Que el Rey emérito Juan Carlos I haya estado hace unos días en Arabia Saudita presuntamente para ultimar la venta de cinco corbetas construidas por Navantia, señala que España, aparte de beneficiarse con ese contrato, apoya la intención del príncipe heredero Mohammed bin Salman bin Abdulaziz al Saud (MBS) de neutralizar el creciente poderío marítimo y territorial de Irán, su rival estratégico y religioso.
MBS, de 32 años, licenciado en Derecho, buen conocedor del mundo exterior, y todavía ministro de Defensa, fue nombrado heredero por su padre el rey Salman en junio de 2017, y su primera medida fue detener a 201 príncipes y altos cargos políticos acusándolos de corrupción.
Encerrados en un hotel, los liberó cuatro meses después de que hubieran entregado a las arcas del Estado 86.000 millones de euros, fruto de esa presunta corrupción.
Paralelamente comenzó a liberalizar algunas costumbres, como levantar la prohibición de conducir las mujeres, y la obligación del uso del niqab, que tapa la cara menos los ojos…
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