Lucas Pellicer – gRRound! Ediciones
El 50º aniversario de la muerte de Franco y el cambio de régimen resultante dejan sensaciones poco gratas. La memoria unilateral del gobierno y cierta izquierda ha dictado doctrina, a menudo sesgada y de parte, que en nada ha contribuido a que conozcamos mejor las últimas décadas de nuestra historia. Mientras, y discretamente, la ‘Crónica de Medio Siglo’ ha completado sus dos primeras series, una hazaña de treinta libros con un total catorce mil páginas. Mientras se celebran incursiones puntuales en algún concreto tema, casi siempre incompletas, mal contextualizadas y débilmente documentadas, a la caza de incautos y apresurados, aquellos que quieran conocer de verdad los hechos tienen en esta crónica veraz el panorama completo de la segunda mitad del siglo XX: las dos últimas décadas del franquismo, la compleja transición al juancarlismo, y los primeros 25 años de la monarquía parlamentaria, con sus difíciles inicios, su consolidación posterior y el comienzo de una decadencia que se haría evidente en el siglo siguiente.
Es indudable que un proyecto tan ambicioso es difícil de abordar por un público lector muy volátil, supeditado a la publicidad, inclinado a lo fácil y siempre espoleado por un consumismo incesante que apenas deja resquicio para la reflexión serena. Abordar la Crónica entera supone un empeño considerable. Si se tarda dos minutos en leer una página con unas quinientas palabras, para leer de cabo a rabo lo publicado de esta Crónica se necesitarían 28.000 minutos, 466 horas. Más de un año leyendo una hora diaria, más de medio si se le dedican dos al día. Lógicamente, son pocos los lectores con tal ambicioso planteamiento. porque lo normal viene siendo leer, según interese, este u otro episodio alternado con otras lecturas, con intervalos largos o cortos, con interrupciones. Las montañas se escalan por tramos y las tareas parecen imposibles al comienzo.
También, en su magnitud y pretensiones, ha resultado incómoda esta Crónica para los sectores especializados del mundo cultural y mediático de los que depende dar a conocer lo que merece la pena entre la inmensa cantidad de publicaciones que aparecen a los sectores potencialmente interesados. El gremio de los historiadores, salvo honrosas excepciones, ha optado por ignorar lo que consideran una intromisión arrogante en su feudo. El gremio de los periodistas no tiene tiempo para cosas excepcionales y depende de la mercadotecnia editorial, y del intercambio de favores y prebendas personales y empresariales. En general, un libro hoy día si no dispone de un importante mecanismo de promoción y distribución a cargo de una solvente editorial, de partida ya no existe; y en el 99% de los casos incluso disponiendo de ello. La Crónica no ha tenido ni tiene donde apoyarse y eso termina de marginarla. Su comercialización por Amazon le ha privado del acceso al circuito fundamental de las librerías, unos tres mil puestos de venta a lo largo y ancho del país, que facturan en conjunto la mitad de todas las ventas. Junto a ello, las instituciones públicas y privadas -bibliotecas, centros educativos, etc.-, tienen tácitamente vetado adquirir fondos en Amazon por prejuicios o conveniencia. Por tanto, las condiciones objetivas -tamaño de la propuesta, ausencia de promoción, dificultades de comercialización- han contribuido a que, si bien las ventas se han mantenido discretas, grandes sectores de la población objetivamente proclives desconozcan todavía esta singular aventura literaria.
Todo ello ha inclinado al autor a, antes de abordar el trabajo de redacción y edición final de la tercera serie, intentar facilitar el acceso a las dos ediciones ya publicadas por el único camino posible al no disponer de momento de una nueva oferta editorial impresa que permita llegar a los sectores antes mencionados. Ese camino es el digital, aún subdesarrollado en el mundo de habla hispana, pero al menos viable y de futuro. La Crónica siempre ha sido accesible en digital, tomo a tomo, como alternativa a la edición impresa, cuyo precio a pesar de los reducidos márgenes del autor, para los treinta episodios no baja de un desembolso aproximado de 500€ , mientras que no llega a los 150€ si se leen en formato de ebook sin soporte físico, en tableta, móvil u ordenador. Algo más incómodo al principio para quien está acostumbrado a sentir su peso en la mano y a pasar páginas con el dedo. Pero que también tiene indudables ventajas que van consolidándolo como alternativa a medio plazo.
Insistiendo en la edición digital, mucho más barata y manejable, ya en 2020 la Crónica presentó una edición digital compacta en un solo volumen de toda la primer serie, once episodios y un anexo documental, con un total de 3.735 páginas accesibles con un clic, por las que navegar a voluntad, consultar asuntos rápidamente, seguir la trayectoria de personajes y temas con facilidad, y en definitiva poder leer lo que se quiera en todo momento y en cualquier lugar. Y eso mismo es lo que se hace ahora con la segunda serie en un esfuerzo aún mayor, ofrecer sus 19 episodios en una edición digital compacta que permita navegar por ellos a voluntad, que no tenga limitaciones de espacio y peso, y que pueda adquirirse por la décima parte de su valor en tomos impresos. Si la primera serie compacta pudo ofrecerse al precio increíble de 25€, esta segunda serie se pone a la venta por el aún más increíble coste de 50€, dado que triplica la extensión de la primera.
Toda la Crónica -treinta tomos con un total de 207 capítulos en 14.281 páginas, por 75€, más no se puede pedir. Un viaje apasionante por la segunda mitad del siglo XX, un viaje a recorrer con etapas y pausas a voluntad, siempre accesible para consultas puntuales o para recorridos largos. Nunca se vio cosa igual y confiamos en que la aprovechen.
Para saber más de ‘Crónica de medio siglo: del FRAP a Podemos, un viaje por la historia reciente con Ricardo Acero y sus compañeros’:
— Los treinta episodios uno a uno: resúmenes, consulta de índices, lectura de primeros capítulos
—Sobre la publicación de la primera serie en 2020 en formato digital compacto
