El misioneros, tras 30 años en África, pensaba ya en un retiro tranquilo...

Jesús Ruiz Molina: «Tu Dios bailará por ti»

"Así es África, generosa, abundante, desmedida", sostiene el obispo auxiliar de Bangassou

Jesús Ruiz Molina: "Tu Dios bailará por ti"
Monseñor Jesús Ruiz Molina

Los antibalakas están divididos y se matan entre ellos por cuestiones de repartición del botín... Han hecho su congreso y han elegido líderes sanguinarios llenos de mando y miedo. Siguen asesinando y robando; verdaderas masacres en la ruta del oeste

(Vicente Luis García).- El Diario de Jesús Ruiz (I): Monseñor Jesús Ruiz Molina nació en La Cueva de Roa, provincia de Burgos, en 1959. Entró en el Seminario de Burgos a los once años y después se fue con los Combonianos porque quería ser misionero. Fue a Granada para el postulantado, luego Moncada (Valencia), luego, tras ser ordenado de diácono, a París.

Su ordenación sacerdotal fue en Miranda de Ebro en 1987. Después de 30 años en África Jesús pensaba ya en un retiro tranquilo en su patria, pero Dios le tenía guardada una sorpresa, el día de su 30 Aniversario de ordenación sacerdotal se le comunicaba la decisión del Papa Francisco de nombrarle obispo auxiliar de Bangassou. Y Ahí, comenzó una nueva etapa de su vida.

«Diez días después de mi consagración episcopal, me pongo a escribir este diario consciente de comenzar una nueva etapa en mi vida que quiero compartir con vosotros familia y amigos, que acompañáis de diferentes maneras mi caminar.»

He tenido el privilegio de poder acceder al diario que desde que fue ordenado obispo ha comenzado a escribir monseñor Ruiz Molina con la idea de compartir con sus seres queridos una parte de lo que él está viviendo a kilómetros de distancia.

Con el permiso del autor voy a a ir entresacando algunos párrafos que ayudarán a conocer la realidad que está viviendo la Rep. De Centroáfrica casi en riguroso directo.

Monseñor Ruiz decidió poner por escrito lo que está viviendo en esta nueva etapa de su vida. Cuando ya estaba pensando en retirarse y regresar a su tierra, Dios, a través del Papa Francisco, decide ligarle de por vida a su querida África.

Las primeras hojas las dedica a los preparativos de su ordenación, «En broma, comentaba que esto era como preparar una boda… pero sin novia», y a la llegada de amigos y seres queridos, a quienes ofreció un rápido y completo recorrido por la realidad africana:

«Después del primer encuentro, el lunes por la tarde, con la Conferencia episcopal centroafricana reunida en la Nunciatura, me quedé libre para viajar con mi familia y amigos a Mongoumba para enseñares algo de lo que es la misión en el día a día, algo de la belleza de África.

Acostumbrado como estoy no fui muy consciente de la dureza de esta África indómita para unos neófitos ilusionados; el viaje de seis horas saltando agujeros, junto con las diarreas, vómitos y malestares físicos nos dieron buenos sustos y me preocupó, pero poco a poco, con una dieta de arroz blanco, los cuerpos fueron aclimatándose.»

El viaje con los suyos dio mucho de sí pero antes retomo el día de su ordenación para reproducir parte de sus palabras en la misma:

«Mi consagración episcopal no es para mí motivo de orgullo; no la concibo como una promoción personal. En esta consagración episcopal siento el orgullo por vosotros, pueblo Centroafricano; vosotros sois el pueblo elegido y amado del Señor. Él me envía en medio de vosotros. Esta consagración es un guiño de ojo de Dios que nos dice: «YO AMO AL PUEBLO CENTROAFRICANO»


He concebido mi escudo y mi lema en esta óptica del Amor de Dios: «ME AMO Y SE ENTREGO POR MI», que dirá san Pablo (Gal 2,20)

Yo confieso ante vosotros ser un gran pecador, pero he gustado la misericordia de Dios y me ha confiado la misión de la Apóstoles. Os confieso mi pequeñez y mi fragilidad, pero la fuerza de Dios me habita, y es en el nombre del Señor que yo asumo su misión.

Creo en ese DIOS AMOR; creo en ese Dios que ama Centroáfrica y cada uno de sus hijas e hijos, y es por ello que también siento fuerte el DOLOR de ese Dios-Amor cuando ve el sufrimiento del pueblo centroafricano…

Sí, mis hermanas y hermanos, el corazón de Dios está desgarrado viendo el sufrimiento del pueblo centroafricano; su corazón de Padre está triste viendo a sus hijos matándose entre ellos;

Dios llora como una madre; sí, Dios llora viendo sus hijos asesinados por bandas de criminales;

Dios sangra en Centroáfrica; sí Dios sangra en tantos centroafricanos heridos, perseguidos, matados como se mata a los animales…

Y ese Dios nos grita, ‘ese no es mi proyecto de Amor para los centroafricanos’.

