Hace falta de todo: alimento, agua, medicinas
«Incluso en la mayor adversidad, hay motivos para la esperanza. Nunca hubo tanta solidaridad como ahora«. El padre Ángel García, presidente y fundador de Mensajeros de la Paz, se encuentra en estos momentos a punto de partir hacia Haití con el primer envío de ayuda humanitaria y personal técnico gestionado por esta organización, junto a Infancia sin Fronteras. El sacerdote viaja junto a algunos cooperantes, para evaluar las primeras necesidades de la población damnificada por el terremoto. Identificar posibles proyectos para trabajar en la zona de manera inmediata, es otra de las misiones que llevan a Infancia Sin Fronteras y Mensajeros de la Paz a Haití.
Al mismo tiempo, está prevista la salida inminente a la zona de un envío de 10 toneladas de material sanitario y de primera necesidad, alimentos no perecederos y ropa. Dicho envío se realizará a través de la ONG MANO A MANO de empleados de Iberia, y será distribuido en Haití por el personal de la AECID (Agencia Española de Cooperación Internacional y Desarrollo). A lo largo de todo el día se estan recibiendo nuevas donaciones de materiales para los manificados de Haití; de las dos toneladas previstas inicialmente para enviar, se ha pasado muy rápidamente a las 10, cifra que muy probablemente se superará con creces hasta la salida del vuelo.
Mensajeros de la Paz e Infancia sin Fronteras quieren expresar su agradecimiento a la compañía Air Europa, por haber facilitado el viaje de los cooperantes, a la Fundación COFARES, al Hospital Universitario Infantil de la Paz y a los Hospitales Ruber por los medicamentos y material sanitario donados, a El Corte Inglés por una gran donación de agua, ropa y mantas, a la Fundación Educación Activa por una donación de ropa infantil, y a la Fundación Telefonica, que ha facilitado teléfonos vía satélite para estar en contacto con los desplazados.
Desde Cáritas, entretanto, continúan las informaciones, a las que se suman las primeras imágenes enviadas desde el terreno. Otros que están en Haití desde hace tiempo, y que han padecido en primera persona son los salesianos. Según informan, las pocas noticias que van llegando dan cuenta de la magnitud de la tragedia que ha golpeado a la población de Haití.
Se ha sabido que otros dos salesianos han fallecido. Se trata de los estudiantes de teología Atsime Wilfrid y Vibrun Valsaint, cuyos cadáveres han sido encontrados bajo los escombros del Instituto de Filosofía San Francisco de Sales de la capital haitiana. Con ellos, son ya tres los salesianos que han perdido la vida. Aumenta la preocupación, aunque no se tienen nuevas noticias, por los alumnos del colegio Don Bosco que estaban bajo los escombros del centro escolar.
El centro de Misiones Salesianas de New Rochelle (Nueva York) está coordinando la ayuda y ya ha enviado un contenedor de arroz que llegará a la isla el lunes 18. Salesianos de República Dominicana y de Estados Unidos están intentado entrar en el país para establecer comunicación con las obras de Haití y coordinar las ayudas que, desde todo el mundo salesiano, se están ya recogiendo para los damnificados. Están intentando entrar tanto en helicóptero, aunque ahora está cerrado el espacio aéreo de Haití, como por carretera, si no fuera posible el medio aéreo.
Desde Santo Domingo, capital de la cercana República Dominicana, el salesiano español Juan Linares explica que «hemos tratado de comunicarnos con los salesianos de Haití pero ha sido imposible. Mañana [hoy viernes en España] posiblemente irá alguno de la casa provincial en un helicóptero a Haití para hablar con los Salesianos y conocer sus necesidades. Llevan también algunos móviles con la finalidad de que los salesianos se puedan comunicar. Vamos a esperar a ver qué noticias nos traen mañana, ya será en la noche».
Juan Linares también relata cómo sintió el terremoto: «El martes un poquito antes de las seis yo estaba aquí en la oficina. Estaba solo, trabajando en el ordenador y de repente noto que todo se mueve y me di cuenta que era un terremoto. Se sintió muy fuerte. Enseguida pensé que donde fuera el epicentro debía ser muy fuerte. Luego las noticias nos indicaron que en la mayor parte de la República Dominicana se había sentido. En algunos sitios se asustaron mucho. Cuando se dio la alerta roja de Tsunami, esto puso más nerviosa a la gente. Menos mal que pronto avisaron que habían quitado la alerta. Cuando supe que había sido sobre Puerto Príncipe me imaginé el desastre ocurrido, pues al conocer cómo es esa ciudad y las condiciones en que vive la gente era de suponer una catástrofe enorme».
