Un incansable Raphael brilla en la primera de sus grandes noches madrileñas

Un incansable Raphael brilla en la primera de sus grandes noches madrileñas

El cantante Raphael durante el concierto que ha ofrecido esta noche en el Teatro Compact de la capital. EFE

EFE/Archivo

Incansable, entregado, intenso por momentos, así se mostró anoche Raphael en el recital que ofreció en Madrid, demostrando que, a pesar de los cincuenta y un años de carrera que lleva a sus espaldas, es capaz de poner en pie a todo un auditorio con clásicos como «Yo soy aquel» o «Escándalo».

En el primero de los quince conciertos que ha programado en la capital, alrededor de mil incondicionales abarrotaron el teatro Compac para asistir a todo un derroche de energía por parte del artista Linarense, quien se mantuvo sobre las tablas durante casi tres horas.

Pasadas las 20:30 horas el cantante aparecía sobre el escenario desatando la euforia en el patio de butacas, que sólo necesitó escuchar los primeros acordes de «Ahora» para caer rendido ante la figura que sonreía elegante desde las alturas.

«Visto lo visto en esta gira nos vamos a estar viendo muchos años más», comentó Raphael desatando una lluvia de aplausos antes de arrancar con otro de sus himnos: «Digan lo que digan».

Acompañado de una sólida banda encabezada por su director musical desde hace seis años, el pianista argentino Juan Esteban, el vocalista de origen andaluz se adentró en el terreno del tango, género al que rindió homenaje en su álbum «Te llevo en el corazón».

Melancolía, amargura y desamor se mezclaron en canciones como «En esta tarde gris» o «Cuesta abajo», que resultaron tan emocionantes como sus autores originales las concibieron.

Uno de los más célebres, el argentino Carlos Gardel, protagonizó, con la ayuda de una grabación del pasado reproducida para la ocasión, un emocionante dúo junto al cantante, quien puso al servicio de «Volver» su portentosa voz.

Gracias a «Estuve enamorado», los presentes disfrutaron de la versión más roquera de Raphael, quien se empleó con entusiasmo al frenético ritmo del tema que precedió a «Cuando tú no estás», con el que retornó a sus sonidos más tradicionales.

«¡Eres único!», gritó una voz anónima desde el anfiteatro antes de que sonaran los primeros acordes de la emocionante «Desde aquel día», que cantó sentado sobre el piano de cola que presidía el escenario.

«Yo sigo siendo aquel» y «Maravilloso corazón», que hizo levantarse de sus asientos a buena parte de los presentes, fueron seguidas de un segundo bloque temático, el dedicado al bolero, para el cual lució, con aires de dandi, una americana blanca.

De vuelta a sus composiciones más recordadas, el artista ofreció una emocionante versión de «No puedo arrancarte de mí», en la que su voz lució una vez más en la Gran Vía madrileña.

Después de bromear sobre lo poco que conoce la gente sus letras, Raphael se atrevió con una interpretación a capella de «Para volver a volver», que se ganó por derecho propio los aplausos de un público completamente entregado a su causa.

Los destellos autobiográficos de «Volveré a nacer» o «Un día más», y la energía desatada de «Escándalo» abrieron paso a varias rancheras, momento que aprovechó para presentar a su nutrida banda, formada por siete músicos que demostraron estar a la altura de las circunstancias.

Antes de despedirse, el vocalista tuvo tiempo para dejar dos de sus grandes himnos: «Qué sabe nadie» y «Yo soy aquel», que pusieron un broche de oro a una noche en la que su música encandilo a los asistentes.

Hasta el 18 de diciembre, Raphael ofrecerá catorce conciertos más en el teatro Compac de Madrid.

Alberto Peñalba

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