Mi proyecto de amor es la PAZ cimentada en una verdadera JUSTICIA…,

Mi proyecto de amor pasa por la escuela y un futuro para esta juventud,

Mi proyecto de amor es vida digna donde se respeten los derechos humanos,

Mi proyecto de amor es un pueblo que pueda saciar su hambre cada día,

Mi proyecto de amor es un pueblo con asistencia sanitaria, un pueblo que cante a la vida…

Queridas hermanas y hermanos, si Dios me otorga el ministerio de los Apóstoles es para deciros su AMOR y denunciar todo lo que está matando a sus hijos. En su nombre, yo te digo Centroáfrica, ‘El hará renacer en ti su amor… y TU DIOS BAILARÁ POR TI’. No serás tú quien baile por el Señor, será tu Dios que bailará por ti, Centroáfrica; Sí, TU DIOS BAILARA POR TI.

Rezad por mí que soy un pobre pecador. Rezad por mí…; y Centroáfrica, levanta los ojos pues tu DIOS BAILARA POR TI.»

No privó a sus amigos de nada en el viaje que les llevó a conocer África en estado puro: «Mi familia y amigos alucinando a colores con todo lo que veían y sentían…

Esto es muy fuerte, repetían una y otra vez: el calor húmedo tan fuerte, las comidas peculiares, la pobreza de la gente, la multitud avasalladora de los niños, las muestras de simpatía de la población, el difícil control de las multitudes, la dificultad para repartir los regalos, la sonrisa de la gente, la juventud… La vida que corre a raudales.

Visitamos las escuelas católicas de Mongoumba, Ndobo, Bassin y Molabaye repartiendo piruletas, gorras y balones… Estuvimos con la comunidad de Bassin jugando al balón y poniendo en su capilla la colección de imágenes bíblicas y también en Batalimo…

Fui a echar una mano a la capilla sin terminar de Bossaramba… Toda una tarde jugando y regalando osos de peluche a los niños operados de la ‘Da ti ndoyé’… Visitas inesperadas a las capillas de Ikoumba-1 y Gouga; paso fronterizo al Congo Brazzaville… Comidas y cenas bajo la baranda de la casa. El plato fuerte lo dejamos para el sábado, domingo y lunes.

El paso en la gran piragua fue ya una odisea para los míos. No me podía hacer a la idea que una cosa tan rutinaria que hacemos todos los días se convirtiera en un acontecimiento insólito para poder contar en España.»

En una frase monseñor Ruiz define su África: «Así es África, generosa, abundante, desmedida»


Monseñor Ruiz lleva muchos años en África (31) y le ha tocado bregar con los líderes políticos en muchas ocasiones.

Durante la visita con los suyos tuvo un encuentro que pone de manifiesto dónde ha estado siempre monseñor Ruiz: «Misa de acción de gracias en Mongoumba. La multitud llenó la explanada de la iglesia y mucha gente tuvo que quedarse fuera.

Cada comunidad envió su delegación; la capilla de Mongo -que fue la niña de mis ojos- tenía más de 60 representantes; los refugiados de Boyabo en el Congo enviaron trece personas; representación de todas las parroquias de la diócesis; la coral con guitarras eléctricas prestadas para la ocasión. Una carta de bendición y agradecimiento de los musulmanes que están refugiados en el Congo me llegó al corazón.

La alegría y el orgullo de la gente era muy manifiesta, la mía también. Al rato de comenzar la Misa apareció Monsieur Opalagna, ministro, con otros dos delegados de otros ministerios.

Con Opalagna no nos veíamos desde que le negué la Eucaristía de acción de gracias en 2011 después de las elecciones de Diputados, pues le dije que habían robado las elecciones y no quería mezclar a Dios con sus fraudes políticos… Nos volvemos a ver; él Ministro de Touadera, y yo Ministro de Dios.»

Otro momento para destacar: «Eucaristía en el campamento pigmeo. Llegamos a pie con una solera fuerte. El recibimiento fue muy caluroso con flores de las jóvenes pigmeas y cantos. Muchos cristianos y otros mirones se dieron cita en Mossopo.

La población pigmea de unos dos cientos habitantes se cuadriplicó para la ocasión, pues un obispo en medio de la selva no se ve todos los días. La cena y las danzas nocturnas amenizaron la tarde. Regresando en la noche la selva nos ofreció su encanto. Cansados pero con el corazón ensanchado y contentos.»

La ordenación episcopal le mantuvo un poco desconectado de la vida que seguía sucediéndose en su destino, Bangassou. Reproduzco toda la crónica de su regreso por el valor de sus datos y el testimonio que tanto monseñor Juan José Aguirre como Jesús Ruiz Molina están dando en aquellas tierras:

«Muchas cosas han pasado en estos tres meses y medio en que dejé Bangassou. Los refugiados musulmanes continúan en el seminario, pero el número ha disminuido, los que han podido escaparse a otro sitio lo han hecho.

