la supervivencia del grupo.

Otros mamíferos como lobos y osos negros también distinguen entre cantidades para decidir si enfrentarse o retirarse ante posibles rivales o fuentes de alimento. La lógica es simple pero efectiva: más enemigos equivalen a más peligro; más comida equivale a mayor beneficio.

Aves listas para sumar y restar

El universo aviar tampoco escapa al influjo matemático. Cuervos, loros e incluso palomas han demostrado capacidades para distinguir cantidades, sumar y restar elementos básicos. Los cuervos pueden llevar la cuenta exacta de cuántas personas entran o salen de un lugar antes de decidir si es seguro acercarse —un comportamiento tan astuto como pragmático.

Algunas ranas seleccionan pareja basándose en proporciones numéricas; los peces comparan el tamaño de grupos para sentirse más protegidos; incluso elefantes prefieren montones más grandes cuando toca repartir fruta.

Matemáticas naturales: patrones universales en la biología

La naturaleza está plagada de patrones matemáticos. Un ejemplo fascinante es la llamada “ley del escalado 2/3”, observada en tiburones: relaciona superficie y volumen corporal mediante una simple ecuación natural que se cumple con sorprendente precisión en 54 especies distintas. Así, las proporciones corporales siguen reglas matemáticas invisibles pero fundamentales para la biología.

Las abejas también aplican principios geométricos al construir sus panales hexagonales —una maravilla natural que ningún arquitecto podría mejorar fácilmente— mientras que pulpos resuelven rompecabezas complejos gracias a su comprensión básica de secuencias y patrones.

Curiosidades científicas animales

  • Los animales suelen reconocer bien 1 o 2 elementos, pero a partir del 3 tienden a agruparlos mentalmente como “muchos” —aunque algunas especies llegan hasta 4 o incluso identifican el cero.
  • Los pulpos tienen parte importante de su sistema nervioso en los tentáculos, lo que les permite tomar decisiones descentralizadas casi como si cada brazo “pensara” por sí solo.
  • El binomio número-geometría se repite en muchos animales: desde panales hexagonales hasta espirales en caracolas marinas.
  • Los tiburones respetan reglas matemáticas sin saberlo —su crecimiento sigue proporciones fijas que optimizan energía y supervivencia.
  • En experimentos clásicos, algunas aves aprenden a discriminar entre grupos con distinta cantidad aunque visualmente sean muy parecidos.

Anécdotas insólitas y números traviesos

  • Las palomas urbanas pueden aprender a identificar cifras árabes si se les entrena… aunque probablemente nunca pidan pizza por teléfono.
  • En Japón, algunos peces koi han sido entrenados para responder solo cuando ven aparecer cierto número de puntos rojos.
  • El famoso pulpo Paul “adivinaba” resultados futbolísticos durante el Mundial haciendo elecciones basadas aparentemente en proporciones numéricas… O quizá simplemente tenía buen gusto futbolístico.
  • Las abejas se confunden si les cambian las señales visuales durante sus vuelos —demostrando que su sentido matemático depende tanto del entorno como del aprendizaje.
  • ¿Sabías que hay cuervos capaces de “llevar la cuenta” hasta cinco días después? Su memoria numérica es tan buena como la tuya cuando recuerdas cuántos cafés llevas tomados.

La próxima vez que veas a un animal tomando decisiones aparentemente simples, recuerda: detrás puede haber una pequeña ecuación natural funcionando… ¡y ni siquiera necesita calculadora!

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