Durante el proceso, el Obispado de Lleida no había aceptado nunca la propiedad, pero el 26 de enero se reconoció dueño de las obras
«Declaro bajo juramento ser afecto al Glorioso Movimiento Nacional, y, asimismo, legítimo propietario de los siguientes objetos…». Estas palabras encabezan las actas que sirvieron al obispo de Lleida en 1943 para trasladar a su diócesis piezas de arte sacro guardadas en Zaragoza durante la guerra civil. Algunas forman parte de las 112 que reclama el Obispado de Barbastro-Monzón al leridano por ser originarias de parroquias de la Franja de Ponent, según cuenta Rosa Matas en El Periódico.
Este diario ha tenido acceso a cuatro actas del Servicio de Defensa del Patrimonio Artístico Nacional del Ministerio de Educación Nacional que recogen la relación de 79 objetos devueltos al obispo de Lleida, Juan Villa Sanz.
Son parte de los documentos guardados en el Institut d’Estudis Ilerdencs (IEI) con la que la Associació Amics del Museu de Lleida quiere demostrar en los juzgados que las obras son propiedad del obispado leridano. Tienen fecha del 10 de noviembre de 1943.
En la lista figuran los objetos y la referencia que tenían en el inventario del Servicio de Patrimonio. «Pequeño frontal damasco blanco, de Montanuy», que figura con la referencia caja 2, número 618, es una de las piezas del litigio. La larga lista incluye desde esculturas a casullas y en algún caso detalla su deterioro.
La asociación ha mantenido siempre que en este juicio solo quiere demostrar que las obras son del Obispado de Lleida. En el juicio no se discutirá si deben quedarse en Lleida o ser trasladadas a Barbastro.
Esta demanda llegó a los juzgados leridanos a principios de mayo del 2008, días antes de que el administrador apostólico de Lleida, Xavier Salinas -que hizo las veces de obispo hasta la llegada del actual, Joan Piris- firmara un acuerdo con el obispo de Barbastro-Monzón, Alfonso Milián, que le comprometía a entregar las obras en un mes.
Los dos obispados han intentado sin éxito evitar el juicio argumentando que no era competencia de los juzgados civiles e insistiendo en que el caso ya había sido juzgado por los tribunales eclesiásticos. Durante el proceso, el Obispado de Lleida no había aceptado nunca la propiedad, pero el 26 de enero se reconoció dueño de las obras.
Este no es el único juicio civil por el conflicto. El Gobierno aragonés y el Obispado de Barbastro presentaron una demanda en el Juzgado de Barbastro para exigir la ejecución de la sentencia de la Signatura Apostólica de la Santa Sede que ordena a la diócesis leridana entregar las obras. La Generalitat ha procurado siempre que las obras no salgan por la fuerza. El Parlament acordó su permanencia en Catalunya basándose en la unidad de la colección.