Ahora han disminuido a mil cuatrocientos, pero la tensión entre los radicales del campo de refugiados y nuestro Presbiterio ha aumentado pues el grupo de radicales ha saqueado los locales de Caritas y la casa de las hermanas.

Son ellos los que han violentado y robado a las hermanas Franciscanas y han hecho huir a los 54 humanitarios de Médicos sin Fronteras después de agredirlos y robarles todo. La tensión es patente aunque la misión está custodiada por los cascos azules de Gabón, con los cuales hay una relación muy buena.


En este tiempo que me ausenté llegó el Presidente Touadera y dijo que los refugiados no se mueven de ahí; todo lo contrario de lo que nos prometió hace tres meses la ministra de Asuntos sociales…

También pasó el secretario de la ONU, Antonio Guterres, y dijo que aumentaría en novecientos el efectivo de cascos azules, pero no se pronunció sobre el hecho de ubicar a los refugiados musulmanes en otro sitio… Mientras tanto la escuela sigue sin comenzar.

Los antibalakas están divididos y se matan entre ellos por cuestiones de repartición del botín… Han hecho su congreso y han elegido líderes sanguinarios llenos de mando y miedo. Siguen asesinando y robando; han hecho verdaderas masacres en la ruta del oeste: Kembe, Pombolo… Por el este, los Selekas atacaron Dembia y hubo un éxodo de población importante…

Ayer recibimos al ministro del interior y el responsable de la ONU en Centroáfrica, Mr. Onanga, el hombre que realmente dirige este país. Nos han hecho esperar hora y media; el ministro ni ha aparecido y cuando ha llegado Onanga nos dice que tienen prisa.

Nuestro obispo Juanjo ha manifestado el hartazgo de la población sobre esta situación de los refugiados en la catedral; el drama de los más de dos mil jóvenes y niños que se quedarán sin escuela; la profanación del cementerio y de las cosas de la Iglesia; el grupo de radicales que nos amenaza y agrede constantemente; el riesgo de que haya más derramamiento de sangre si no se actúa…

El señor Onanga ha respondido reprochando al obispo que sus palabras están llenas de odio y venganza…

Haré un informe al Nuncio, ha amenazado. Ha aprovechado su condición de cristiano para aleccionarnos sobre el Evangelio invitándonos a poner la otra mejilla, a trabajar por la cohesión y no por el odio, a entregar nuestras vidas hasta el martirio y a perdonar setenta veces siete…

Nos hemos quedado sin palabras ante la actitud del jefe de la MINUSCA que desde hace más de cuatro años controla el país con doce mil soldados que no han sido capaces de cumplir la misión para la que vinieron: desarmar a todos y proteger a la población civil.

Es muy fácil ahora escudarse en un discurso religioso e irse, siete horas después de haber llegado a Bangassou, en un avión particular con una escolta más grande que la del Presidente de la República.

Nosotros que nos quedamos, que hemos sufrido y sufrimos todo el conflicto, que hemos expuesto nuestras vidas para salvar a unos y otros; nosotros que hemos hecho el trabajo que no hicieron los cascos azules marroquíes para salvar a los musulmanes de la mezquita; nosotros que les damos todos los días agua, comida…

Nosotros nos quedamos; y ahora este señor, que tiene el máximo poder en sus manos nos invita a perdonar setenta veces siete, mientras son sus hombres los cómplices de tantos atropellos.

Nos dice su incapacidad para neutralizar a los radicales que están en el campo de refugiados que han robado todos los locales de Caritas, las casas de las hermanas; son ellos los que atacaron y quemaron el presbiterio, los que cada noche salen a robar…

Él, que tiene una misión política, y muy política, con doce mil soldados a su mando, se escuda ahora en un discurso religioso de conveniencia y se va, mientras tanto la situación sigue explosiva… Un tanto bochornoso. Todos los abbés estaban indignados; ha sido un insulto, decían.»

Y así terminaba el diario correspondiente al mes de noviembre de 2017, el primero que Jesús Ruiz vivía como obispo en Centroáfrica.

Non solum sed etiam

Apostar por ser puente de información entre quienes viven en primera línea de batalla el día a día del África más hermoso y a la vez cruel, y quienes vivimos, por azar, por opción o por casualidad en este primer mundo no menos selvático y cruel a veces, aunque rodeado de comodidades tecnológicas, como decía ser puente, es un privilegio.

Espero saber hacer llegar algo de lo mucho que estoy recibiendo. Espero que muchos de los lectores de este blog sientan estar «viajando» a África, al menos de corazón.

Para leer todos los artículos del autor, pinche aquí.

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Autor

José Manuel Vidal

Periodista y teólogo, es conocido por su labor de información sobre la Iglesia Católica. Dirige Religión Digital.

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