Judíos y católicos compartimos retos comunes, como el antisemitismo, la persecución de los cristianos y la libertad religiosa
(Jesús Bastante).- «La Iglesia está seriamente preocupada por lo que sucede en Oriente Medio. En este sentido, el futuro viaje de Francisco a israel no puede sino ser muy beneficioso para la paz». El presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, Kurt Koch, se muestra esperanzado por alcanzar la paz en una «Tierra Santa para los judíos, musulmanes y cristianos«.
En una entrevista a RD tras su participación en el Encuentro Judeo-Católico que se ha celebrado en el Hotel Intercontinental de Madrid, Koch se resiste a hablar de «revolución Francisco«, aunque sí admite que «pueden darse reformas».
«Tenemos un Papa nuevo, con una personalidad totalmente distinta, pero tenemos la misma Iglesia, la misma doctrina, la misma fe. Veo la misma preciosa continuidad. Podemos hablar de reforma, pero no de revolución», argumenta el purpurado alemán.
«Francisco apenas lleva medio año como Papa, acaba de encontrarse con el grupo de cardenales -en referencia al G8-, y todavía no se conocen propuestas concretas. La paciencia es una gran virtud«, constata Koch, quien auspicia que la gestión de Bergoglio «será de una gozosa continuidad» a los pontificados de Benedicto XVI o Juan Pablo II.
«Francisco seguirá apostando por el ecumenismo, y tiene un buen conocimiento de las otras religiones», subraya en la entrevista el cardenal, si bien puntualiza que a la hora de hablar de avances en el diálogo ecuménico «hay que tener en cuenta a la otra parte, no sólo habla el Papa. Habrá que esperar a ver las posturas del resto de participantes en el mismo. Yo no soy un profeta«.
Finalmente, y sobre el encuentro entre las comunidades judía y católica celebrado en Madrid, el presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos afirma que «ha sido un encuentro muy hermoso, con una atmósfera fantástica», que «demuestra que existe una muy buena relación entre judíos y cristianos», que «compartimos retos comunes, como el antisemitismo, la persecución de los cristianos y la libertad religiosa».