Este viernes 31 de octubre de 2014 llega a los cines ‘REC 4’, la cuarta parte de la saga más terrorífica del cine español que su director, Jaume Balagueró, ha tratado de convertir en un «gran fin de fiesta» para terminar esta historia y decir adiós».
En el filme, que comienza justo al término de ‘REC 2’, la reportera Ángela Vidal (Manuela Velasco) es la única superviviente de la terrible infección y es evacuada del edificio y, cuando por fin la situación parece estar controlada, el caos vuelve a desatarse y la semilla del mal renace adoptando nuevas y terribles formas.
El filme que pone punto y final a ‘REC’ implicaba nuevos retos, tal y como ha contado el director durante una entrevista. Uno de los desafíos era «hacer un final». «Cada una de las anteriores películas acortaba de forma independiente ciertas cosas y nunca nos basábamos en un universo preconcebido al que hubiera que adaptarlo», ha explicado.
En esta cuarta parte, Balagueró se vio obligado a «unir esas ideas en un engranaje que funcionara» y, al mismo tiempo, conseguir que esta cinta «no se pareciera a las otras, aunque fuera fiel al espíritu de REC». En este sentido, ha indicado que «tenía que reinventar las claves, ser una película de aventuras, acción, de supervivencia, de horror». «Todo eso metido en un cóctel y hacer un gran fin de fiesta para terminar y decir adiós».
El cineasta cuenta que parte del espíritu de la saga consiste precisamente en las diferencias que existen entre las películas.
«Una de las cosas más valiosas es que cada película sorprende porque es otra cosa. Nunca nos gustó la idea de repetir el mismo esquema, no era atractivo para nosotros, pensamos que lo bonito era que cada nueva entrega fuera una reinvención y propusiese un tipo entretenimiento diferente».
Balagueró insiste en que la película «no es la más arriesgada, sino otra propuesta diferente» y apunta que «siempre han sido conscientes de la envergadura que tiene REC, una saga en la que todas las películas «han contado con muy poco presupuesto», algo que forma parte de su «identidad».
«Tras siete años queríamos terminar toda esta andadura y lo hacemos con la emoción de cerrar un ciclo y con la nostalgia de ver que esa aventura termina. Pero termina esta aventura para que empiecen otras, y empezarán».
RODAJE «COMPLICADO»
El rodaje de ‘REC 4’ tuvo lugar en un barco real, un proceso que fue «complicado» en palabras de su director, porque «los espacios son muy poco apropiados para rodar, muy angostos, reducidos incluso peligrosos, con escaleras oxidadas y pasillos con los techos muy bajos».
«Para todo un equipo moviéndose era muy complicado y la cámara estaba muy limitada y aún así había que hacer cosas que el ritmo trepidante de la película exigía», ha explicado Balagueró, quien cuenta que por este motivo rodaron un 20 por ciento de la película en plató, donde se recrearon estos espacios para hacer cosas que allí era imposible conseguir.
En esta línea, Manuela Velasco, protagonista de las dos primeras entregas y del cierre de esta historia, ha afirmado que el rodaje ha sido «asfixiante, angustiante, doloroso, duro y pesado».
Como espectadora, Velasco destaca que una de las aportaciones que ha hecho la saga ha sido el personaje de la Niña Medeiros, «una criatura que se ha convertido en un icono del cine de terror». «No es un muerto viviente o un vampiro, es una criatura que no se sabe muy bien lo que es y que quizás es más terrorífica porque es un ser humano».
CUOTA DE PANTALLA, «COINCIDENCIA»
El cine español contará este año con la cuota de pantalla más alta de la historia, una circunstancia que para Balagueró supone una casualidad.
«Ha habido una coincidencia de unas películas que han sido eventos en sí mismas o que han tenido un apoyo muy fuerte por parte de sus productores y distribuidores que han hecho que se conviertan en eventos cinematográficos con gran repercusión en taquilla».
A esto se suma el hecho de que estas cintas «están muy bien y funcionan muy bien con los espectadores». «Si detrás de esas películas no hubiese habido ese poder de comunicación y ese poder de promoción, aún siendo igual de buenas, no habríamos tenido las cifras. Ojalá me esté equivocando y no sea así, nos haría muy felices a todos».
