Ocho de los diez países con más calvos del mundo están en Europa

Calvicie: el mapamundi de la alopecia

Calvicie: el mapamundi de la alopecia

Datos y más datos. La calvicie, como la riqueza y los penes calibre XXL, están irregularmente distribuidos en el mundo.

En Extremo Oriente es tan raro ver un calvo como topar con una peluquería sin espejo.

Sin embargo en Europa… ¡ay, pobres europeos!

Tendremos las más bellas ciudades del mundo y los mejores museos, pero nuestras calles están repletas de gente con la cabeza más lisa que una bola de billar.

España es el segundo país del mundo con mayor porcentaje de calvos, según un ‘estudio’ -muy poco científico- llevado a cabo por Trip Advisor.

El estudio consistió en poner observadores en las calles de distintas ciudades del mundo y simplemente contar el número de calvos que pasaban por allí.

El mayor porcentaje de calvos se registró en la República Checa, donde el 42,79% de los hombres tenían pelo escaso o directamente inexistente.

España aparece en segundo lugar, a escasas 20 centésimas del primer puesto.

Ocho de los diez países con más calvos están en Europa, con excepción de Estados Unidos y Canadá, países ambos poblados por descendientes de europeos.

El primer país no europeo es Japón, en el puesto decimocuarto, con un 26,05% de calvos.

China cierra la clasificación mundial con menos del 20% de calvos, menos de la mitad de España o República Checa.

Ese mapa de la calvicie es coherente con este otro -bastante más serio, elaborado por el American Journal of Physical Anthropology– sobre el vello corporal de las diferentes regiones del mundo (ya no se usa “razas”, aunque en este contexto viene que ni al pelo): los hombres más peludos del mundo están en el arco mediterráneo y en Escandinavia.

Nada de esto es casualidad, pues la abundancia de vello corporal y la alopecia androgénica están motivados por el mismo motivo: la testosterona.

¿Significa esto que los hombres calvos son más viriles?

Si la caída del pelo es provocada por la testosterona, parece lógico pensar que los hombres calvos lo son porque rezuman testosterona por todos los poros de su piel.

Sin embargo, para desilusión de algunos y de algunas, lamentamos desmentir esta teoría.

La enzima 5-alfa reductasa es la encargada de regular los niveles de testosterona transformándola en un derivado llamado dihidrotestosterona (DHI).

El efecto negativo de la dihidrotestosterona en aquellos sujetos con predisponibilidad a que esta se quede adherida al cabello, es que acaba atrofiando los folículos pilosos y volviendo rígidas las membranas del cuero cabelludo.

Esto provoca que el riego sanguíneo empeore, que se vaya atrofiando el folículo y que los nuevos cabellos se afinen, comiencen a crecer de forma más débil y acaben cayéndose, para no volver a crecer más.

Así pues, no son los altos niveles de testosterona los que causen la calvicie, sino la incidencia de la enzima 5-alfa reductasa en la producción de DHI.

El sudeste asiático y el África negra son las dos zonas del mundo donde menor cantidad de vello androgénico -el pelo corporal que aparece en la pubertad-, tienen los hombres (y las mujeres), apenas un 5%.

Según este mismo estudio, el 30 % de los hombres blancos en torno a los 30 años sufren ya algún tipo de alopecia o pérdida de pelo que afecta también a la mitad de los hombres en la franja de los 49 a los 55 y asciende hasta el 80 % más allá de los 70.

Inexorable destino el que estos porcentajes vaticina.

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