Son 66 los salesianos que trabajan en Haití. Distribuidos en 9 comunidades, animan y coordinan diversas presencias dedicadas a la acogida y educación de los jóvenes más pobres, chicos de la calle y en situación de alto riesgo. El terremoto del 12 de enero ha golpeado gravemente todas estas obras en las que se luchaba cada día para dar dignidad y valor a la vida de miles de jóvenes y ofrecerles un futuro mejor.
Por su parte, las Hijas de María Auxiliadora (Salesianas) han podido comunicar que todas están bien, aunque han sufrido graves daños en sus obras. Sor Marie Claire, superiora de las salesianas en Haití, ha confirmado que todas están a salvo, incluso las chicas y las jóvenes de sus casas. La religiosa cuenta que «hace falta de todo: alimento, agua, medicinas. Nos sentimos muy cercanas a todas ellas y a nuestros hermanos Salesianos que desde hace tres días están por la calle, por los patios, para ayudar y sostener a la población».
Las Salesianas en Haití están presentes en 14 comunidades, con 79 religiosas, atendiendo también escuelas, internados, orfanatos, centros de promoción, acogida para los niños de la calle, centros de alfabetización y formación profesional, oratorios y centros juveniles.
Según informa la congregación del Espíritu Santo y en relación a las consecuencias del terremoto en Haití, por via e-mail han recibido noticias de que parte del colegio espiritano de San Marcial y la capilla han sido destruidos por el terremoto. «No sabemos si ha habido pérdidas de vidas humanas entre los espiritanos haitianos o de nuestros misioneros que allí trabajan».
El arzobispo de Puerto Príncipe, Mons. Sergio Miot, algunos sacerdotes y seminaristas han muerto. «Oremos a Dios por los difuntos y ayudemos a los heridos y a los afectados por este terrible terremoto».
Por otro lado, también los franciscanos, a través del Ministro provincial de Centro América han tenido noticias de los franciscanos en Haití. «Todos ellos -16 hermanos distribuidos en 3 fraternidades-, están vivos. Una de las Casas, la Casa de San a pocos metros del Palacio presidencial y de la Catedral, ha quedado muy dañada. Necesita ser reconstruida. Los hermanos necesitan también de nuestra solidaridad para asegurar ayuda sanitaria a la población en el dispensario donde trabajan».
Los hermanos javerianos, que tienen varios centros en Haití, también han informado de que ninguno de sus hermanos ha fallecido en el terremoto. Se trata de religiosos norteamericanos, como el hno. Harry Eccles y el Hno. Michael McCarthy, que atendía un orfanato. Alguno de los edificios ha sufrido daños.
Desde el monasterio benedictino de Morne Saint-Benoît, cercano a Puerto Príncipe, un hermano benedictino ha hecho llegar al secretariado de la Orden Benedictina subiacense un mensaje en el que ha tranquilizado a sus hermanos de Congregación, informan desde Obras Misionales Pontificias. El religioso expresa la ansiedad de los hermanos benedictinos cuyas familias viven en las zonas más afectadas por el terremoto, pero en el monasterio, que ha aguantado bien la sacudida, no ha habido fallecidos. El terremoto, cuenta el hermano Jean-Michel, duró más de un minuto. Todos salieron fuera y una nube de polvo cubrió el edificio. Después se han sucedido diversas réplicas.
Este monasterio, a 65 kilómetros al norte de Puerto Príncipe, se levantó en 1981 sobre una colina que se bautizó Morne (monte) Saint-Benoît, desde la que se domina el mar Caribe.
Las Obras Misionales Pontificias de España ante la tragedia que está atravesando la población de Haití han habilitado una cuenta bancaria cuyos fondos irán destinados a las necesidades más urgentes de la población y a la reconstrucción del país. Las personas que quieran aportar su donativo para este fin pueden hacerlo en la cuenta del BBVA 0182 1364 33 0010039555.
Durante muchos años las OMP han estado cerca de las Iglesia y del pueblo de Haití con numerosos proyectos de ayuda a la Infancia, a los seminarios y a los misioneros, porque, desgraciadamente, esta gran tragedia agrava aún más la situación de uno de los países más pobres del mundo.