Hoy vamos a tratar otros dos hechos fundamentales en la Guerra de las Comunidades de Castilla. El traslado de la Santa Junta a la localidad de Tordesillas con el objetivo de establecer la Corte, amparados por la reina Juana de Castilla y la posterior caída de la plaza a manos del ejército Imperial, lo que supuso un duro golpe anímico al movimiento comunero.
La Santa Junta en Tordesillas
Dentro de los hechos acaecidos en la Guerra de las Comunidades de Castilla, el traslado de la Santa Junta a Tordesillas, así como la batalla que se libró en dicha ciudad, que hizo que el centro de operaciones de los Comuneros cayera como un castillo de naipes, fueron determinantes en el resultado final de la guerra protagonizada entre el ejército Imperial de Carlos I y los capitanes comuneros que se rebelaron contra la actitud del rey y la Corte que le acompañaba.
La Santa Junta, desde el mismo momento de su constitución, manifestó la intención de devolverle a la reina Juana de Castilla las prerrogativas políticas que le pertenecían como legítima soberana del reino, siendo este hecho desde se coronó a Carlos I en 1516, uno de los principales puntos de tensión en toda Castilla.
Rio Duero a su paso por la localidad vallisoletana de Tordesillas.
Con el objetivo de mantenerse cerca de la reina Juana, los capitanes rebeldes de Toledo, Juan de Padilla, de Segovia, Juan Bravo y de Salamanca, Maldonado, solicitaron audiencia a la reina para el traslado de la Santa Junta a la localidad de Tordesillas y así tener a la reina de su lado, algo que esta aceptó de buen grado y el día 6 de septiembre de 1520 aprobaron el traslado inmediato.
En la asamblea se hallaban representadas trece ciudades de las dieciocho con voto en Cortes: Burgos, Soria, Ávila, Valladolid, León, Salamanca, Zamora, Toledo, Toro, Cuenca, Guadalajara y Madrid; en octubre se le sumarían, además, los diputados de Murcia y la primera decisión que tomaron fue la de la nueva denominación, pasándose a llamar “ Cortes y Junta General del reino”, consiguiendo que la Junta se reuniera con carácter habitual y periódico con la reina para tratar todos los temas concernientes a la gestión del día a día del reino de Castilla y consiguieron hacerse con el sello real y los registros oficiales, que pasaron a Tordesillas.
Pese a tener el apoyo decidido de la reina, la tesis de que Carlos I fuera un monarca usurpador, generó no pocas tensiones entre los procuradores de la Santa Junta y finalmente se evidenció que Carlos era igual de legítimo que la reina Juana y en todos los documentos que firmó la Santa Junta aparecía el sello Real del monarca.
La reina Juana de Castilla en Tordesillas con la infanta Catalina.
Pero todos los intentos de los comuneros de anteponer a Juana como reina de Castilla cayeron en saco roto, puesto que, aunque tenía la intención de implicarse de lleno en la gobernabilidad del reino, los episodios de melancolía y depresión hicieron imposible la apuesta comunera por la reina para oponer la Corona frente a su hijo Carlos.
La Santa Junta se mantuvo en Tordesillas hasta el 5 de diciembre de 1520, cuando una maniobra lamentable del cabecilla rebelde, Girón de Velasco, hizo que Tordesillas cayera en manos del ejército Real y la Santa Junta tuviera que salir en dirección a Valladolid a toda prisa.
La batalla de Tordesillas
La batalla de Tordesillas es otro de los históricos acontecimientos protagonistas en la Guerra de las Comunidades de Castilla. Fue una decisiva batalla librada el día 5 de diciembre de 1520 en la localidad vallisoletana de Tordesillas, que en ese momento era la sede de los comuneros de Castilla y de la Santa Junta de Ávila, entre los rebeldes comuneros y las fuerzas realistas comandados por el conde de Haro.
Finalizando el mes noviembre de 1520, el ejército de la Santa Junta, encabezado por Pedro Girón de Velasco se dirigió a Medina de Rioseco, estableciendo su cuartel General en la localidad de Villabrágima, a pocos metros del campamento donde acampaba el ejército imperial.
Adriano de Utrecht, Regente de Castilla.
La situación era cada vez más tensa entre los dos campamentos puesto que estaban prácticamente pegados y las escaramuzas eran constantes. La situación se mantuvo hasta el día 2 de diciembre cuando el ejército rebelde se movió y abandonó Villabrágima para dirigirse a Villalapando, un error garrafal de Girón de Velasco, que dejó vía libre al ejército imperial para dirgirse sin ningún problema ni ejército que lo imposibilitar hacía Tordesillas, por lo que aprovecharon la ocasión y atacaron la ciudad al día siguiente.
Con este movimiento táctico y después de duros combates, consiguieron tomar Tordesillas, pieza clave para ambos bandos, donde residía la reina Juana de Castilla y su hija Catalina, la hermana de Carlos I, por lo que la Santa Junta se quedó sin uno de sus activos más importantes, vieron como con un mal movimiento táctico, se echó a perder la mejor baza que tenían y gran parte de los procuradores rebeldes fueron apresados o tuvieron que salir huyendo de la ciudad bañada por el Duero.
